Lo que se dirime en Centroamérica no es ni la democracia
ni la libertad, sino el tironeo de dos viejos adversarios por
el control de los millones en petróleo y drogas:
Cuba y EEUU. Pero la ecuación mantiene una incógnita
y es el pueblo venezolano.
Los idus de Marzo le llegan a Maduro en Venezuela. O es el fin de su gestión o el fin del gobierno de Venezuela. No sabemos si morirá o escapará o si permanecerá, pero será el final del algo. El sueño bolivariano murió en Marzo de 2013 cuando en un quirófano del CEMIC los médicos cubanos cumplían la instrucción de abandonar la vida de Hugo Chávez "sin dolor", tal cual como la cúpula castrista había planificado al tomar conocimiento del cáncer del líder venezolano: Llevarlo a la isla y terminarlo allí, como en un acto de gran piedad pero sin piedad. Maduro estaba en los planes cubanos de sucesión, pero no Capriles, quien por poco arruina el destino cuando echa todo a tierra con una elección que muy pocos saben que, a pesar de los controles internacionales, él ganó.
Con el asesinato programado del venezolano finalizaba una etapa, concluyendo así, el enfrentamiento de dos proyectos inclusivos pero opuestos: el de la Gran Colombia bolivariana de Chávez, y el de la Gran Cuba castrista de los hermanos líderes marxistas de la isla, y que resulta de controlar a Nicaragua y a Venezuela desde la Habana. La triangulación necesaria en el acceso al continente, a fin de cuentas, los beneficios de tener participación en el control del petróleo venezolano y el acceso al corredor libre continental del tráfico multimillonario de estupefacientes y armas, cuya principal salida al mundo europeo es Argentina, ese colador del sur con trampolín libre incluido que es el aeropuerto de Ezeiza.
En efecto, nuestro país no ofrece resistencia alguna al tráfico de drogas que a diario ingresan por toneladas por la frontera norte con Bolivia y la Triple frontera con Ciudad de Este. Se puede cruzar a lomo de burro, a mano o con avioneta. Incluso un Boeing puede cruzar nuestra frontera que no será detectado por el simple motivo de que no hay radares allí. Cualquier país de América Central o Sudamérica puede acceder generosamente al circuito. Hay Ministros famosos del gobierno kirchnerista que operan como garantes y capitalistas del corredor libre. De allí la fortuna desmedida que amasaron en los últimos años. No todo viene de saquear las arcas públicas, también se nutren de la narcopatria.
Armas, drogas y contrabando de lo que sea. Incluso ese corredor alimenta a los etarras de España. ¿EEUU lo sabe?, claro que sí, naturalmente, los informes de contrainteligencia desde hace años que vienen advirtiendo la operación castrista, la docilidad de Maduro, la compulsión del pueblo venezolano. No alcanza con tener puerto de acceso seguro con provisión de armamentos a Colombia en el combate contra la producción y el comercio de cocaína. EEUU tiene emplazamientos militares en Colombia, también en el norte argentino y hasta en la selva paraguaya. El jaque puede llegar en cualquier momento, cuando así lo quieran, para eso les abrimos las puertas en el sur por unos pocos pesos. Pero ahora necesitan controlar a Venezuela. Para los informes de la CIA, ¿importa el pueblo venezolano?, claro que no. En cualquiera de los planos sobrevivientes salen desfavorecidos.
La incógnita es, precisamente, ese pueblo convulsionado. Qué forma adquirirá después de Marzo, qué camino elegirá transitar, por ejemplo, la cúpula militar, cuando sabemos que 173 oficiales fueron pasados a retiro por el descontento con la presencia militar cubana como asesores de Maduro en la crisis. Cuba cumple con sus planes y avanza, pero se mantiene en la incógnita saber si el estado militar que sobreviene convocará a elecciones pronto tras la salida de Maduro o si comenzará una represión histórica de la GNB al estilo argentino, o si entrarán en operaciones extremas las fuerzas cubanas, gravitando en la futura cúpula del poder de facto venezolano, o incluso la expulsión de consejeros militares cubanos del país, y ese signo también depende del pueblo ciego, sordo y mudo de información que ahora mismo toma las calles, a pesar de las torturas, los asesinatos y las persecuciones.
Es la tapa a un proceso de integración regional que parte con pueblos divididos y enfrentados entre eufóricos e irritados, algo así como reparar la calle cuando el techo de nuestra casa se nos ha venido encima. Pero la relación del pueblo venezolano con el ejército está herida de muerte. No tiene regreso y el pase de facturas es inminente. López probablemente está muerto, así se rumorea aún sin confirmación, pero Capriles, ¿pacificará?, ¿cortará relaciones con Argentina, acaso el peor influyente después de Cuba?, ¿cómo resolverá el plan de la Gran Cuba en los planes castristas? ¿qué pasará con el corredor latino de tráfico libre?
Es la tapa a un proceso de integración regional que parte con pueblos divididos y enfrentados entre eufóricos e irritados, algo así como reparar la calle cuando el techo de nuestra casa se nos ha venido encima. Pero la relación del pueblo venezolano con el ejército está herida de muerte. No tiene regreso y el pase de facturas es inminente. López probablemente está muerto, así se rumorea aún sin confirmación, pero Capriles, ¿pacificará?, ¿cortará relaciones con Argentina, acaso el peor influyente después de Cuba?, ¿cómo resolverá el plan de la Gran Cuba en los planes castristas? ¿qué pasará con el corredor latino de tráfico libre?
La presencia del ECO, Ejército Cubano de Ocupación en tierra venezolana, cierra cualquier capítulo de diálogo con el gobierno y hasta promueve la protesta. Asesoran y hasta participan en los operativos urbanos, detienen, torturan y toman decisiones críticas que casi siempre implican violaciones de derechos, tanto civiles como humanos. Así concluye el proyecto de integración continental inspirado en próceres pretéritos, interpretado por figuras menores y vengadores de los "malos tiempos" llegados sonrientes para enfrentar las crisis sociales, utilizando el ambiguo método de la democracia como una palanca de fuerza y no como una convicción de bien público, y para quienes el asesinato y la tortura son posibles en la busca de bienes superiores.
Para ellos y para los nuestros, no ser descubiertos mintiendo es lo mismo que decir la verdad, y no ser sorpendidos asesinando es igual que ser inocente. Se piensan caudillos nacidos del pueblo cuando son tiranos vestidos de democracia, por eso les duran tan poco los disfraces, los pierden ante el primer reclamo social. Nunca darán un paso al costado porque ellos son los mejores, y los que nos cabe como sociedades libres es aceptar sus reinados irresponsables o derramar nuestra sangre en las calles. Tan demócratas son.
En cualquiera de los casos, el sueño bolivariano cerró las puertas; el movimiento concluyó. Lo que queda es un cadáver infeccioso que deben quemar cuanto antes. Luego, la mirada se dirigirá al sur, al corredor libre de Argentina. Los idus de Marzo, previo al asesinato de Julio César en la historia romana, anuncian el fin de una edad, la sentencia está en marcha. "La hora de los pueblos", citando al extinto líder bolivariano, se acerca, pero el derramamiento de sangre no concluirá ni en Marzo ni en Abril. Allí comenzará.
Barón Carlos Rigel
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