27 de octubre de 2016

¡América no existe!


Pensar que América está unificada por la territorialidad es un eufemismo. Qué tiene que ver una cultura esquimal precolombina con otra isleña afroamericana inyección resultante de esclavos; o una corriente anglosajona de conquistadores con otra nativa e india precolombina al sur continental; o la síntesis de una migración de etnias araucanas cruzadas con un sangrado español y otra etnia incaica con otra francesa radicada en la selva; o la guaraní, aún con huellas viquingas en la simiente, y las comunidades germanas de Sudamérica. Y después moros y hebreos con italianos, con rusos, con polacos. Cómo encontrarles un factor común que los unifique. 

Y en ese puchero de sobrantes étnicos universales, los pueblos originarios vienen a quedar perdidos como los condimentos en la olla americana. Solemos recordarlos un día del año, como para no sentirnos tan crueles. Y luego los olvidamos, entre tanta novedad que alimenta nuestras ilusiones o nuestros bolsillosMientras tanto les compramos baratijas en el mercado regional para decorar nuestras paredes, hasta ahí llega nuestro compromiso solidario. Algo así como donar 5 pesos a CARITAS un día del año para no sentirse tan hijo de puta anual, es decir, como los otros 364 días de año. 

América no es África, un continente con dominante negro y el CNA ahora viralizado en grupos de asesinos de tribus con títulos amplios como "Frente para la liberación de...", justificación ejemplar para la limpieza tribal despiadada por el dominio total de los recursos mineros: ellos son los nuevos esclavistas. Imagino la gran latina: "¡Por culpa de los ingleses somos así, tan desalmados hijos de puta!". Antes el conquistador era gringo y el esclavo era negro, ahora el gringo es negro y el esclavo también, todos son negros, conquistadores, tiranos y esclavos. África hoy tiene más esclavos que nunca, ¿y cuál es la diferencia? ¿África libre? 

El 12 de Octubre pasó. Acabaron las discusiones siempre estériles. Leo ahora a Galeano y advierto la fantasía, no termino de tomarlo en serio. El conquistador vive adentro, y aunque dicen que llegó del Viejo Mundo, ese plano material sigue vigente hasta nuestros días o lo hemos aceptado tan libremente que olvidamos la sumisión y el abuso del origen. Más vale luchar por reivindicar el pasado que librar las batallas reparadoras del presente. En la dialéctica, como siempre, se encuentra la solución que expiará nuestras culpas los 364 días que no son 12 de Octubre. 

Vivimos resentidos pero no definimos todavía contra quién. Alguien debe ser el causante de nuestra desdicha de vivir hoy para la mierda. Alguien lejano y remoto debió arruinarnos el destino de grandeza, por eso vivimos infiltrados por "vivos criollos". Sin duda el responsable de tantos males debe ser un extranjero, alguien indolente, sin valores ni reglas, alguien lleno de joyas como prueba visible de que todos podemos alcanzar el mismo status, alguien que roba nuestros esfuerzos y nos entrega a cambio espejitos de colores, o bellos discursos, o fáciles y simpáticos, o un choripán y 300 pesos, o acaso que nos promete el paraíso jamás ganado por derecha. Ellos, los conquistadores de hace 500 años, trajeron el narcotráfico, el delito callejero, la explotación de los niños, la trata de mujeres, la trata de niños, la mentira, las tribunas del asesinato, la ilusión, el robo, la estafa a nuestros sueños.... De esta manera se lavan las manos los hipócritas del relato. 

La parte infame es que para encontrar nuestros orígenes hay cruzar al Atlántico. Nadie tiene la tierra y todos la tienen. Echamos a los españoles y vivimos penetrados por ellos, y echamos a los ingleses y tienen posesión sobre medio país, y echamos a los franceses pero tienen la selva, y renegamos del norteamericano pero les concedemos los acuíferos del norte argentino, tierras al sur, el descenso de tropas, cerramos tratos con mineras como Barrick Gold, además, los alzamientos los auspicia Mcdonals y el HSBC financia las esperanzas. Después descubrimos que los nuestros son tan hijos de puta como aquellos. 

¡América libre!, grita la sangre de: italianos, alemanes, árabes, polacos, ingleses, franceses, holandeses, hebreos, rusos, ingleses, españoles, chinos, coreanos, japoneses... y sus descendientes. ¿Libre de quién?... de italianos, alemanes, árabes, polacos, ingleses, franceses, holandeses, hebreos, rusos, ingleses, españoles, chinos, coreanos, japoneses... y sus descendientes. ¿Alguien me puede explicar esta burla para terminar de reírme

Y las etnias precolombinas miran sin entender la sátira del tiempo. Distinto, por ejemplo, lo de Filipinas, también parte del imperio español, cuna de guerreros feroces que enfrentaron a los conquistadores y reconocidos en su fiereza por el Rey Felipe II con una orden de caballería que alcanza a nuestro presente; ellos no tienen resentimientos ancestrales, por eso apenas conservan una tradición de nombres hispanos y poca memoria del pillaje no permitido. Y de la corrupción que tienen en sus gobernantes actuales no buscan responsables en los siglos: son bien autóctonos y contemporáneos.

América es una fantasía, una utopía sobrante del siglo XIX. El 12 de Octubre terminó ayer, hoy es 13. Hoy concluyen las muestras de solidaridad tan sólidas que dura el tiempo de comerse una hamburguesa de Mcdonals con una Coca-Cola. Y a seguir el carnaval de caretas. Parte de esos pueblos apartados residen en los estados provinciales, asisten a las escuelas, pero casi nadie apadrina a esos establecimientos distantes. Allí termina la solidaridad del 12 de Octubre, porque en nuestras mentes occidentales las etnias precolombinas pertenecen a una edad fosilizada al lado de los dinosaurios. Son la prehistoria de América sepultada viva.

Hay una batalla en cada estado del continente, y el resultado de la guerra total a través de los siglos está expuesto. No hay ni hubo piedad. Los esclavos ahora yacen libres pero siguen siendo esclavos; y darles una cuota de poder los convierte en conquistadores feroces, mientras las etnias precolombinas siguen segregadas merced al degüello de sus tierras; incluso de sus vidas o sus libertades. Por ejemplo, hasta hace pocas décadas, miembros urbanos de la comunidad paraguaya entraban en la selva en avanzadas armadas para capturar indios guaranies. Dicen que los salvajes venían maniatados y muy mal malhumorados.

Como a venezolanos sorprendidos en su buena fe, nos contaron el cuentito del imperio: "el enemigo está afuera". Siempre habrá un imperio que nos impide ser felices. La observación final es que en el XXI los precolombinos siguen siendo "indígenas" (indigentes), o "aborígenes" (sin origen), pero resulta que hay que prestarse al juego de que el culpable está lejos... y resulta que está aquí y somos nosotros. 

Cuando tenemos 10 millones de Nelson Mandelas, los Nelson Mandela desaparecen. Y se me ofenden algunos de mis lectores, quieren que adhiera a las manifestaciones de triste desgarro por el paso de los siglos irresueltos, que asuma un pecado original continental, porque ése es el juego presente: negar nuestro pasado conquistador y tomar distancia... atacantes hipócritas.

CR


Copyright@2016 por Carlos Rigel

20 de octubre de 2016

Los ciclos del karma nacional


De nuevo el ciclo repetido en Argentina. A período cerrado es más fácil vislumbrar las características a gran escala del fenómeno social que atraviesa nuestra nación. Es el ciclo del odio. El bucle completo ha vuelto a alcanzarnos con la fuerza de lo irresuelto en el mismo cónclave de decisiones trascendentes. Las sociedades, como las personas, también padecen un karma, un obstáculo vicioso, un chakra bloqueado que obliga a reanudar el periplo hasta resolverlo. Y como una preferencia por la obstinación especular y circular, vuelve, regresa al mismo lugar, llama de nuevo a las puertas de la historia, en este caso, la criolla, otra vez inconsumada, otra vez insatisfecha. 

Y si queríamos saber qué contuvo el período de 1945 a 1955, el espejo del tiempo nos resolvió el enigma:  miremos el 2015, apliquemos el mismo plano convulsivo y social. Sólo que esta vez el fantasma histórico del escarnio llegó corrompido por completo, desfigurado, monstruizado. Es que cada regreso será peor, hasta que la ceguera impere en las calles de la mano del extremismo que una vez vimos en los '70. Y si antes no nos interesó el origen del dinero y la riqueza nazi con el acceso de los altos mandos militares alemanes prófugos de la Segunda Guerra –traídos a nuestro país durante el peronismo–, ahora no debería inquietarnos el karma perpetuo adquirido para nuestras arcas con esa riqueza insana, pero ese karma todavía nos apunta con el dedo. Y nos alcanza. 


El ciclo del odio, apenas tres generaciones después, ha regresado de nuevo con el mismo paradigma político-social. Un místico acaso ve mejor este fenómeno aplicado a una persona específica: lo irresuelto vuelve a presentarse cada vez peor, con otras condiciones de deterioro adicionales, con más violencia. Las alternativas ahora abruman por el peso de factores distorsivos y apremiantes que antes no habitaban la misma circunstancia. No llega con alivio o con mística, sino que llega con anhelo de enfrentamiento. Si antes no fue resuelto con reflexión, ahora reclama con odio un lugar en el presente. La siguiente vez agregará el aditivo de la ferocidad inhumana. Preguntemos a España sobre odios de una ferocidad inhumana.


Es que la revolución completa del ciclo argentino no es estelar, como la de un asteroide, sino social: a lo irresuelto de antes se agregan flamantes detritos antes impensados atraídos por un poder gravitatorio cuyo crecimiento no es logarítmico ni modular, ya que no responde a ecuaciones matemáticas, sino arbitrarias, pero que nunca serán favorables, donde lo imprevisto alterará cualquier resultado. Lo único seguro es que esta vez será peor que antes, además de haber perdido 70 años de crecimiento. El bucle temporal nos trajo al mismo lugar temporal, las mismas coordenadas. Y no nos hizo falta la Máquina del Tiempo prevista de Wells en sus ficciones para regresar al pasado. 


Como una persona, cada patria tiene un destino propio en el mundo, bien, pero el libre albedrío allana y hasta frustra el camino. El cuerpo social es también un organismo. Cada uno es dueño de equivocarse cuantas veces quiera. pero es bueno saber que las deudas generacionales no se diluyen en el tiempo sino que las pagan los que siguen, nuestros hijos, nuestros nietos. Argentina quedó encerrada en un defecto, como la falla de un CD, y repite el circuito, buscando ciegamente una salida con los mismos componentes, las mismas herramientas, el mismo plano y el choque es siempre sangriento. A mayor aceleración. Las sociedades, como las máquinas, no piensan, pero la historia a menudo tiene características de péndulo inconciente frente a los momentos irresueltos.


Y así como la Guerra del Atlántico Sur –Argentina contra Inglaterra, Chile y EEUU–, tiene su correlato histórico en la Guerra de la Triple Alianza –Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay–, la conclusión es inminente: lo que ganamos al norte lo perdimos al sur con un método muy similar. Trasvasado al mapa interno, lo que ganamos un día lo perdimos cien veces a través de los años, buscando repetir las mismas condiciones sociales que nunca más volvieron a coincidir con exactitud 
ni a grandes rasgos, sino fuera de toda probabilidad. Pero cabe preguntarnos por qué este mismo resultado no afectó a los otros dos países con pérdida de territorio y tragedia social, lo que nos lleva a pensar en las causas de una diferencia en los destinos individuales de cada patria.

El ciclo social interno duró 70 años. Transitamos ahora el tiempo del No-Tiempo. Las agujas se detuvieron pero la bomba no fue desarmada. El bucle abierto en 1945 cerró la primera etapa en los años del Proceso. Y reanudamos la marcha, el bucle. Basta sumar a los jóvenes muertos en el Proceso con los jóvenes muertos en la guerra del Atlántico Sur para tener una idea de la contabilidad brutal que implica el ciclo en épocas oscuras. Y por el camino de las advertencias ya sabemos entonces qué habita el futuro, pero no en el sentido cronológico sino de los traumas sociales que de nuevo se presentarán para ser atravesados y así acercarnos más y más al abismo o a la cumbre destinada. 


Decíamos que los países tienen un destino pero también tienen un karma, un obstáculo que deben resolver en las peores condiciones, y cada vez peores. Pero el rulo no es ilimitado, nada en la existencia merece tres oportunidades. Y hay una mala noticia, una peor: si el meteoro social vuelve, si el plano se repite por tercera vez, llegará con el signo de la muerte. No sabemos cuántas, pero frente a lo que no sirve, persona o sociedad, la limpieza sangrienta de la historia será feroz. La tierra se dará vuelta para nosotros donde el exterminio no será a manos de zombis ni monstruos de película, sino esperpéntico a manos de bestias sanguinarias crecidas en nuestra sociedad. Dos y tres generaciones serán lavadas de la tierra en un conflicto interno al estilo de la guerra civil española. Basta revisar los comienzos del enfrentamiento entre la vieja y la nueva España que exterminó a un millón de habitantes para dejar al reino en ruinas. Será La guerra del cerdo anticipada en la ficción por Bioy Casares: generación contra generación, hasta arrasarlo todo. Argentina será Bosnia o Kosovo, pero la venganza de la historia será aterradora: El país del Diablo será nuestro premio tan buscado. 

CR



Copyright®2016 por Carlos Rigel

4 de octubre de 2016

Cuando los chicos hablan los grandes se callan







Increíble lo de la Secretaría de Cultura y Educación y el stand de Autores de La Matanza en esta última Feria del Libro. Les asignaron un compartimiento de 6 metros –2 box de ancho– y eran aproximadamente 25 a 30 obras de autores locales de quienes aparecieron en una oportunidad extraordinaria aproximadamente 10 u 11, por lo común, miembros del "elenco estable" –mayormente poetas–, e imagino que fue el día de la presentación en el auditorio. El resto de las fechas fueron 3 o quizá 4 autores de cuya permanencia puedo listar 2 de guardia "casi" a diario, porque hubo horarios en los cuales no había nadie en el puesto y permaneció cerrado y vacío. El espacio era ideal para prolongar una cancha de bochas con torneo y entrega de estatuillas de plástico dorado 'Made in China' con celebraciones al fernet.

Y yo, siendo autor de San Justo, la misma ciudad de la feria de libros, representé a 120 autores entre locales, invitados, provinciales, nacionales y hasta universales. Y en total con mi asociado teníamos preparada para desplegar la obra de 500 autores de diferentes épocas... y nos dieron un stand de 4 metros, cuando habíamos pedido doble stand, es decir, 6 metros de ancho. La reducción de emergencia impidió desplegar la nómina de títulos planificada, y así quedaron cajas de material sin abrir, sin exponer, ni siquiera traerlas al puesto, ya que quedaron en el depósito por falta de espacio. Y, además, pagamos el canon en libros como cualquier editorial o librería de visita. Es que no hay que pretender ser un vecino de lujo o especial por escribir, sino aceptarse apenas un habitante más  en el distrito con más contrastes sociales del país. Los méritos, en todo caso, vienen después cuando se ha demostrado la valía de cada uno.

Me recuerda el operativo del stand Espinoza-Autores de Matanza en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, edición 2015, cuando dejaron afuera a los que importaban para concretar con el elenco estable fáciles de dominar y ahuyentar, y para rellenar las estanterías flacas de títulos, a alguien se le ocurrió comprar material de oferta al montón en alguna distribuidora elegida al azar. Y así, completaron las bibliotecas sin vergüenza alguna... cuando entre 5 o 6 autores locales no invitados que conozco, podíamos llenar esos espacios dignamente con nuestra obra –100 títulos cuando menos– y la de autores vecinos con material, mérito y décadas de trabajo, escritores capaces de dar una conferencia, una ponencia, un análisis de aporte al público de CABA. Pero los que importan quedaban al margen para llevar chichilos obedientes y conformistas. Lindo operativo.

Pero la solución es al mismo estilo que el stand de Bibliotecas Populares en las ferias de cada año, con un box de 2 metros para todas ellas, turnándose cada institución de a una por día para estar presentes en el puesto, y los stands del PJ, que ya ni quiero saber cuántos eran, pero más de 6 seguro, porque esa es la verdad cultural revelada en nuestro distrito. Para enfrentar un espacio con integridad y autoridad hay que tener huevos, y Autores de La Matanza no los tiene. Pero es acertado ubicar el lugar que ocupa el factor cultural para nuestras autoridades comunales. Sólo porque sirven de ventana partidaria en reserva, mantienen a mano a estos grupos de autores heterogéneos dóciles y funcionales a cambio de una vidriera anual que todavía no ganan por derecha, como para decir "Aquí tenemos autores también", cuando en su mayoría son amateurs, principiantes, y unos poquísimos veteranos sin reclamos, conformes de lo que no tienen y satisfechos de lo que no ven. 

Por ese motivo, esos organismos precarios que viven de besar la mano que los adorna no crecen ni se afirman, ni siquiera cuentan con una antología total por géneros, digna, abierta, masiva, amplia. Pero si hasta es una burla cuando hablan de "prologistas" cuando, a fin de cuentas, se trata del trabajo simple de un armador reducido en materia gris que, naturalmente, se autoincluye en la lista de éxitos en el mismo compendio que arma. Es la antología parcial del elenco estable, son ellos mismos más dos o tres agregados nuevos. Y para encontrar la trinchera con veteranos de la resistencia estética (parodiando a Weis) hay que buscar en los huecos de la realidad, más allá de lo visible, porque no están incluidos ni convocados y hoy yacen proscritos y aislados.

Como cuando en una mesa de novelistas se incluyó a mi lado Víctor Orellana, quien debería ser el portero de un edificio y que no tiene hasta la fecha ninguna novela editada, y hasta creerle que una vez escribió una requiere de nuestra parte un acto de creencia y de fe, de lo contrario fue una burla cínica, porque nunca la vimos. Y así le confieren poder a tontos y cagones como Christian Malattia, quien afirma ser periodista –uno sin huevos y afecto a la censura y la burla a distancia–, que primero me censuró junto a la poeta aparatosa y prehistórica Margarita Salas, y después lo negó, para recientemente proclamar censura de parte de la Intendencia cuando lo dejaron afuera de una antología local. Es que escupir para arriba no resulta buena práctica: siempre vuelve por la acción de la gravedad. Por suerte, puedo prescindir de ellos y del Estado, como tantos otros con obra y orgullo, por eso tengo el privilegio de establecer mis propias leyes gravitatorias. Es que incluso para escribir con libertad hay que tener huevos, y siendo mucho más chico que un gobierno, a mi el Estado no me atropella; tampoco me compra.

Pero ellos son, precisamente, quienes lideran la movida literaria en La Matanza, quienes deciden por todos y nos representan, algo así como convocar a una cena de gala y servir choripanes y rodajas de mortadela en mano. Y por fuera quedan los otros, los verdaderos tractores del horizonte llanero que nos toca y nos autodefine desde el aislamiento individual en un distrito con 15 ciudades desagregadas. La "isla" que anuncié en 2012 y que advertí para nuestra comuna se ha cristalizado, y en ella hay náufragos. 4 años después, La Matanza literaria es un archipiélago de sargazos con sobrevivientes, muertos y extraviados. Creadores de balsas, lo mejor que tenemos yace disperso fuera del campo visual. Y condenados a repetir la historia, ahora tenemos media docena de Almafuertes pero no marginales, sino marginados por quienes se autoproclaman "escritores".

La guerra por los espacios de la libertad de expresión contra la censura y las restricciones o proscripciones son originarias en la patria argentina, desde el Grupo de Mayo, con Echeverría, Alberdi y Sastre, hasta nuestros días y considera una observación permanente del límite endeble que atraviesa hacia la prohibición de quienes se piensan rectores sociales, y como con el Acceso Libre a la Información, no admite interpretaciones medias. Pero primero hay que otorgar esa libertad antes que exigirla, y recién después usarla, agotarla, atropellarla. Pero, cómo imaginar que la censura sería ejercida por "escritores" contra un sinodal. Hablar de censura en el tercer milenio es retrotraernos a épocas coloniales. Si hay luchas es porque hay asimetrías. Los rebeldes han prosperado siempre contra una burguesía que no espera críticas por recibir dádivas del Estado a la vista del público. Y así como Almafuerte no fue el primero sino otro rebelde más, lo de Autores de La Matanza no es nada nuevo, el estado deprimente y decadente del grupo habla por sí mismo. Pero me quedo con la imagen de ese viejo chúcaro y desobediente que con los ratones alrededor de las migajas caídas al suelo.

Desde mi retiro de esta organización en 2012 lo único que creció en Autores de La Matanza es el stand en la feria de cada año, hasta convertirse en una cancha de bochas, y si corren las mesadas, hasta de papi-fútbol o patinaje sobre hielo. Al destinarles un stand más grande no serán más ni tampoco mejores autores. Y las autoridades culturales locales después disertan y declaman acerca de la "identidad cultural de la 5ta. provincia", identidad desconocida, digamos, y esos mismos grupos de amateurs funcionales hasta se ofenden por mis palabras y escritos, y me recusan y acusan de desprestigio reiterado. Pero, digo, ¿cuál... cuál prestigio?


b CR

Copyright®2016 por Carlos Rigel