2 de diciembre de 2023

Jupiterianos

Las tintascrudas de Rigel



A falta de mi habitual compañera de madrugadas, Karolina, (quien cayó vencida por goteras y los truenos), anoche me conecté con madam Marina y, he aquí, que en nuestros cruces intelectuales, tan sórdidos como peligrosos, aventuré que, no sólo moscas y abejas provienen de la Luna, sino también la lluvia.

Porque si Hollywood es capaz de relacionar pelotudamente una gota de agua con la caída de un chancho del espacio sobre el capó de tu coche en la teoría del Caos (y que no es Ley, felizmente), entonces yo también puedo delinear mis propias teorías sobre fractales arbitrarios con la compañía de dos vinos y media botella de vodka.

Pero algo me lleva a especular que los rayos vienen de Júpiter, así como el vino tinto y el güisqui.

En fin, proseguiré con mis especulaciones científicas y siempre al mango por las avenidas de nuestra galaxia.



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6 de noviembre de 2023

Inteligencia luciferiana



El posteo que comparto fue publicado hace pocos días en el sitio Libertad y Tradición de Facebook. Lo cito con las correcciones pertinentes y su fuente.

"Hace unos diez años un gran sacerdote argentino radicado en Italia, y que poseía una visión universal del estado de la Iglesia, la cultura y la política, hablando de la situación nacional, me dijo: "Mirá nuestra Patria, desde siempre es una historia de confusión de su clase dirigente tomada por la inteligencia luciferina. Le dije, "¿Y por qué no diabólica. Me dijo: "el Diablo fomenta las pasiones bajas del hombre, Lucifer, la inteligencia". Y agregó: "Néstor y Cristina son claros exponentes de ello así como con un grado de sabiduría para el mal muy alto."

Esta anécdota no la olvidaré más. Una por de quien venía y otra porque analizando nuestra historia es así Estamos atrapados salvo en pequeños periodos de este desencuentro permanente que nos llevó a la actual decadencia.

Una de las situaciones es la permanente falsificación de nuestra historia, por ej se honra a Caseros como un éxito por la libertad, cuando en realidad fue el triunfo de Brasil y Francia sobre la Confederación Argentina … Rosas no fue un santo pero no más sanguinario que sus oponentes … pero nunca traicionó los intereses argentinos, sin embargo se escribió una historia oficial falsificada similar a la de hoy de los treinta mil desaparecidos … quien recuerda del tan ponderado Dr Alberdi que fue castigado, siendo Embajador en Europa por visitar a Rosas, y al encontrarse con un hombre que él reconocía distinto al que había imaginado, se ofreció para ser su abogado y defenderlo por el juicio en Ausencia que se le hizo en Buenos Aires, y don Juan Manuel le contestó deje las cosas como están porque sino lo destrozaran, por esa relación le fue suspendido por más de un año el envío de sus honorarios de embajador… cuando falleció Alberdi pobre y olvidado todavía no los había cobrado… otro ej de la inteligencia luciferina.
Cuando en los años 80 se desató de parte de los liberales masones una persecución a todo lo católico emergieron figuras como la de José Manuel Estrada, perseguido por sus ideas, fueron memorables sus palabras en el Colegio Nacional Buenos Aires cuando dijo: "De las astillas de esta catedra haré las tribunas de la libertad", esto también lo oculta la historia oficial escrita por la inteligencia luciferina.
Donde se recuerda por ej la alianza del católico y conservador Gustavo Martínez Zuviria con el agnóstico y liberal Lisandro de la Torre como modelo de esta hora… pero eso no es de interés de la inteligencia luciferina …
Quien recuerda el "Ni vencedores ni vencidos" del Gral. Lonardi en 1955, que hubiera terminado con la grieta, pero traicionado por los hombres de la inteligencia luciferina y toda la casta política. Otra vez el mal se impone.
Y así llegamos a los desencuentros de los '70 y en un tobogán sin fin donde el Mal fue victorioso siempre facilitado por los egos y la falta de humildad de muchos espíritus buenos.
Es hora de reflexionar profundamente sobre esta hora histórica donde un candidato que tiene el supremo arte de mentir una y otra vez se ofrecen como salvador cuando nunca lo supo ser,diría como expresión máxima de la inteligencia luciferina, y otro que lo sabemos buen economista.. con algunos valores que coincidimos,pero limitado en su formación pero bien acompañado en nuestros valores .. lamentando si algunas de sus formas y expresiones.
Algunos hablan de neutralidad porque no confían en el uno ni en el otro, pero en este Calvario de la Patria no hay lugar para Judas ni para Poncio Pilatos... ¡hay que definirse!

La política de la inteligencia luciferiana
Libertad y tradición
30 de octubre, 2023

29 de octubre de 2023

Al habitante de Antares

Las tintascrudas de Rigel



"Al habitante de Antares" es un texto libre, una prosa dedicada 
en 2004 a los escorpianos y cuyo original perdí en una 
computadora, aunque quedó incluido en uno de mis libros 
publicados, probablemente, entre 2010 y 2011 y del cual 
no conservo ningún ejemplar. 
Sin embargo, hace pocas semanas 
encontré en mi blog un borrador incompleto y no editado en 
las redes. La parte en color es la que me atreví a reescribir, 
contando apenas con algunas oraciones recordadas.


La noche le sienta bien. Por eso, digno y solitario, como un rey de la Luna, suele ocultarse durante las horas de sol a esperar el derrumbe de sus fuegos. Dicen haberlo visto desnucarse de un golpe único y venenoso, ya preso del delirio, acorralado acaso por la duna y las llamas del desierto. Pero tal vez sea un mito de sus detractores. Lo cierto es que los destellos diurnos lo debilitan pues anulan sus percepciones del Universo. Así, resulta indefenso frente a sus enemigos… porque también los tiene. 

El peor de todos, de tentaciones a tormentos, el Diablo del Edén. Su otro peor enemigo es tan ridículo y gracioso que prefiere olvidarlo. Por eso elige las sombras, acaso para insultar de misterio a la Creación. Y cuando cierra los ojos perfectos y totales a su oscuridad de ermitaño, se abalanza en meditaciones profundas y filosóficas. Cada día, mientras ennoblece las paredes de su cueva, él desnuda el temor de los hombres. También los errores de Dios.

Y cuando la polaridad estelar atraviesa los mares del cielo, entonces sale al territorio, poético y guerrillero, y rinde tributo a la esfera negruzca del firmamento. Ahora camina entre orgulloso y temerario, siempre en guardia, leyendo los secretos de los reinos bajo sus pies y sobre su cabeza, además del reino mundano.

Cuando los dioses caminaban la tierra, le temían. Sus versos en llamas —dulzura o muerte—, navegaron las venas rumbo al corazón de Platón. Y desde que brilla en el cielo, misántropo y enorme, Dios lo mira de reojo porque lastima las sombras de la tierra con fuegos ultravioletas. Entonces, desafiante, resplandece con luces de helio muy por encima del rosario de soles y constelaciones. De estas últimas, ninguna se le acerca. Si hasta las estrellas lo miran con luz zodiacal y mucho disgusto. No a él, ni a su poder, sino a sus erráticas reflexiones.

Se puede ser más rápido que él, pero nunca sorprenderlo. Y nadie quiera verlo yacer gélido e impenetrable, porque es más peligroso: está acechando la cena. Y mientras lo hace, quien lo ve, no sabe si medita o apunta. 

Él destroza la belleza oculto en las sombras. Es máquina, soldado y trampa. Virtud y enfermedad. Mata siempre a los mensajeros del cielo sin escucharlos. Por costumbre los envenena mientras los devora. Por eso está condenado al silencio, incluso cuando muere. Y siendo mudo es sabio. Cierra las pinzas de sus labios y mira estático en acuerdo mudo con la afirmación.

Cuando las nubes diseñaban montañas y el rayo esculpía el agua él ya veía muertos remotos. En su larga existencia visitó la cama de reinas y emperadores, fue copa y manta; también tormento en Caín y destino en el huerto, porque soñó a Judas un millón de años antes de su nacimiento. 

Su comienzo es remoto, fue el origen universal y su fin es el final último de la creación. Hoy está sentado a la izquierda de Dios a quien nunca mira recto a los ojos. Pero los profetas anuncian que será la única joya que el Todopoderoso conserve tras el fin. Porque él es jeringa, encanto y rodela, remedio, púa y poción. Y cuanto más finas sus armas más letales se vuelven. Su veneno predilecto es el recuerdo. Sus víctimas mueren o viven con los ojos abiertos. 

En la jungla, la duna o la sombra él es perfecto. Y no deja camino, pero siempre tras de sí hay una cuenta de huellas de su paso por la arena selenita... unas que nadie se atreve a seguir.



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28 de octubre de 2023

Las abejas, ¿vienen también de la Luna?

Las tintascrudas de Rigel




Hace más de 30 años escribí un cuento audaz —y muy etílico— con el título de "Las moscas vienen de la Luna", sátira publicada por primera vez en el volumen de cuentos REM (Editorial POL, 2008) y tan admirada por uno de mis maestros, don Abelardo Castillo, y con tantos otros lectores risueños que alguna vez hasta sentí vergüenza de haberlo escrito por las burlas que recibí y que contenía, cuando narro cómo un grupo comando de moscas verdes un día comienzan a asaltar los frascos residentes en la mesa y unen esfuerzos para desenroscar entre todas un envase de pickles, y huyen con un pepino avinagrado, y luego borran la huellas del atraco sin dejar rastro al regresar la tapa a su lugar, lo que provoca acusaciones iracundas y disturbios salvajes en una pareja mágica que habita el hogar. Y las moscas miran las consecuencias, pero hacen silencio. 

La pareja se trata, ella por su lado, de una princesa prófuga de la Luna, miembro de la aristocracia selenita obligada a casarse con un joven noble del lado oscuro al que no ama (por eso mismo huye) y cae por los misterios del realismo mágico en los suburbios de Buenos Aires. Y él, un suboficial de la policía bonaerense —cabo Ponce—, afecto al robo, el vino y los pepinos en vinagre, quien se asume como el protector de la princesa en la Tierra, aunque por tiempos siente ganas de dispararle a quemarropa y alegar defensa propia. Y ambos viven rodeados de moscas, restos de comida en la mesa y platos sucios apilados. 

Las moscas son la fiesta diaria, un baile multicolor; hay verdes, negras, rojas, tornasoladas, etcétera, y son aparentemente amigables. Es apenas un recurso del relato y no su eje principal; y si bien hay otros más extraordinarios y cínicos, las moscas destacan en la historia. Bueno, pero un día son descubiertas por el dueño de casa en pleno atraco y preanuncia el desenlace del escrito.

Bien.

Termino de ver en un documental de estudio cómo un grupo de abejas destapan un envase de miel para acceder al contenido.

Algo... digo, algo no está bien. La creación conspira, y lo pienso porque dudo que las abejas hayan accedido al escrito para observarlo como un plan organizado de saqueo... o sí?


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27 de octubre de 2023

Oniria, el color perdido

Las tintascrudas de Rigel



Soñé con la despedida de Mónica, 
la que fue mi primera pareja.

Ella interrumpía la cena, se levantaba de la mesa y la perdía de vista en un restaurant lujoso para descubrirla en el patio trasero del comercio, rodeada de familiares que no reconocí. Vestía una blusa blanca y pechugona, y una minifalda negra, esa que deslumbraba a mis compañeros de estudio. Y al despertar me sonó a despedida, a partida. Había regresado sólo para decirme Adiós.

Con apenas 14 años de edad fuimos dos incontenibles delincuentes sexuales y hace casi 50 años me fui a vivir con ella los ocho siguientes de mi vida.

Durante 20 días de cada año ella era mayor que yo hasta igualarla en edad con los soles de noviembre.

Nos conocimos con las témperas y los crayones de la secundaria del dibujo publicitario en Ramos Mejía. Y unidos, muy pronto, la fiebre nos contaminó como una transfusión de veneno. Cruzar límites se volvió tan común que fue el motivo para tomar distancia de nuestras familias y dar espacio a una locura de ardores juveniles.

Con 1,80 de altura, la vida extrema me redujo a esqueléticos 50 kilos de peso. Es decir, según la tabla americana, 30 por debajo del ideal en la relación peso y altura.

Y siendo yo soldado bajo bandera, ella fue la razón de mis escapes nocturnos por el que fui castigado con un mes preso en el calabozo. Me arrastraba por el campo hasta la ruta, evadiendo a los imaginarias de guardia, hasta que una mañana me descubrieron al regresar tarde.

Pero la poción viciosa sedimentó en la sangre y se hizo órgano; fue agua turbia y costra en el desencuentro. Nos volvimos violentos y salvajes. Los intentos de comunicación terminaban en peleas. Silencio y amor. Riñas y sexo. Entonces decidí ponerle fin a la pareja.

Admito que fue traumático para ambos, éramos dos adictos, uno al otro. Drogarnos de sexo era el escape nuestro de cada día. Y si el amor fue un infierno, la separación fue peor. Un verdaderos descenso al purgatorio.

Pasaron dieciocho años al menos. Volví a verla en '98 o '99 en un encuentro acordado en CABA una mañana de abril para firmar unos papeles. Cuando me vio acercarme a la mesa, me dijo: "¡Estás grandote!", porque me recordaba consumido y esquelético por la vida que hacíamos. Café y Marlboros en una cafetería vacía en la mañana vidriosa sobre Avda. Juan B. Justo. Fuimos amables al despedirnos. Pero no volví a saber de ella hasta soñarla ayer.

Las almas dicen adiós. No pocas veces me ocurrió en esta vida la visita final de una vida. El pitazo último y las campanas en el andén antes de partir al otro lado; un extraño halago de la creación.

Pero temo que hoy se me cayó un color ardiente de la paleta.


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23 de octubre de 2023

Las drogas "votarinas"

 Las tintascrudas de Rigel


Mi primera novela, "El símbolo: crónica de un prófugo en la ciudad de las lluvias" data de 1995 y trata de una conspiración del establishmen criollo en el control de la casa rosada para  reemplazar al presidente por un ser símil, un androide diseñado en un laboratorio tecnológico y sobre el cual tienen el comando total de sus funciones.

Y para que el país no advierta la diferencia con los furcios, los equívocos brutales del bicho presidencial en sus discursos, vierten en el agua corriente de consumo público un psicofármaco poderoso y alucinógeno: las "drogas votarinas" en el agua corriente, las que aplicadas pocos días antes de una elección provocan la inconciencia de los electores, el adormecimiento del sentido común, y a votar lo peor o cualquier cosa. Pero posee un efecto nefasto de contraindicación: promueve los suicidios en la población.

Años más tarde, el cineasta norteamericano Christopher Nolan, empleó un recurso similar en el film "El caballero de la noche" (2008) para llevar a Ciudad Gótica al ocaso destructivo: verter drogas potentes en el agua corriente con el efecto primario del miedo en la población, miedo, terror, que empujaría al derrumbe en un "todos contra todos".

Era el plan de la Liga de las Sombras para destruir la civilización urbana y establecer un nuevo orden económico y social inspirado en el derrumbe. Bien, años antes utilicé el mismo recurso, pero con efectos muy distintos en la dominación y la destrucción de la sociedad a la hora de votar. 

También recordemos en la historia de nuestro país al chileno el doctor en Química Dr. Del Río, servidor del régimen de Pinochet e infiltrado en nuestra ciudad, con el plan de envenenar el agua corriente de la ciudad de Buenos Aires y decapitar al poder político y la población de CABA por intoxicación mortal en los días del conflicto por el canal de Beagle y que estuvo a punto de llegar a la guerra, cuando ambos países, Chile y Argentina, estaban dispuestos al combate fronterizo. Del Río sólo necesitaba la confirmación del Pinochet para iniciar el  plan con un tóxico letal, inodoro e incoloro con un cálculo estimado de unos once millones de muertos y sólo en la primera fase.

Con la pacificación del conflicto por la mediación papal, Del Río supo que tenía las horas contadas. Borrarían las huellas de un plan macabro, un crimen de lesa humanidad. Su destino estaba sellado por el secreto de semejante operación homicida a su cargo y escapó a refugiarse en Uruguay. 

Agentes militares chilenos encubiertos dieron con él allí y lo asesinaron junto al secreto intacto. Esa... no fue una ficción.

Cicuta bestial o alucinógeno, vemos que la idea del envenenamiento del agua de consumo no es nueva. Tampoco lo fue cuando redacté la novela de ficción esperpéntica "El Símbolo"con el recurso de las "drogas votarinas", ya que provocaban un estado cognitivo iluso en la sociedad que promovía la reelección de un candidato, la votación masiva de un simio mecánico-biológico a batería con banda presidencial y cuyo escrito, el de la novela, causó desagrado y mucha reprobación de amigos, mi familia y colegas que accedieron al escrito, entonces descarté su edición, la olvidé. Y cuando dejó de importarme, de incomodarme, de impugnarme, la publiqué en 2015... veinte años después de haberla escrito.

Bien, fue el producto de mi incomprensión de algo ocurrido en esos años. Una manera de justificar lo inexplicable. Estimo que era optimista, porque en verdad, no hacen falta drogas o venenos en el agua corriente para inducir a votar a un simio como aparato del Establishmen. 

Porque venimos haciéndolo hace setenta años sin necesidad de droga alguna.


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18 de enero de 2023

Perro criollo

 Las tintascrudas de Rigel




Nos tratan como a perros. Nos tiran un hueso y los restos del almuerzo rejuntado de platos de una mesa amplia y movemos la cola, dichosos de tanto beneplácito, de tan abundantes sobras, de las atenciones siempre a horario. Se nota en los ojos y el hocico lengüetal que saborear aire plagado de condimentos y cociendas magistrales del menú ajeno. 

Aprendimos hace mucho a ser pacientes y a esperar nuestro turnosiempre alegres y presentes, a  no molestar con exigencias indebidas a los dueños mientras comen y la tertulia nos ignora.Aprendimos hace mucho a ser pacientes y a esperar nuestro turno siempre alegres y presentes, a  no molestar con exigencias indebidas a los dueños mientras comen y la tertulia nos ignora.

Acostumbrados a pelear en la vereda por migajas con los vecinos atrevidos que se acercan a husmear y querer robarnos las atenciones que nos merecemos por ladrar al cartero, a los cáusticos evangelistas de Illinois o de Texas de corbata negra, al pibe de la factura de electricidad y a Testigos de Jehová, tenemos derecho legítimo a defender a colmillo pelado la mezcla impresentable que derrama o en el piso o en el tupper roto del año pasado. O tal vez una hoja de diario. Y al fin nos abalanzamos conformes y prestos sobre ese desparramo que nadie quiere, los restos mutilados de quienes hasta miran con cierto asco el plato del final luego de la satisfacción de llenarse el estómago y saturar el paladar con sabores calculados. Eso es lo nuestro. 

Hasta en La Biblia se nos tiene presente. Y basta una caricia cada dos o tres años para desatar nuestro fervor por tanta lealtad. Mataríamos por una caricia de nuestros dueños. "Arrasaríamos el mundo", como dice Cómodo. Porque ellos son los mejores y no los cambiaríamos ni por mil platos de sobras del mediodía o el mejor Dog-Chow que pudiera existir. No.

Y nos pasean en sus autos como parte indivisible de la familia, al viento de la  tarde raudo que entra por la ventanilla, en viajes largos e indecisos por caminos desconocidos donde cantidad de árboles y follaje anuncian orinadas inolvidables y libre de intrusos ideal para marcar el territorio. Y nos bajan, nos alejan y corren, suben y se van. Seguramente se olvidaron de nosotros. Un accidente perfectamente explicable. Y es honorable esperarlos hasta que regresen en pocos minutos cuando se den cuenta de nuestra ausencia. Lo notarán.

El regreso será una fiesta de alegría. O será mañana cuando se den cuenta. O el mes que viene. O dentro de diez años. Porque nuestros dueños son los mejores y no los cambiaríamos ni por mil árboles.

No.


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