28 de octubre de 2023

Las abejas, ¿vienen también de la Luna?

Las tintascrudas de Rigel




Hace más de 30 años escribí un cuento audaz —y muy etílico— con el título de "Las moscas vienen de la Luna", sátira publicada por primera vez en el volumen de cuentos REM (Editorial POL, 2008) y tan admirada por uno de mis maestros, don Abelardo Castillo, y con tantos otros lectores risueños que alguna vez hasta sentí vergüenza de haberlo escrito por las burlas que recibí y que contenía, cuando narro cómo un grupo comando de moscas verdes un día comienzan a asaltar los frascos residentes en la mesa y unen esfuerzos para desenroscar entre todas un envase de pickles, y huyen con un pepino avinagrado, y luego borran la huellas del atraco sin dejar rastro al regresar la tapa a su lugar, lo que provoca acusaciones iracundas y disturbios salvajes en una pareja mágica que habita el hogar. Y las moscas miran las consecuencias, pero hacen silencio. 

La pareja se trata, ella por su lado, de una princesa prófuga de la Luna, miembro de la aristocracia selenita obligada a casarse con un joven noble del lado oscuro al que no ama (por eso mismo huye) y cae por los misterios del realismo mágico en los suburbios de Buenos Aires. Y él, un suboficial de la policía bonaerense —cabo Ponce—, afecto al robo, el vino y los pepinos en vinagre, quien se asume como el protector de la princesa en la Tierra, aunque por tiempos siente ganas de dispararle a quemarropa y alegar defensa propia. Y ambos viven rodeados de moscas, restos de comida en la mesa y platos sucios apilados. 

Las moscas son la fiesta diaria, un baile multicolor; hay verdes, negras, rojas, tornasoladas, etcétera, y son aparentemente amigables. Es apenas un recurso del relato y no su eje principal; y si bien hay otros más extraordinarios y cínicos, las moscas destacan en la historia. Bueno, pero un día son descubiertas por el dueño de casa en pleno atraco y preanuncia el desenlace del escrito.

Bien.

Termino de ver en un documental de estudio cómo un grupo de abejas destapan un envase de miel para acceder al contenido.

Algo... digo, algo no está bien. La creación conspira, y lo pienso porque dudo que las abejas hayan accedido al escrito para observarlo como un plan organizado de saqueo... o sí?


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