9 de mayo de 2017

Homo aprietis




Hoy temprano estaba siguiendo los pormenores de la “Milagro Sala” mendocina, Nélida Rojas, líder de la organización mafiosa Tupac Amarú cuyana, y las declaraciones de la mujer que, con denuncia policial documentada en la puerta de su domicilio, recibió el apriete desproporcionado que le aplicaron la tupacameruense doña Nélida y amigos, para que les vendiera o cediera la vivienda “¡Negra de mierda salí o te quemo la casa con familia y todo!”... cuando los pequeños de la casa, en efecto, estaban dentro aterrados, llorando a gritos.
Y pensaba que la “revolución del apriete”, el peronismo de esta edad no se la hizo a la patronal, porque ellos fueron la amanecida patronal, los apoderados, los jefes, los feudos de la justicia social, sino que se la hacían a los pobres. Primero es seducción, pero si no resulta, entonces “te quemo el rancho, hijo de puta”. Ahora hay millones de pesos desaparecidos y más pobres cuando se acumulan las denuncias.
Y pensaba en el incongruente paradigma de otorgarle poder a quien no debe tenerlo, semejante a esos países africanos como Liberia o Nigeria o Sierra Leona donde donde, bajo el título de “Frente Popular de Liberación Nacional”, negros armados asesinan, torturan, mutilan e incendian negros pobres a destajo, pero no al opresor ni al poderoso, sino al oprimido, al aldeano que trae agua del río en un balde de madera. Como quien dice: “Te asesino porque no querés ser libre”. Y de tantos siglos de miseria, de sufrimiento y esclavitud, uno puede erróneamente concluir que “cuando estaban los ingleses eran mejor gente”, que es igual a sostener la hipótesis de la relación complementaria esclavo-tirano funcional como gen constituyente de sociedades primitivas, opuesto a todo criterio marxista.
Los plazos meditados regulares del crecimiento revelan que con ellos hay escalafones sociales a cumplir progresivamente de integración a una cadena de mando con el aprendizaje que conlleva y que no es distinta a la laboral o la fornmativa en la vida social, porque la peor decisión es darles dinero y poder ilimitados sin cumplir los pasos evolutivos, porque abren cuentas bancarias y compran mansiones, autos caros y armas, y contratan guardaespaldas sustentados por la premisa “Nunca más seré pobre a cualquier precio”.
No se crea a un líder brindándole poder, sino definiendo y limitando objetivas responsabilidades. Alterar o evadir la escala gerencial de mando expeditivo no sirve de nada, de allí no salen líderes, sino tiranos, y más tarde vuelven al aprendizaje rudimentario en la cárcel. Nélida Rojas, sus hijas y su esposo están detenidos con 24 causas por delante.
Y yo, que no soy creyente de la Teoría de la Evolución darwineana aplicada al género humano, dudo de mi propia resistencia intelectual de aceptarla, porque debería considerar tal vez que si, que es aplicable la teoría de Darwin, porque en la especie humana todavía quedan animales, homo sapiens, semejantes a personas pero que necesitan 1 o 2 millones más de evolución para ser totalmente humanos. Y que durante ese tiempo restante, deben ser esclavos, pero no para aprender a ser tiranos, sino a ser nobles templados por el sufrimiento, las necesidades y los logros modestos. Mientras tanto, darles una cuota mínima de poder, es otorgárselo a las bestias.


C. Rigel
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