30 de noviembre de 2010

Inteligencia cósmica



Dijo: "Los extraterrestres vienen para estudiar mi cerebro".
Y lo aplastó un meteoro.


27 de noviembre de 2010

Choripán semántico


Novedades jugosas en la parrilla literaria.

Y a quienes piensan que el éxito cambia a los amigos y los aleja (casi siempre es así con quienes lo aparentan), les digo que Gustavo Nielsen –reciente ganador del Premio Clarín de novela 2010– no sólo me escribió un e-mail sino que llamó a casa para invitarme a morfar unos chori con ají putaparió. Calculo que habrá escabio del bueno (o será quizá un autógeno pingüino de tinto). Durante el almuerzo analizaremos temas del quehacer literario, editorial e incluso laboral. La ceremonia concluirá –si lo permite la agenda– con lanzamiento de granadas Buscapinas en Alfaguara, quema de diarios Clarín y un meo tradicional en la puerta de Editorial Planeta.


12 de noviembre de 2010

Tornillo de oro para Gustavo


Para quienes saben de mi participación en el concurso Clarín de novela, les debo aclarar que perder contra Nielsen no es ninguna deshonra.
Se trata de unos de los mejores autores de la generación del '90 junto a Juan Forn. Sin embargo, el mérito que le corresponde permite ver, además de la estatuilla en la fotografía, que el mismo grupo de editores y medios que lo ahuyentó, tras un juicio ganado y tapado vergonzosamente, debe ahora recibirlo de nuevo con honores. Ellos son los verdaderos perdedores.

"Al mundo le falta un tornillo" dice un tango popular, por eso don Quinquela Martín inauguró un premio ejemplar que reconocía la lucidez de quien lo recibía. Otorgaba un tornillo enorme a los galardonados. La metáfora es clara: Te recibiste de cuerdo en un mundo fallado y descompuesto. Los defectos son de fábrica, aquí tenés lo que te falta. Nielsen merece un tornillo quinquelado.

En Alfaguara, poco faltó para cortar a Gustavo de la nómina de autores tras el juicio menos famoso que le gana a la dupla impresentable Piglia-Editorial Planeta. En los fueros se probaron "negociaciones contractuales" en un concurso literario hoy desaparecido y vergonzoso. Nielsen decía la verdad, los grupos mentían. El mismo Clarín hizo poco o nada de ruido frente al escándalo cuando debió respaldarlo. No llenó páginas ni destinó cronistas al delito. Es que entre grupos de tramposos deben protegerse como parte de un pacto ciego. Planeta es uno de los clientes fuertes del Grupo Clarín y Gustavo era el enemigo, el agresor, el acusador. ¿Cómo se atreve a denunciar lo que todo el mundo sabe pero nadie se anima a decir? ¿Qué pruebas tiene?
La última vez que lo visité a Gustavo, su abogado tenía la orden de embargo lista para ejecutar contra Editorial Planeta. Y Alfaguara, que también tiene lo suyo ya que no es trigo limpio, en pleno uso de la implícita defensa corporativa –la que acuerdan por ejemplo los miembros de una banda delictiva frente a los fueros–, lo excluye de su nómina de autores. Nielsen, ahora, era un paria, un monstruo estepario.

Gustavo Nielsen termina de recibir el Premio Clarín de novela 2010 sin negociaciones contractuales pero, hay que aclararlo, no porque los directivos del certamen tengan la convicción de hacer las cosas rectas, sino por el efecto Planeta. A su vez, Planeta hace un sepulcral silencio frente al ganador, y Alfaguara, que ahora debe recibir de nuevo a quien expulsó concupiscente con el grupo, adquiere tachos de Buscapina ya que debe publicar al premiado como dicen las bases del concurso.
Gustavo ha ganado algo más que un premio literario y una estatuilla. Recibirlo con honores es poco. La verdad ha resultado más que confirmada. Pero estos grupos no corregirán los comportamientos delictivos, se abstendrán de cometer los mismos errores otra vez. El dinero en juego es mucho. El mercado quiere ruido y espacio, no la verdad ni el arte. Completan el círculo los autores que se prestan, sacrificando ética, al juego de las trampas y los éxitos sospechosos propuestos por los grupos de mercaderes en la evasión.
Ahora Guillermo Martínez tiene la palabra, los micrófonos son de él. No sabemos qué diablos dirá para justificar un crecimiento desmedido e injustificado de su carrera luego del 2003. Es bueno optar por el mea culpa, el declararse ventajero, errado y sucio. Gustavo no pertenece a esa lista. No importa cuanta fuerza hicieron, muchachos, no lograron embarrarlo. Es un ganador nato e intransigente. Y no hicieron falta negociaciones previas ni operativos de ocultamiento frente a la porquería descubierta, simplemente porque no hubo porquería, ganó por sí mismo.


11 de noviembre de 2010

Eterno despertar de un caminante con recuerdos



Hace pocos días, durante el programa de Emilio y 
María Victoria en FM universo, "Cultura desde el pie", 
el poeta paraguayo Elvio Romero fue recordado 
por José Enrique Paredero y por quienes lo honran.
He aquí un modesto homenaje a quien tuve el honor 
de conocer y de disfrutar su poesía.

"A la edad de 77 años ha fallecido en Buenos Aires el poeta paraguayo Elvio Romero, a quien tuve la oportunidad de ver algunas veces en casa de Gilberto Ramírez Santacruz. El Premio Cervantes de Literatura Augusto Roa Basto, solemne, a su muerte dijo: «Ha muerto el último gran poeta de nuestro país. La humanidad ha ganado su obra».
La última vez que compartimos unos momentos con Elvio Romero, fue la noche del 19 de abril de 2004, durante una pelea de box —según pude saber, Elvio era amante de las peleas de ring— en la que participaba Pablo R. Santacruz Acuña, hijo de mi amigo Gilberto, en la Federación de Box, en la calle Castro Barros de la ciudad de Buenos Aires.
Luego de su operación en la garganta, Elvio mantenía el cuello cubierto con un pañuelo de tono pálido amarillo-tierra con dibujitos negros, y sonreía a quienes lo saludábamos en la vereda, mientras esperábamos en la fila a que abrieran el ingreso a la Federación. Recuerdo haber mencionado este encuentro con Elvio pocos días después a otro paraguayo, el doctor en Letras L. Ferrer, de paso por Buenos Aires con motivo de la presentación de un libro de su autoría en la 30ª Feria el Libro. Esa noche compartimos unas diez peleas de cuatro rounds y el hijo de Gilberto ganó por puntos.

Elvio fallece el 19 de mayo, un mes exacto después de aquella noche de box. La tarde del día siguiente, es decir el 20 de mayo, sentado frente a la computadora en la oficina de mi amigo Gilberto, tuve la oportunidad de reexaminar y disfrutar algunos de sus poemas del ejemplar Los innombrables (1959-1973), reeditado en la edición monumental Antología poética (1947-1977) de la Editorial Losada, publicado en Buenos Aires (1981), en una tipografía chiquita, probable Caslon cuerpo 8.
No me fue dada la palabra poética ni la rima, por lo tanto sólo puedo dejar que el río siga con fuerza en busca del mar. Y para las nuevas generaciones posproceso, y para aquellos que compartieron la jornada del 20 de diciembre de 2001, cito textualmente una de sus piezas más brillantes: De caminante, poema en una bastardilla elegante y diminuta, versos con dos posibles lecturas, ambas comprometidas, y un leve sabor apostólico, pieza que merece estar en la biblioteca perpetua de la humanidad:

De caminante

Heme aquí, con los de mi camino:
El justo, el pobre, el perseguido
y el rebelde. De parte alguna vino
mi voz, sino de ellos. Fui con ellos
a elegir mi posada, el desprendido
corazón. El pan y el vino
que fueron ofrecidos. Los destellos
de su ser me encendieron, ahora nada
tengo más que de un mundo compartido,
el compartido amor y la mirada.
Se me fue dado este cantar por ellos.
Heme aquí, derramado en mi camino.

Elvio Romero

Ahora, el poeta duerme el sueño espectral de los hombres para despertar el Verbo una vez más en tierra de gigantes.
Junio de 2004"

dedicado a la Sra. Zulma Romero

8 de noviembre de 2010

Victor Orellana y Carlos Rigel en FM 94.7


En efecto, visitamos el programa de Emilio y María Victoria
"Cultura desde el pie" de FM Universo en la 94.7 Mhz.


Durante el programa debatimos acerca de la desaparición de España en el panorama cultural, recordamos a Borges, a Kafka, colateralmente también a Quiroga, y a Miguel Hernández de quién se cumplieron nada menos que cien años de acompañar a nuestra humanidad. Además, Victor recordó los motivos primigenios que lo llevaron a ocuparse y escribir el diario del barrio Manzanares. Lo demás, por suerte, es tan subjetivo que hasta resulta poético en sí mismo: apenas un pedacito de la Eternidad prometida.