31 de marzo de 2017

Venezuela ha dejado de existir




Maduro, oficialmente, es un nuevo dictador. Desde ayer, 30 de Marzo, con la disolución de la Asamblea Nacional de Venezuela -el Congreso bolivariano-, reemplazada por el Poder Judicial de corte madurista, tenemos un régimen autoritario narcotraficante con poder nuclear y abundante petróleo, otra Cuba continental, bajo el mando de un dictador con sombrero y pajarito multicolor, subordinado a un cubano homosexual reprimido llamado Raúl Castro quien gobierna una isla de re-cagados de hambre y resentidos belicosos ahora con aeropuerto en tierra centroamericana. 

Felicitaciones, entonces, al “periodismo militante” kirchnerista, a Evo, a Raúl, a Cristina, a Maradona, a la Universidad de La Plata y a cada hijo de puta que colaboró con el régimen o que, viéndolo afirmarse, miró para otro lado. La democracia allí murió ayer y con ella los sueños de Bolivar y de San Martín. De esa misma basura con vistas totalitarias nos libramos aquí en 2015. ¿o pensaban que el verso de la Patria Grande o bolivarista o kirchnerista terminaba de otra manera que no fuera con terrorismo de Estado y peligro continental? 

Ahora, al pueblo venezolano no le queda otra alternativa que organizar una resistencia civil y pedir la asistencia internacional y el armamento para combatir al régimen militar con guerrilla en un programa de ataques violentos y directos al corazón de una cúpula que no es un gobierno sino una “vulgar dictadura militar” totalitaria residente en el Palacio Miraflores en pleno siglo XXI. Su pueblo tiene derecho a la rebeldía y el deber de combatir por la república perdida en busca de su liberación. Así ejemplificaremos para las nuevas generaciones dolorosamente en qué consiste una "dictadura" que tanto mencionan sin saber qué implica.

Argentina, Uruguay, Perú, Chile, Brasil, México, EEUU y Colombia e incluso España tienen el deber moral de pasarle por debajo de la mesa armamento de combate moderno y el entrenamiento militar para emprender la lucha y resistirla, a sabiendas de que Maduro es un pretexto de Raúl Castro en su descenso al continente con sus propios ejércitos por el control de la cocaína y el petróleo. Venezuela es apenas una trinchera continental cubana. 

En 2014 reporté desde mi blog personal en el mes de Marzo -la nota “La señal”- el plan en marcha de una triangulación nefasta entre Nicaragua y Venezuela con vértice en Cuba y pactos avanzados con las FARCs colombiana para desestabilizar a gobiernos del continente latinoamericano y europeo. Ese plan ayer dio una señal tan certera como alarmante. 

Y al pueblo venezolano, FUERZA, a superar el hambre y sublimarlo en repulsión y combate. Terminan de pasar a la clandestinidad sin buscarlo desde que un cartel narco llegó al gobierno. Fueron engañados por un golpista simpático llamado Chávez quien creyó en la alianza con los Castro, olvidando que son traidores a su pueblo, avaros y asesinos multiplicado por 50 años de reprimir alzamientos de manera bestial.

Tenemos a un nuevo dictador y todo ocurrió ante los ojos de la OEA quienes han demostrado ser otra “oficina de trámites burocráticos”. Cuba, Nicaragua y ahora Venezuela, el enemigo reside al fin en el epicentro de América. El bolivarismo aún defectuoso, murió en 2013 junto con Chávez, empiecen a mirar al castrismo con otros ojos antes que sea tarde.

b CR

Copyrigh®2017 por Carlos Rigel


27 de marzo de 2017

El toque de Medusa


Hace unos años reflexioné que la grieta había llegado para quedarse con nosotros mucho tiempo, tanto como dos generaciones. 50 años. Llegó en el vientre podrido del peronismo con burla, con odio y con discriminación. Recuperaron la estatua de Goldstein, el enemigo orwelliano, y la aplicaron a medio país: ahora tenemos 20 millones de Goldstein contra 20 millones de Winston. La cifra excedió el conjuro anticipado por el novelista.

Y lo que llamaron “revanchismo” tras el advenimiento de Macri fue precisamente eso, revanchismo, ya que inspiraron la burla, el desprecio y la discriminación acumulados durante 12 años como una respuesta especular: hay que ganarse tanta animosidad, no se hicieron merecedores de la conmiseración ni de la piedad. Tampoco la dispensaron. Fueron enfrentados al espejo y obligarlos a mirarse. Y encima, ponerlos en fuga, en escape, ya que hoy muchos son prófugos u ocultos tras abogados inescrupulosos. O eso o se amontonan en penitenciarías. Jamás se nos hubiera ocurrido ponerle el nombre de un ex Presidente a un pabellón de Ezeiza; hoy es otra broma que circula en las redes, mañana quizá una realización del deseoso imaginario social; en 50 años será olvidado incluso si ocurriera ese chiste del destino obstinado.

Pero fue otra advertencia de la historia. Argentina bordea una guerra civil. Armas negras no faltan, rabia sobra, y los enemigos parece que abundan: así nos alimentaron y ahora nos hemos vuelto realidad. Inauguraron un clásico Boca-River donde no lo había. Las burlas excedieron la marca en pleno partido, las hinchadas se enfrentan, y ahora hay sangre en las gradas, luego derrama en las calles y sigue el enfrentamiento. Un barrio es azotado por tribuneros armados, varios hinchas son destrozados a palos, otros huyen en llamas, algunos corren en defensa de alguien que yace sin brazos, los micros parten llevando refuerzos, la policía interviene pero yacen heridos o aplastados, entonces llega la gendarmería pero son insuficientes: hay barrios en llamas. Es el imperio de la Medusa: estatuas matan estatuas en la noche, sombras matan sombras... Bien, ahora aumentemos la escala.

Es que 'ellos' no capitalizaron el total del rencor sino que inspiraron el ajeno y ahora yace dividido y derramado en la 'oposición' que hoy gobierna. Incluso hay una recuperación del discurso setentista con un fortísimo desprecio a la vida que habíamos olvidado luego del pago en sangre todavía no saldada de otras épocas, un discurso que reinvidica la lucha armada y el asesinato de militares y de civiles, de adultos y de menores, de viejos y criaturas de brazos. Quizá antes no quedó resuelto, y quizá el meteoro social regresa buscando una conclusión. Como los sacerdotes centroamericanos pre-cristianos, cuando pedían al pueblo la entrega de los hijos pequeños destinados al sacrificio de las deidades solares. Se acerca la hora de entregar nuestra simiente: Ellos pagarán nuestros vicios.

No se trata de que un enfrentamiento interno sea feo o bello, sino de que es la manera de acortar los 50 años de fractura social que sembró el kirchnerismo. Por eso recuerdo a menudo la Guerra Civil española. Tal vez debemos tomar la semilla de Hebe de Bonafini y sembrarla; quizá ya lo hicimos, y estallar en conflicto armado y deshumanizarnos impiadosos, desapenados, descargar el odio y bañarlo todo en sangre hasta cubrir la tierra. Y matarnos hasta cansarnos, hasta saciarnos, hasta aborrecer la propia y buscada muerte, como en Sarajevo, como en Kosovo, en Serbia, en Bosnia: todos contra todos. Generación contra generación, como en “La guerra del cerdo” de Bioy Casares.

En 2013 Jorge Ruli, fundador de la Juventud Peronista de La Matanza, recordaba, durante una conferencia, que en los '70, vio bajar del auto al Gerente del Banco Cooperativo o de Desarrollo o el que fuera, y sacó el arma de la cintura para dispararle porque sí. No había un motivo específico sino un rencor desbordado e incontinente, un ansia retroalimentada como el observado en las tribunas de fútbol. Bien, ese mismo país está regresando recargado y lleno de sorpresas desagradables. La historia que vendrá a nuestro encuentro será así: un líder paria regresará luego de largo tiempo separado de sus fueros, la llegada cristalizará bandos en pugna con atentados. El descontrol de asesinatos resultará producto de las venganzas demagógicas o caprichosas. La rebelión será silenciosa. El líder será asesinado y el país estallará en llamas de venganza contra todo.

Las fuerzas institucionales intervendrán pero las herramientas del pasado fueron afiladas en ese conocimiento venido de otra experiencia y serán enfrentados con trampas nuevas. Las comisarías serán saqueadas y los uniformados descuartizados, de cráneos aplastados. Los cuarteles militares seguirán igual suerte aunque producirán numerosas bajas. Unos pocos sobrevivientes a esta primera fase quedarán mutilados pero listos para seguir adelante. Y estallará la guerra tan ansiada. Tal vez la Medusa gobierne. Pero quizá no alcance con echar al pozo a nuestros hijos, quizá el agujero negro reclame incluso a nuestros nietos. Dos generaciones completas deben ser limpiadas de la tierra y echadas al fuego. 50 años. La tercera generación no alcanzará a escribir las crónicas de la Gehenna, también caerá.

Tal vez la historia del futuro nos dio una advertencia en el pasado reciente de lo que viene a nuestro encuentro. Por algo el odio sigue vivo, y si no fue desterrado, entonces debe ser prosperado: la semilla debe romper la cáscara para crecer. Para cuando llegue el tiempo de la segunda etapa, San Parca transitará las ruinas ejecutando heridos y sobrevivientes. Veremos criaturas desmembradas quemándose en los baldíos y perros incinerados desgarrando sus propios cuerpos. El firmamento ocultará el sol con humo rancio, las hogueras serán sembradíos y la flama nacerá de repollos. Serán nuestro pan, porque lo crecido será educado en el asesinato. Demasiado odio en la planta Malicia. Como en la película “El exorcista: el comienzo”, primero irán unos contra otros, pero luego se destruirán a sí mismos, no habrá diferencias, todos serán enemigos. Es la etapa final.

Seremos espejismo y pesadilla en la evolución darwinista, otra Atlántida de Platón, la Pompeya del lujo romano desaparecida en un pestañear de los siglos. Un recuerdo padecido y cenagoso en las enciclopedias del mañana, “la capital de un imperio jamás existido” o la tierra prometida jamás descubierta y al fin olvidada. La Sierra Leona de América. Y que quede lo que quede, porque para tener posesión de algo habrá que matar a alguien. No debe asombrarnos que hasta el Cielo nos desprecie y nos mande una señal papal del final de los tiempos aunque nos tenga olvidados. Porque el reino será quitado a unos pero no será dado a nadie, porque el suelo yacerá maldito. Y porque el reino celeste agotó las señales. Merecemos ser arrasados peor que hebreos por romanos, empezar un jardín nuevo pero sin nosotros. Suena el gong en Argentina: La Medusa marca las 12 de la noche en el Valle de las Sombras. 
Rigel


Copyrigh®2017 por Carlos Rigel

3 de marzo de 2017

Cambiando la Marcha








Un país que cae hasta la miseria abyecta tras cada ciclo de 15 o 20 años, es como un alumno que en Diciembre rinde mal la última prueba y repite. Lo deprimente de los argentinos, es que ese alumno tiene 70 años y no termina 1er grado desde los 6.
Cuando renuncio de manera irreversible en 2014 a la ideología peronista que me vio crecer y madurar, fue porque decidí perder toda mi fantasía y porque sepultaba para siempre los sueños de mi adolescencia.
Volvi , entonces, por mi propio Túnel el Tiempo al Salón del Congreso de la Nación en el invierno de 1974 y, de pie, de nuevo congelado de frío, cansado y mal dormido, con los bolsillos de mi campera sintética llenos de lluvia y pan mojado, me despedí en secreto y silencio frente al féretro de Juan Domingo Perón, rodeado de coronas inmóviles, sollozos, trajes y Granaderos al fondo. Me despedí y me fui.
Estuve allí ese dia. Y volví al presente, retornado del pasado, y no siento deudas, no alimento fantasmas. Fin de una etapa. Después murió Alfonsín pero ya estaba acostumbrado a que la muerte visitara la historia. Mis antorchas arden con otros fuegos,arden en palabra. El fuego de Ayasha y el caldero. No importa si no soy escritor, como muchos graciosamente se autodefinen, ni si soy columnista de periódicos, como oros presumen con fatua vanidad. Sólo decidí observar, pensar y escribir. Y luego actuar. No tengo fantasmas pero tampoco brújulas. Y no admiro a nadie porque no renuncié al don de la vista y del sentido común.
Como el alumno de 70 años de arriba -aunque tengo muchos menos años cumplidos-, tengo el derecho de dudar de todo, desde los planes de estudio, y de mandar a la mierda a la maestra, a la directora y hasta el portero, y de extender mi deseo al Secretario, al delegado y al Ministro de Educación. Entiéndase, es una metáfora de la ideología que abrigué. El sueño no era ser Cuba o Venezuela, sino mejores. Un país industrial de avanzada.
Y porque esperé demasiado tiempo la “Argentina Potencia” que nos prometieron en los '70, cuando soñábamos con el futuro promisorio, y hoy seguimos tan bananeros como antes pero llenos de Planes, con la sonrisa y el furor de los tontos. Hay que errar mucho para vivir una pesadilla. Una cultura partidaria que mide ventajas y que aplaude a Luder, luego a Menem, más tarde a Duhalde, después a Néstor y finalmente a Cristina Fernández, no tuvo ni tiene nada que ver conmigo. A otro le puede resultar razonable, a mí no. Pero la grieta llegó también a mi familia, es techo y suelo. Por eso vivo suspendido en una silla. No importa. No necesito vendarme los ojos para escuchar mejor.
Pero me cansé de ver gronchos hijos puta y amanecidos renacuajos pasar en chatitas abolladas con canastos de pan, leche y facturas rumbo a los merenderos del hambre para verlos pasar luego de 2 años con un Toyota 0 Km.. Es multiplicar dos por dos y que siempre de cuatro. Si ese es el modelo de “justicia social” que defendí, no tengo dudas: métansela en el culo junto con Menem, con Néstor, con cristina y con Perón, muchachos.No me recibiré de hijo de puta social por los beneficios comparativos que ofrece.
Y así como soy cristiano y nunca obediente ni de la Iglesia ni del Vaticano, no espero ninguna "Segunda llegada" de nadie, no espero nada. Pero no voy a morir equivocado. Vivir el tango Cambalache no me justifica ni me describe ni mucho menos me identifica, aunque lo padezca cada día. Mi resistencia es estética tanto como ética. Sangraré lo que veo para redimirme mientras escribo. Camino a diario entre capiteles en ruinas del Cielo y de la Tierra. pero no me sirve la expiación del Celo cuando la tierra se mantiene bajo mis pies

"Todo lo que se rompe se vuelve cuchillo", escribe el poeta coreano See Jeong-Ho. El país está roto y sangra, yo estoy roto y corto. A la mierda con todo, no tengo tensores mentales ni históricos: Siento y pienso, no necesito nada más, luego escribiré lo que quiera.
b CR



Coyright®2017 por Carlos Rigel