25 de julio de 2013

La higuera ardiente / Las sectas en Argentina

Texto reservado sólo para creyentes. Ateos y escépticos: No pierdan su tiempo. 
N. de A.


La tolerancia de la sociedad argentina y latinoamericana con el crecimiento y la expansión de las sectas no traerá fortuna ni armonía o paz, sino división, pérdida y escarnio.

Hace cuatro semanas se produjo el desenlace de la chiquita Luz Milagros Verón Boutet, de 14  meses de vida. La pequeña sufría traumas multiorgánicos que es mejor no olvidar: Tras un parto prematuro y un paro cardíaco, fue declarada muerta al nacer; doce horas después fue hallada en la morgue con signos vitales. Conocida la noticia, la mamá, Analía Boutet, primero desde Resistencia, luego desde Rosario, pidió ayuda. Dijo haber sido atormentada desde el embarazo por sectas umbandistas chaqueñas. Dicho en criollo, tanto a la madre como a la criatura "se la juraron", acaso en represalia por sus quejas contra el templo que los congregaba. 

Casi siempre estos conflictos comienzan cuando hay protestas por las molestias en la madrugada debido a las ruidosas batucadas tribales que organizan con total impunidad. Así, con apenas un reclamo de moderación y respeto en los horarios, comienza la guerrilla por los caminos del tormento espiritual contra sus enemigos, es decir, nosotros, los vecinos comunes del diario transitar la vida. En sus venganzas contra los flamantes enemigos, asesinan a sus mascotas y exponen los cadáveres a la vista del barrio como advertencia pública, adornados con porquerías para el temor de sus víctimas. Y siguen. 

En sus rituales mesolíticos encienden velas negras, celebran sesiones en cementerios, desangran y degüellan animales sobre los pedidos, e invocan a espíritus de suicidas, putas, ladrones, violadores, prófugos, todos ellos despreciables y de origen africano, amerindio y esclavo –resaca de edades recientes precolombinas y coloniales–, para ocuparse desde el astral de quien protesta. Además, aíslan, lavan cerebros, mienten, dividen a una familia y los vuelven enemigos. La familia cuyo uno de sus miembros pertenece a la secta, yace destruida y vuelta contra sí misma. Y nadie se burle ni ría fuerte, sobretodo si tiene hijos. No llegan para sumar, sino para robar lo existente, como parásitos, una plaga que prospera.

Pero falta establecer otra particularidad, a quienes conforman una aldea: Sus miembros. El umbandismo, como otras sectas, son populares entre gente de baja o nula educación y de comportamientos extremos; promueven, entonces, la "re categorización" entre gente bruta y elemental, otorgándoles poder sobre otros, análogo al orden carcelario en la comunidad de reos. Hay una diferencia sustancial de contraluz entre "hacer" el bien y "sentirse" bien. Un violador o un ladrón se siente bien con el producto de sus delitos, y así, quienes causarían el inmediato rechazo social, allí son celebrados, por eso mismo componen estas sectas violadores, ladrones, prostitutas, travestidos, y sólo en último caso desesperados, desamparados, desempleados, curiosos, gente común que se acerca por necesidad, ya sea de afecto o de trabajo, pensado que allí encontrarán soluciones.

A menudo suelo recordar que "no temo al Infierno, sino a lo que habita el corazón de la gente". El Mal reside en la convicción que anida el serpentario real de sus corazones. Y la cultura Yoruba, precisamente, se inspira en la intervención de espíritus mercenarios, todos ellos inmundos, extraídos del Purgatorio para cumplir con los pedidos de los allegados. Algo así como sacar reos de la cárcel como mano de obra barata y eficaz en el empleo de trabajos sociales o de robos y asesinatos, sea para el servicio penitenciario o para el director de la institución carcelaria. Lo que hay en la Tierra, hay en el astral.  Alguien es responsable de sus males y siendo brujos aplicarán castigos y venganzas a gusto. Finalmente, hemos permitido la distribución de metralletas entre simios.

El orden jerárquico interno de cualquiera de estas sectas, umbandismo, vudú, oió, kimbanda, cambinda, incluso la Iglesia Universal (umbandistas encubiertos) reflejan, además, la estructura de una tribu africana, compuesta por un jefe o jefa de aldea, sus hijos, uno o más brujos, el séquito y, al final, el pueblo que trabaja para esa estructura. Nada nuevo. Y ese mismo orden es el que intentan derramar a la sociedad con supuestos "beneficios" tramposos, o bien someterla a ella. Y quienes se resisten o se quejan, son atormentados, amenazados, perseguidos, desprestigiados, calumniados, hostigados, a veces hasta la muerte. Incluso sus propios miembros luego son enemigos. Dirigen las energías de sus recetas, la dimensión completa de su panteón execrable, contra el molesto enemigo. No intentan solucionar o negociar ni acordar, sino destruir. Es el lenguaje que dominan mejor: El mafioso.

Claro que nadie habla de ellos, así como nadie habla de la plaga de ratas o de cucarachas que a menudo atormenta a nuestras comunidades o incluso a nuestros hogares, y sin embargo existe. Y porque opera, además, el temor al ensañamiento. Luz Milagros y su madre fueron víctimas de ese ensañamiento. En resumen, las sectas encontraron un vacío astral y una fisura legal en la sociedad contemporánea que no tiene legislación contra este tipo de delitos que rayan en la Lesa Humanidad. No es un tema jurídico ni de culto, sino de rituales peligrosos. Si incendio una casa con habitantes en su interior no puedo alegar que se trata de las celebraciones de San Pedro y San Pablo. No tiene nada que ver. Y, así, de sacrificar a un animal en un rito, a sacrificar a una persona o un bebé bajo el mismo concepto, el paso es largo para nosotros... pero no para ellos y su brutal cosmovisión. De hecho no sé si creerles cuando dicen que el Vaticano aprueba sus sacramentos, como el bautismo umbandaista. La Iglesia se equivoca si les otorga dicha validez. O quizás mienten.

Lo más común en nuestra sociedad es decir "no te metas", o "que se arreglen", incluso encontrar indiferencia por temor o por supuestos beneficios, como decía con anterioridad. Así tomó estado público, hace pocas semanas, el caso de una maestra asesinada por un templo umbandista con la colaboración del novio de la víctima, un tonto a quien le hicieron creer que todo su mal provenía de ella, y que para la limpieza espiritual de la mujer que destrabara los bloqueos era necesaria su presencia. Ella se negó, el novio la engañó, la dopó, entraron en escena los miembros de la secta y la mujer, la maestra, terminó asesinada y descuartizada. La pena para todos ellos fue de reclusión perpetua. Pero rara vez termina con intervención judicial.

El cosmos espiritual existe para el creyente; también para el no creyente, pero este último busca las causas en otras vertientes culturales. Pero fuimos permitiendo la ocupación de los territorios tanto espirituales como regionales. A no equivocarnos, no es una plaga de gorriones desorientados, sino de vampiros rabiosos. Tampoco son el culto a la Pachamama, la Madre Tierra, sino al Viborón, que pide tributo en carne humana. A no confundirlos con la comunidad de gitanos y sus rituales milenarios; debo agregar que los gitanos se abstienen de participar en la contienda y hasta la padecen. Diría, en mi caso particular, que me dispensan respeto.

No se trata de si creemos o no, se trata de que ellos sí creen en lo que hacen. Como una peste desconocida traída con una mascota robada a la selva, el territorio urbano es proclive, frágil, expuesto. Y así como la peste no pregunta quien cree y quien no, el umbandismo procede igual. Ellos hacen lo que saben hacer, según sus recetas. Sus rituales son tan antiguos que los encontramos, en parte, en El Viejo Testamento; inclusive en las prácticas de la cultura maya precolombina con el sacrificio de personas destinada al panteón de dioses. Como dije, no hay nada nuevo. 

Pero las sectas son animales enfermos sueltos en la urbanidad contemporánea, una urbanidad que no termina de resolver si cree o no en la existencia del espíritu. La sociedad es ciega, insensible y amorfa, no tiene protección contra esta peste. Allí no opera ni la ley ni la justicia. Si fuera tan simple como un mono apestado, lo hundiríamos en un balde con agua y terminaría el problema; o acaso un disparo: se llama rifle sanitario cuando pone fin a un mal contagioso. Pero aquí difiere porque ingresan intangibles sinuosos: la duda, la falta de evidencia judiciales, el escepticismo y la compasión equivocada, la de no sacrificar a un animal rabioso cuando la vida de nuestros hijos está en riesgo.

Luz Milagros Verón Boutet murió. No tuvo oportunidad de defenderse. Los traumas eran múltiples. El resumen periodístico va por otro lado, el medicinal. Dice la madre que, luego de un calvario prolongado, le habló a la pequeña, todavía conectada por mangueras y cables a los aparatos de la terapia intensiva, y le dijo: "Si querés que la sigamos peleando, yo sigo, pero si querés irte, si ya no querés seguir sufriendo, andá en paz". Relata ante las cámaras entonces que la chiquita cerró los ojos y no despertó más. Los aparatos se detuvieron.

Hoy, un templo se jacta del triunfo. No hay evidencias físicas que los liguen al deceso: han cobrado una vida más en la carrera secreta de venganzas. Como quien dice: "El crimen perfecto, un asesinato limpio y sin huellas". No hacen diferencias entre un templo enemigo y una familia o una bebé; ellos lo saben, yo lo sé. Y a quienes conocen el valor del sacramento del bautismo cristiano, saben de lo que hablo. También quienes padecen o padecieron el hostigamiento de sectas. El resto ni se moleste en opinar. Es problema de un nivel diferente, ni inferior ni superior, sólo diferente.

Ahora bien, mi reclamo no es para el ateo, no hay nada que exigirle, ni es para el escéptico, que vive demasiado conflictuado entre el creer y el saber, o para el agnóstico o el indiferente, no. El reclamo es para el creyente, para el cristianismo, que incluye en este caso a las llamadas "cofradías templarias", a quienes a menudo trato como custodios inermes de un museo; a los nuevos Santos Caballeros de la Luz, demasiado iluminados por el cielo como para ocuparse del orbe cotidiano, a los flamantes guías espirituales de las escuelas del mundo holístico, a los maestros en las artes superiores del espíritu, a todos ellos: Mandarlos a la reputísima que los parió sería adecuado pero no decoroso, lo sé, entonces apenas me atrevo a preguntar ¿cuándo diablos se pondrán en pie?

Dijo el profeta argentino Benjamín Solari Parravicini: "Espiritualidad en este tiempo, pero no servirá en la guerra nueva". Muchas veces los he convocado a la guerra y por el temor reverencial a lo desconocido, se abstienen. Piensan que con la oración, y de rodillas, todo terminará bien por obra de un cielo que no da respuestas, sino herramientas en la defensa, la cura, la virtud o el ataque. Los brazos son nuestros. 

Yo solo logré clausurar a tres templos nefastos, decapitando sus jefaturas. Al resto los advertí y desaparecieron aterrados. Se jactaban de haber hecho maldades con la vida de algunos inocentes concedidas por la prepotencia del temor, el mismo temor que origina un mono con navaja. Así erradiqué a brujos y macumberas agrandados de comunidades cercanas. Y como proceden con la jerarquía ingenua de las tribus rencorosas, el problema pasó de mayor en mayor. 

Así recibí amenazas desde distintos lugares de Argentina, Uruguay, Brasil, Cuba y hasta quejas desde Nigeria enviadas a la Oficina de Asuntos Internacionales del Vaticano por mis convocatorias reiteradas a enfrentarlos, clausurarlos y expulsarlos de nuestras comunidades. Es cierto, los trato como a monos selváticos infecciosos, ocultos en los basurales sociales. Insisto, no se trata de una guerra declarada contra el mundo cristiano, sino de actos cobardes ocultos por el anonimato, cerrado por paredes de infamia, y filtrados por el aislamiento y la falta de solidaridad social. 

Según leí por la WEB, en un país cercano se convocaron marchas de protesta contra mis manifiestos belicosos. Pero no se llega con espada para unir a bestias con personas, se llega con espada para dividir: Un arma enfundada en épocas de guerra no le sirve a nadie. Pero para empuñar esa espada no hay que ser puro, sino valiente, no hay que ser casto, sino de corazón noble, no hay que esperar ayuda, sino ser un Quijote suficiente, no hay que ser bueno, sino correcto, no hay que esperar señal alguna, sino arremeter ciego; no hay que aguardar al enemigo, sino salir a la batalla. Llevarles la pelea a sus propios templos de maldad. Un guerrero no es un mercenario ni se vale de él pero tampoco huye. Que otros aderecen sus caminos perfumados, elegí este camino. Y aunque sean un millón en América y algunos millones más en África, sigo en pie, desafiándolos. Los conozco y no les temo.

Si una cárcel estallara en motín con escape de reos a las calles, en su mayoría, los habitantes de la ciudad se refugiarían en sus casas a puertas cerradas. Millones de personas igualando dicho comportamiento cívico sería entregar el control de la ciudad en manos de reos; o peor, de monos escapados de un camión repleto de bichos para experimentos científicos. A esos bichos les hemos cedido el dominio, cuando apenas 20 valientes librarían a una ciudad de la molestia, convocando a recuperar las calles, porque son nuestras. Me importa un rábano lo que piensen escépticos y ateos. No cuentan porque no restan, aunque tampoco aportan nada.

Mientras tanto, mi repudio al cristianismo de rodillas que observa de lejos desentendido y atemorizado pero, además, sepan que a quienes miran al Cielo, lo ensucian; y quienes citan a Cristo, lo ofenden, y quienes bendicen, maldicen, y quienes recitan las glorias del reino, las opacan. Yo también le fallé a Cristo con esa chiquita de poco más de un año, mi delito fue estar demasiado ocupado, fue delegar, esperar. Tengo cientos de otras batallas que pelear pero eso no me justifica. Mi falta es, quizás, peor que las ajenas, pero estoy conciente de ella. 

Luz Milagros, una chiquita con la edad de mi nieta, casi sin crecimiento desde su arribo a la vida, cerró los ojos y se entregó; bajó los brazos en un mundo que no podía aliviarla ni asistirla ni socorrerla; ni a ella ni a su cuerpo ni a su espíritu, sólo destinarle camillas, medicación y aparatos electrónicos. Y cedió su alma. 

La madre de Luz Milagros, al fin, entendió que el Dios no escucha, es sordo, y que Dios no ve, es ciego, y que Dios no habla, es mudo, porque esas cualidades se las cedió al Hombre cuando lo completó en el Comienzo, colmándolo de alma y virtudes. El hombre existía de antes pero vacío de luz y entendimiento. Pero tras la donación el Cielo quedó hueco. El Cielo, esa reserva de luz intocada: es armería, biblioteca, sala de mapas y farmacia, pero sin voluntad propia. La voluntad es humana. 

La sectas oscuras saben operar con las tinieblas, aplican el odio y la burla de sus corazones en cada "trabajo" -una convicción a destacar frente a un cristianismo superficial y metodista–, pero pocos o casi nadie sabe operar la poderosa maquinaria celestial, excepto implorar de rodillas, como esclavos, jactarse de títulos dudosos, y cerrar los ojos para no ver, para no escuchar el clamor de los débiles y los inocentes. Y, como si no alcanzara, la grandilocuencia de vivir como justos cuando la higuera sigue sin dar frutos. 

«A la luz de la redención, el mundo aparece inevitablemente deformado», escribió Adorno. Para el Cielo, el cristiano es otro judío más paralizado por la espera de una llegada que no se produce, ni se producirá. Mi ejemplo no es el Cielo, sino Cristo. No me importa transitar este camino, no espero nada. Y no estoy negociando: Seguiré solo.



Copyright®2013 por Carlos Rigel

23 de julio de 2013

Fervor papal en tierra carioca


Fotos exclusivas de nuestro corresponsal: El pueblo brasileño recibe al Papa.








El Papa Francisco arribó a Brasil. Miles de fieles lo ovacionaron a su paso por las calles de la ciudad. Informe exclusivo: Lo que no se dijo de su visita al gigante sudamericano. Una cobertura de nuestro enviado especial para TeleSat Noticias, tenemos declaraciones exclusivas del público que pasaba por ahí, y hasta de los que no se acuerdan ni cómo se llaman. También, las declaraciones impactantes del máximo pontífice a nuestro cronista destacado en la capital carioca.

-...Transmitiendo en Vivo y en Directo para TeleSat Noticias... ¿Cómo se siente con la llegada del Papa a su ciudad?

-¡Francisco... o mais grande do mundo!

-¿Cuánto tiempo lleva de espera?

-...O mais grande... o mais... Auuuug... mais... eugsshhs.

-¿Cuántas horas de vigilia para ver pasar al Papa?

-... Vugphh... o mais... é o maior... eumm... gfthsss...uippps... uipsss.

-¡Visiblemente afectado por el arribo del Papa, la emoción le impide hablar a este señor... como pueden observar en estudios, la multitud estalla seguramente por el rumor de la cercanía del papamovil... pero preguntemos a otro carioca cómo se dispone a recibir la visita del Papa, señor... señor, sí, usted, su nombre...

-¡O mais grande! 

-Su nombre, por favor.

-¡Adrieli Xavier!

-¡Bien, señor Aprieli, cómo se prepara para recibir al Papa Francisco!

-¡... Ossss... ina... eeero!

-¡Más fuerte, por favor!

-¡Brasil dossss, Argentina ceeero!

-Muchas gracias, señor Aprieli... pueden observar ustedes el fervor el público... A ver usted señora, sí, usted, acérquese, ¿cuál es su nombre?

-¡Eu soy Catarina Cassiely!

-Muy bien, Catalina, ¿y cómo se prepara para recibir la visita del Papa Francisco?

-¡Francisco... é o mais grande... grandote o brasilero!

-Pero, cuéntenos, ¿cómo se siente con la llegada del Papa Francisco a, éstas, las calles de su ciudad?

-¡Francisco... o Papa Francis... é o mais grannssss... uusahhff... Euphhhfff... Vmmm-ghhhgs...

-Emotiva la espera del Pa.... 

-¡Francisco y Falcao / um só coração! / ¡Francisco y Falcao / um só coração!...

-... y como pueden observar en estudios... el pueblo carioca desborda las vallas de seguridad... ¡A ver, usted, aquí, acérquese, por favor!... ¡Fuerte para nuestros estudios! ¿Cómo se siente con la llegada del Papa?

-¡Corinthians três, Boca ceeeero! ¡Brasil é o mais grande...!

-¡Muchas gracias!... ¡El público se ha quedado sin palabras para expresar la emoción, hay lágrimas y voces quebradas que gritan "¡Francisco, Francisco / te quiere hasta el fisco...!"... ¡Señor, para TeleSat de Argentina, ¿cómo se llama usted?... ¿Cuál es su nombre?

-... Eu não lembro... não.

Momento clave: El Papa Francisco confirma a nuestro cronista su visita al país.

-¡Pero allí vemos asomar el Papamovil!... ¡El público estalla, la multitud agita banderas amarillas y celestes y blancas!... ¡Y allí lo vemos al Papa argentino... seguido de cerca por los miembros de la custodia papal!... ¡Vean cómo la gente se aprieta contra las vallas humanas a medida que el vehículo se aproxima!... ¡Se trata de jóvenes voluntarios, destinados a contener la ruta del Papamovil!... Intentaremos acercarnos al Papa para obtener alguna declaración con motivo de su visita... ¡Francisco... Francisco, aquí!... La gente le acerca bebés para recibir la bendición... ¡Francisco, aquí!... ¡En... En directo para TeleSat, ¿visitará Argentina?... ¡Fran...!

-¡Francisco y Falcao / um só coração!... é o mais grannssss... uusnnnihhff... Ouphffftt... ¡Brasil é o mais grande...! ¡O mais grande!... ¡Brasil dossss!... Aupppg... ¡Caipirinha fresquinha, três reais!... ¡Argentina cerooo!... ¡Auuuug... ¡Um mascarado o Papa a tudo cor, oito reais!... Grande grande... ¡eugsshhs!... ¡Ga-ga-ga-ga-ouuu!...

-¡Aquí, Francisco! ¡Aquí!... ¡En directo para TeleSat de Argentina, ¿visitará nuestro país?

-¡Ta-ta-ta-ta...! ¡O mais grande!... ¡Brasil tressss!... Auuuug... ¡Caipirinha, três reais!... ¡Argentina uuuuno!... ¡...isco!... ¡Un mascarado o Papa, é uma caipirinha, dez reais!... ¡O maior do mundo!... ¡eugsshhs!... ¡Gah-gah-gah-gah-gahjjj... Goalll! 

-¡Sí!

-¡Ahí está! ¡Confirmado! ¡Ustedes lo escucharon, en exclusiva para nuestro canal de noticias, TeleSat, el Papa Francisco termina de confirmar su visita al país! ¡En exclusiva... para TeleSat, el Papa Francisco acaba de confirmar su arribo próximo a la Argentina!... Enseguida volvemos con más declaraciones... ustedes en estudio, por favor.




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18 de julio de 2013

Colón tiene la culpa



Seminario "Desembarcos filosóficos" en la UBA: el pensamiento según el espacio.

Jamás pensé que hubiera que desglobalizar la filosofía general, porque nunca la pensé globalizada. La pregunta iniciada por Ezequiel Pinacchio y Martín Forciniti hace ruido y es si existe una filosofía latinoamericana. Y fui, asistí, ayer a la Facultad de Filosofía y Letras tras la respuesta. Pero sólo encontré preguntas inundadas por enormes cantidades de esdrújulas en el léxico de los estudiantes de la universidad. Ya no es problema, sino "problemática", tampoco tema, sino "temática", no es busca sino "búsqueda". Imagino que detrás de las esdrújulas se encuentra el dilema.
Así descubrí, por ejemplo, que hay una filosofía "alemana", cuando creí que se trataba de "filósofos alemanes" aportando al pensamiento general universal, es decir, me encuentro con el pensamiento acotado, marginado o desagregado por la región en donde se expresa. Digo que corremos el riesgo de marginarnos, de apartarnos sin motivo. Premisas tales como "sobre latinoamérica", "de latinoamérica", "para latinoamérica, o "desde latinoamérica" parecen ser importantes para resolver el paradigma.

Si viajo por el espacio, ¿hay una filosofía espacial aislada del mundo? Pero incluso dentro de una región determinada también puede haber pensadores de contracultura, de contracorriente. Pero según el paradigma planteado, vienen a quedar integrados a una corriente geográfica unificada por el continente. ¿Es diferente el pensamiento de un nativo europeo, por ejemplo italiano, ahora radicado en América? ¿Cómo se clasifica a un pensador cuya premisa es inaugurada en Asia y su conclusión enunciada de vacaciones en Centroamérica? ¿Es pensamiento universal o latino? Las diferencias de idioma no pueden ser una variable que segmente y clasifique, con ese criterio no podría entender a Hegel, o a Spinoza, ni a Sartre. Y sin embargo los leo y los comprendo, por ende, no es suficiente para justificar las diferencias. Digo además, que orillamos lo sectario: Apartarnos sin motivo. Comprendo que el contexto sociocultural afecta al resultado, pero ¿cambia la cosmovisión de un hombre según su residencia en el mundo, por ejemplo, las premisas del inductivismo?

Rápidamente se habló de incluir una materia en la licenciatura: "Filosofía latinoamericana", cuando aún no se ha definido si tal producto existe, lo cual también me hace ruido mental, porque se inspira en la certeza de que el pensamiento está sustentado únicamente por la universidad y que si desde allí se siembra, producirá una corriente de pensadores latinos en el futuro.
Pero mucho me temo que al final del seminario, se fuerce la inclusión de dicha materia, porque, ¿cómo imaginar que al final del curso se arribe a la conclusión de que no existe tal fragmentación de la corriente general de pensadores? ¿Se admitirá tal conclusión?

En todo caso conviene preguntarnos si hay preguntas diferentes cuyas respuestas contienen sla visual reflexiva particular de un americano y, por supuesto, siendo diferentes a la conclusiones de un africano o de un europeo; saber si somos capaces de establecer nuevas preguntas cuyas respuestas nos identifiquen como latinos, de lo contrario los referentes seguirán siendo universales. Y luego atenernos a las conclusiones, aunque nos disguste el resultado. Pero sí es seguro que existe un pensamiento latinoamericano, pero no sé si eso termina de separarnos de la corriente general de filósofos universales, creando una corriente particularmente latina. No me asombrará encontrar en pocos años el descubrimiento de "Matemáticas latinas", o incluso, un ejercicio diferente de la gravedad sobre la materia en Colombia que en Ciudad del Cabo. Todo es posible con sólo formularlo.

Facultad de Filosofía y Letras, el edificio, nuestro edificio, es un asco. La última vez que la visité fue en 1991, durante el Congreso de Escritores Latinoamericanos, cuando fui a escuchar al guatemalteco don Augusto Monterroso, allí también conocí al panameño Jaramillo-Levi, y no estaba tan profanada por afiches políticos. 

El 9 de Agosto comienza el seminario. No sé, no sé, no sé... ¡No-sé!


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14 de julio de 2013

La llaga en el mar / Teatro La Tapera


Dicen que el escritor parisino Drieu La Rochelle, paseando por Alsina, le hizo a Borges un pedido: "Quiero conocer la pampa", y don Jorge Luis respondió: "Estamos en ella, esta es la pampa". Pocas veces recordamos que vivimos en ella. La urbanidad la cubre de olvido. Y en ese territorio pampeano que se aleja, un teatro: 'La Tapera' de Gino Bencivenga.

Tal vez quede en el recuerdo la visita del frío en el descenso de la noche. Sin solemnidad alguna llego un poco más allá de Estación Laferrere, al Teatro La Tapera. Y aunque fui como Embajador Cultural, llegué como amigo del dueño, director, dramaturgo y poeta, Gino Bencivenga. Si hasta él y la casa conservan la completud de las viejas pulperías pampeanas: eje comercial, vecinal y cívico de un pueblo; o así quiero verlo.

Me recibe con un fuerte y postergado abrazo. Y como falta para el comienzo, entonces me lleva a conocer los fondos del terreno, detrás del casco de la casa vieja y laberíntica, quizás con un destino pequeño y olvidado, luego recuperada a fuerza de sangre y ahora renacida como teatro.  Salimos a un patio primitivo aunque sembrado. "Aquí es el lugar de los asados", me dice, aunque se me hace difícil figurarme un rincón preciso para la mesa a la intemperie y luego llena de amigos imaginarios; menos aún la parrilla. Y más allá, la quinta de hortalizas en los fondos del lote, cerrado al fin por un cañaveral salvaje y pampeano. Lo primero que me recibe y me llena la vista  es la planta de quinotos maduros. "Querés uno, arrancá"; es cierto, están maduros; corto tres. El baño, a la vieja usanza, está alejado de la casa-teatro, en medio de la quinta de lechugas, puerro, acelga, radicheta y plantas frutales. 

Y cuando el plantel de actores y el público completan la cantidad prevista, a sala llena, comienza el homenaje "Y Pablo fue poema", con una escueta biografía de Víctor Cuello y las subjetivas recordaciones de Silvia Longohni y Fernando Sánchez Zinny. Incluso Gino, de dramaturgo a demiurgo, compartió vivencias. De pronto, Neruda se vuelve intelectual junto a Rimbaud y Buadelaire, y luego, por suerte, regresa a jornalero de la palabra. El reflujo del mar, con viento y salitre, cada tanto golpea la tierra angosta, se masifica en basalto y arrastra contra la cordillera. 

El poeta llega por los laterales a través de biografías (todas sospechosas para mí) y no por sus poemas, propiamente. Se fue de la pobreza (que no fue tal) a una riqueza (que tampoco fue tal), aunque no fue recordado el reproche de Lorca por los mocasines agujereados de Neruda. Fue mencionado también muchas veces un tal Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, de procedencia chileno, pero de él no sé nada. Incluso hubo referencias geográficas, como Temuco, aunque dudo que conserven algún secreto más allá de un rumor soñado. Recuerdo haber escrito un comentario desopilante acerca de la almohada de Neruda, porque dije que aunque durmiera en ella, no escribiría poemas como él. Se obvió la visión empírica de su existencialismo marxista, aunque se recordó a la mangosta de don Pablo, pero no así al monstruo que la espanta hasta la vergüenza. 


Acaso la novedad es que ninguna de esas estrellas del firmamento poético que rodean a un autor ha muerto. Prueba de ello es que en el segundo acto, cuando comienza la obra en sí misma –acaso el destino de la noche–, se abren arcones y valijas. Las musas extraen los objetos que florecen al escenario: Vajillas, instrumentos de cuerda, cubiertos, libros antiguos, sombreros; pruebas irrefutables de que alguien, alguna vez, existió. La noche agoniza en poemas, desangran de a poco en la voz espectral de Stella Maris Lanzilotta y del propio Gino Bencivenga con apariciones furtivas. 


Quien sabe por qué la poesía y el teatro comulgan destinos nupciales; acaso la musicalidad de la palabra las contamina en un lecho común, pero la noche se vuelve melancólica. "Lo que fuimos, no somos", dice la obra de Gino, acaso para confirmar el acierto; dolorosamente lo es. El mar golpea de nuevo la piedras de la orilla como un destino final: Todo esto también pasará; quedará el susurro y el trinar de una poesía inexplicable. 

En el acto final, hay reminiscencias en poemas de Norberto Corti, amigo o allegado personal de don Pablo, y la guitarra de Bosquín Ortega, quien a su vez invita al homenaje al héroe vandolero "Matecocido" Peralta. Incluso el mar siembra en el polvo helado. A fin de cuentas, Neruda no vive ni es chileno: Es un dios marino de un verbo nacido en tierra.


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