17 de noviembre de 2015

Antígona, la piadosa, en el Barros de San Justo.









Doble función de Antígona, de Sófocles, por
"Los maldecidos de la Ensa", el Sábado 14 de Noviembre 
en el teatro Valentín Barros, de San Justo.




El tragedia descendió anoche en el Valentín Barros de San Justo de la mano de "Los maldecidos de Ensa", la compañia de actores noveles del Normal Almafuerte, la escuela pública. La puesta en escena de la segunda función, debido a fallas técnicas, comenzó una hora tarde y los actores resultaron sometidos a la doble presión de actuar y de no disponer de micrófonos individuales que aportaran al audio abierto, y así, cada escena, terminó en prueba de fuego para cada actor. Pero no se trata de memorizar lo que escribió Sófocles para Tiresias, sino de olvidar a Sófocles y convertirse en Tiresias. Improvisar.

Pero recordemos el drama. A la muerte de Edipo rey, sus dos hijos, Polinices y Eteocles, se enfrentan en disputa por el trono de Tebas. Eteocles reina cuando Polinices invade la ciudad con sus ejércitos. Ambos herederos mueren en combate y el trono sucede en Creonte, quien dispone la prohibición de ritos fúnebres con especial adversión por el invasor a quien titula de Traidor a la patria. El cuerpo de Polinices será entregado a los perros y los buitres del desierto, amaneciendo en Antígona el conflicto entre obedecer a la imposición de una ley rencorosa del rey, un hombre a fin de cuentas, o cumplir la ritualidad que exigen los dioses. El drama se vislumbra cuando Antígona, la prometida del hijo del rey, pide ayuda a su hermana, Ismene, para disuadir a Creonte de tan nefasto final; no la encuentra y procede al fin sola al entierro del cadáver de su hermano.

De la actuación destaco la irrupción de Hades detrás del público, sorpresa inicial, el coro estático que representa la voz del pueblo, y en la obra, sobresalen las caracterizaciones milagrosas de Agustina Morales (Antígona), la figura estelar de la noche, quien contaminará al público con sus clamores y la voz temblorosa, digna de una dramaturga avezada. La actriz acompañará con actitudes vivas de su cuerpo las intervenciones de la piedad proclamada. Allí de nuevo visitará la sala ese espíritu resonante y sagrado que una vez llamé "el metal de ser", de cuando la cuerda suena en el escenario y encuentra eco en el público inmóvil, estupefacto. Claro que los gritos del rey no ayudan, en exceso pierden eficacia. no hay que confundir energía con alteración. El otro actor a destacar es Nahuel Gomez Anes (Hemón), el prometido de Antígona quien cumplirá su papel casi sin defectos y con algunas virtudes. Habrá momentos memorables como la aparición sombría de Facundo Carabajal (Tiresias) de cuando en la tragedia nada promete terminar bien. El otro actor a destacar es Facundo Medina (el centinela), quien trae malas nuevas al rey. Su actuación es digna de un profesional. Y en él, la verdad es pronunciada: Polinices ha sido enterrado. Antígona será detenida y condenada a muerte por desobedecer una disposición real

Sófocles fue el Shakespeare de la edad de hierro, se lleva siempre la mitad del mérito, en sus dramas enfrentará al amor de cara al abismo, receta elemental que nuestros actuales poetas parecen desconocer o haber olvidado cuando al amor le agregan belleza y más amor para que resulte amoroso, que es cuando supera el paladar y se vuelve aguachento. Durante el confinamiento, Creonte pide a sus guardias dejarlo a solas con la condenada. Y allí le confiesa su amor: de ser éste correspondido perdonará su vida. Pero Antígona lo rechaza. El silencio fragua la sala, cuyo metal esta vez oprime. Antígona se ha convertido en el epicentro del universo; pero el "nunca te perteneceré" sella su destino. Y con rencor, con el corazón sucio de rabia y desaire, Creonte, rey, tío y futuro suegro de ella, procede al asesinato de la condenada con su propia daga, como poseído por Hades, cuya ausencia en el episodio final resulta inexplicable cuando la sombra de su reino debía eclipsar el imperio de la vida. Antígona, la piadosa, yace asesinada en el suelo. Clamores y revelaciones cesan. No hay redención aquí para el espectador

La historia es intensa, los actores de anacrónicos a comprometidos, con destellos muy merecidos y opacidades disculpables. El promedio general –si vale dicha apreciación–, es bueno; sin duda, 10 presentaciones después sería perfecta, menos declamatoria que pasional. Se trata de muchachos y chicas de 15 años, he allí lo promisorio. Lo antológico es revivir en escena la obra de un dramaturgo muerto hace 2400 años, casi la implícita derrota de Darwin y sus teorías. Luces y aplausos al fin: Antígona también murió en San Justo. 

CR

Copyright®2015 por Carlos Rigel

12 de noviembre de 2015

Malloween, la fiesta del terror





La campaña del terror ha calado hondo en la ciudadanía, pero no de hoy o de ayer, esta sociedad vive quebrada y enfrentada desde hace más de una década. E intentan que esa fisura de agresividad y de calentamiento social sobrepase las elecciones y derrame el virus en el porvenir, ensuciando lo que sigue. No se trata de una elección más de las tantas que tuvimos a la fecha en un proceso democrático que elige autoridades cada 4 años... sino del abismo. Eso esperan que pensemos. Debemos creerles que vivimos en el Paraíso sin darnos cuenta, y que de pronto orillamos el despeñadero del terror. Como quien dice: "Soy un corrupto hijo de puta, pero menos que aquel otro imbécil. Por eso les convengo". Y así debemos elegir entre una devaluación como un hachazo eléctrico o permitir que sigan robándolo todo sin devaluación, ¿y cuál es la ventaja?

Pero la campaña de desprecio también ha llegado a mi familia: una de mis propias hijas reniega de mi porque dice que debería sentirme agradecido, no sé de quién, o de qué. Jamás recibí nada ni esperé nada de ningún gobierno. Antes el PJ vitoreó a Menem como si fuera el Principito, después a Néstor, como si fuera el libertador de América, y finalmente a la reina consorte del finado como si fuera la musa de Dios. La fiesta cambió de novios durante el casamiento pero sigue siendo fiesta.

Ni siquiera sé si iré a votar el 22, pero aunque fuera, aunque ese día me molestara en expresar mi voto, no favorecería al arlequín de Scioli. No creo que haya nada que recuperar de este período de mierda que he vivido. Pero ahora conoceremos en precio de cada choripán de la fiesta pasada a razón de 15 mil dólares cada uno. Y el temor se funda en el sushi venidero porque dicen que costará 50 mil o 100 mil el plato, porque será el sushi más los choripanes que olvidaron cobrarnos. 

Váyanse a la concha de sus madres: no comí ni el choripán de la enemistad ni probaré el sushi de la alianza eterna. Igual pagaré todo. Incluso los escarbadientes de oro de la monarquía local. Pero el verdadero temor es conocer el precio que tuvo la fiesta de 12 años, cuánto nos costó cada cubierto, cada servilleta, cada miga caída al suelo, y que nos revelen el plan de pagos de la deuda interna que produjo esa fiesta, sumado a los juicios externos por tribunales que el mismo finado Néstor firmó en 2003. Ese es el miedo. Conocer las consecuencias de lo que no quisimos ver y que negamos eufóricos. 

Están por reventar las 750 causas por corrupción, estafas, robos, sin contar las que no habrá por el incendio oportuno de la Secretaría de Hacienda, o del Centro Cultural de 3 mil millones y las que alcancen a fraguar los auditores kirchneristas antes que se acumulen 100 causas más. 


Pero votar a Scioli es indemnizar a Jaime por cada muerto en Once, es donarle nuestro sueldo a Lázaro Báez en la causa por robarnos, es pagarle de nuevo el avión presidencial a Máximo por una rodilla golpeada o por una descompostura hepática o por una mudanza, o regalarles otro complejo turístico tipo Hotesur, es comprarle de nuevo a Israel una flota de aviones que no sirve, o pagarle otra vez los trenes usados a España que nunca se usaron aquí, para de nuevo comprarlos a China y terminar haciéndolos otra vez aquí "Industria nacional", es comprar a China hasta los rieles de acero, como si la siderúrgica SOMISA nunca los hubiera echo en nuestro país, como aseguró hace poco un ex candidato. 

Votar a Scioli es santificar el asesinato de cada qom desamparado en el norte argentino, como si fueran enemigos, o decirle a Recalde "agregá a 4 mil empleados más, no hay problema", es volver a robar en nombre del Estado los ahorros de particulares para su jubilación confiscando las cuentas de las AFJP y hacerles pito-catalán a todos ellos, es pagarle en oro a Anibal cada embarque de estupefacientes acordado con el cartel de los Soles venezolanos –mediando las cortesías de las FARCS–, es pagarle tres veces a Venezuela el préstamo interminable a tasas delictivas, es seguir renunciando al 82 a los jubilados para mantener 18 millones de planes improductivos para que nadie crezca, sostenidos por 4 millones de trabajadores silenciosos sin gloria de ninguna conquista social, es pagarle otra mansión a Luis D'Elia y a sus hijos, o premiar que la AFIP sospechosamente no da informes de evasores desde hace años como si fuera este el país más honesto de la Tierra. Es prestarle nuestros dineros a Boudou para que compre otra Ciccone para su beneficio y nunca el nuestro, y que encima truche los documentos de la operación... 

Pero dicen que lo malo está por delante. Vote cada uno a quien se le antoje, pero premiarlos, aplaudirlos, no habla de ellos sino de nosotros. Eso es todo.


CR

10 de noviembre de 2015

Autor sin pertenencia


Otra aclaración pertinente

Recibía notificaciones y circulares frecuentes del perfil de Facebook de Autores de La Matanza sin saber el motivo, ya que NO soy miembro de esa comunidad desde 2012. Y como los rumores de radio-pasillo, dicen que fui expulsado, es pertinente aclarar que me fui por mi propia voluntad de una organización amateur a la que definí como "represora" y "censuradora". Pero termino de verificar para mi desagrado que fui incluido, listado, en ese grupo humano con posterioridad a mi retiro de esa organización; de allí los compartidos de novedades que me llegaban. Nadie pidió mi permiso ni me informó del evento y no me interesa conocer sus actividades ni individuales o grupales ni institucionales. 

Y es justo echar luz sobre algunos puntos que me autodefinen como creativo independiente: No recibo beneficios comunales u organizativos ni ventaja alguna por sobre cualquier otro vecino de los 2 millones de habitantes que tiene el distrito, no estoy incluido en stands de exposición o venta de ninguna feria o congreso de esa comunidad ni de ninguna comunidad que no sea nacida de mi propio y solitario esfuerzo, tampoco estoy incluido voluntariamente en la actualidad en catálogos de autores locales, ni los reclamo ni me interesan, y no exijo espacios ni compartimientos culturales ni estoy atenido a la voluntad de nadie que no sea yo, y no dependo de cambios en la administración política local, simplemente porque no me afectan. Eso me permite una labor ilimitada como "libre-pensador". 

Las obras de artistas incluidos en las cubiertas, ya sean nacionales o extranjeros, son citadas con autorización expresa de los propios artistas de esas obras en cada caso. Acuerdo espacios personalmente y pago los cánones como editor y autor independiente para exponer o promover mi labor como autor y también promover la nómina de autores que edito con mi propio sello editor. Para recordarlo, en fechas recientes y con motivo de la Feria Municipal de Libros de San Justo, pagué un canon de 4 mil pesos en libros a la Secretaría de Cultura y Educación por un stand, como lo establecen las autoridades para cualquier editor que quiera comerciar su material de venta al público, único autor local que paga y afronta esa cantidad para exponer sus propios libros y no exige descuento alguno, siendo yo un vecino más de esta ciudad. Aciertos o fracasos, mi trabajo como escritor –novelas, cuentos, ensayos, diarios de autor, promoción de escritores contemporáneos o universales–, pueden encontrarlos en librerías locales o pedirlos por mensajero. Carlos Rigel depende de Carlos Rigel y pertenece únicamente a Carlos Rigel.

Termino de desagregarme como miembro de esa comunidad, y sin interesarme quién es responsable o administrador de ese perfil, lo reitero.... ¡no pertenezco a "AUTORES DE LA MATANZA"!

CR