19 de julio de 2016

San Parca




Mucha gente, por un lado, recuerda el atentando a la AMIA, pero unos pocos vagamente recuerdan a Menem en el mismo tiempo. O quizá recuerdan la Guerra y no a Galtieri, o la Copa Mundial del '78 y no a Videla y los desparecidos; o el Golpe del '76 y no la guerrilla y los otros atentados a nuestra endeble democracia.
Pocos conectan las risas con las lágrimas. Hoy es San Galtieri, hoy es San Menem, San Cristina, San D'Elía, San Larroque, San Golpe o San Bonafini, mañana qué importa. Y mientras tanto los muertos se acumulan; "los cadáveres tiemblan al paso de los asesinos", decía Hamlet, y aquí siempre hubo terremotos. La tierra tiembla al paso del Diablo Festón. Nunca se hizo justicia. Y mientras tanto, Pompeya se derrumba en llamas y es tragada por el mar. Ahora aplaudimos a éste, mañana a aquel. Como quien dice: "Hoy tengo un sánguche, no necesito pensar en mañana". Nunca nos importó la verdad sino estar contentos.
En cada risa hay mares de angustia y muerte. No hay motivos para reír, no hubo motivos para reír, no los hubo nunca. En una cultura sucia, quien más ríe es el "vivo criollo". Si el cuento no prosperó hoy, será mañana. Cuando lo escuchemos reír entre aplausos es porque cumplió su fechoría. Y habrá muertos; no sólo pobreza y miseria, sino muertos entre nuestros hijos. Cuanto más alto escale con sus trucos proverbiales, mayor será el pacto. Tantas risas, tantos muertos. La Parca caminará y no sabemos a quien elegirá por cosecha; la guadaña barrerá ciega; será tan confuso porque no elegirá, sino que será al azar.
Nuestro karma es reír. Ni siquiera atrevernos a dar vuelta el binomio y llorar primero para ver después qué pasa. Leímos mal el contrato social, porque no nos ganamos todavía el derecho libre de festejar, sino de temblar. Pero hoy reparten sánguches en la plaza, hay fiesta. Vaya quien quiera y lleven banderas, bombos y platillos. Festejen con San Parca, santa patrona de los argentinos.
CR

Copyright®2016  por Carlos Rigel