2 de junio de 2021

Rusa para dos


Largo contacto con el apreciado novelista Gustavo Nielsen, recién inoculado por una rusa (como muestra la foto).

Sé que posteó en las redes la novedad de su reciente dosis con la sputnik y que ilustra con una foto sovietizada por la boina estrellada. También me pregunta si me vacuné. Le confieso que no. Entonces asume la actitud afectiva de un hermano, me aporta cifras escalofriantes, me cita epidemias mundiales que diezmaron países e incluso me habla de una pérdida cercana en su vida en plena pandemia, de la cual supe en su momento, se trata de su propia madre por COVID, algo que no sabía, y que sirve como antesala para decirme: "No quiero perder también a Rigel".

Su preocupación por mi salud es genuina. Me pide que me vacune cuanto antes. Le prometo que sí, me vacunaré. Para cambiar el eje de su nerviosismo con mi irresponsable descuido le pregunto por la producción narrativa en cuarentena y me resume que se trata de dos volúmenes de cuentos y una novela. Por mi parte, igualo el número final con dos ensayos y una novela breve terminada el año pasado y que estoy a punto de rever de continuarla, extenderla.

Digo que celebro que haya mantenido la tradición rioplatense del cuento, constancia que yo mismo he perdido con los años. Nielsen mantiene una esencia próxima al literato sampedrino Abelardo Castillo, quizá desde que ambos fuimos premiados siendo jóvenes por el mismo fauno. Tal vez por eso regresa cada tiempo al relato breve con una técnica brutal que me deslumbró hace décadas y que, seguro, mantiene vigente en su prosa. Pero, en mi caso, sólo pienso en formatos de historias largas y de ensayos complicados que a menudo superan mi inteligencia. En otras, alguna crítica amateur o sátiras, o demoníacas o extraterrestres para divertir a mis lectores.

Al fin, no puedo menos que comprometer mi palabra de ocuparme en la vacuna de la salvación a cambio de un asado posterior en honor al reencuentro, asado largamente prometido y postergado desde 2019. Quizá de antes. No olvido que la última vez que compartimos su mesa fue en 2010. Por suerte, hoy todavía sigue siendo hoy.



Copyright®2021 por Rigel