18 de octubre de 2014

Respuesta de la doctora Liudmila Calderín

Cómo es esto, me tenían al lado y pasaban lisos, 
tipo "no te vi", y ahora estallan en las redes como 
valientes ofuscados. Tal como dije, son afeminados 
reprimidos. Y así escriben.
Responde la Dra. Liudmila Calderín desde Brasil.



"He tenido la oportunidad de leer algún que otro libro del señor Barón Carlos Rigel, y consideró que se salen de la cursilería barata a la que muchos están acostumbrados, haciéndonos pensar y reflexionar. Siendo una latina como soy (y que conste, ni soy Argentina, ni vivo en Argentina) he podido y doy gracias, el haber accedido a la literatura del señor Barón, más leyendo su blog personal, encontré una critica, bastante..... inútil, de un señor llamado Christian Leonardo Malattia, al cual, jamas he oído mencionar, quizás señor, sea usted muy afamado en su ciudad, mas disculpe mi ignorancia y desconocimiento de su presencia en este mundo, pues realmente no se de ningún escrito suyo. Si en algo estoy desacuerdo con el señor Christian es que existe diversidad de criterios y eso, por supuesto, es respetado, pero también pienso que cada cual tiene el derecho de eliminar de sus contactos a quien le plazca, sea por la causa que sea, no siendo esto motivo de censura, y siempre y cuando esa diversidad no raye en lo pueril, absurdo, ridículo, mediocre y envidioso. Doy mis felicitaciones al señor Rigel por su literatura innovadora y creadora, quizás no entendible por muchos que se consideran eruditos, y a usted señor... (dios, olvide su nombre)... si, claro, Christian, disculpe nuevamente mi ignorancia, creo debe preocuparse un poco mas por su crecimiento intelectual, literario y humano y deje al resto con sus glorias. No conozco a autores de La Matanza, aunque ya su nombre se me esta haciendo familiar de tanto verlo en facebook. Ha sido todo un honor coincidir con un autor o no?, de La Matanza (aunque repito mis disculpas por mi desconocimiento de su arte). Quizás algún día señor Malatti (es más italianizado) sorprenda a la humanidad literaria con un Cervantes y entonces veremos quién es el censurado y quién el censurador. Un placer haber visto su rostro y por favor, cuando redacte, percatese de que a una personalidad como usted, no le falten letras en lo que escriba."



De la doctora Liudmila Calderín, desde Brasil.