9 de diciembre de 2014

Habas fósiles



Recordando los orígenes y el fausto
argentino.


En tiempos cuando la comunidad mapuche iza su propia bandera en nuestro territorio nacional con reclamos de reparación histórica, voy a recordar entonces al Dr. Rodolfo Casamiquela. El gran paleontólogo y etnólogo argentino, quien descubre en Ingeniero Jacobaci al último cacique tehuelche de linaje, Kalacapa, en 1962, y con él elabora los "Cuadernos de gramática tehuelche" que, según me aclaró él mismo alguna vez por email, no habían sido editados excepto en idioma francés para Europa. Otra verguenza para nuestra patria increíble.

Bien, pero expuso que los tehuelches eran originarios de Argentina pero desplazados por los mapuches, que eran una vertiente araucana de Chile de migración a nuestras tierras. El mismo editor Mario Pazos, amigo personal de don Rodolfo y mío, durante la Feria 4ta. Feria del Libro de San Justo (stand de Patagonia Sur Libros), se lamentó y hasta me confesó que "ojalá, Casamiquela nunca hubiera pronunciado la palabra 'Chile' en sus afirmaciones". Pero la certeza científica –a la cual adhiero– causó la protesta de las comunidades mapuches de nuestros territorios y terminó en un escrache público con repulsa y escándalo incluido en las últimas presentaciones de don Rodolfo, sellándolo así en el desprestigio final que arruina su distinción como 'Mayor Notable' negado al fin por el Congreso Nacional Argentino. Hasta allí alcanzó la difamación.

Tuve hace unos años la suerte de verlo reporteado con motivo de una síntesis en un programa del viejo canal de cable Infinito que intentaba documentar los rituales de los chamanes patagónicos en sus invocaciones superiores. Además, el anecdotario que lo sobrevive dice que estando de visita en Chile se dirigió a un cacique mapuche en lengua mapuche y, lo que vuelve memorable la situación, con una correcta pronunciación que desorientó a su interlocutor. Hombre que alguna vez confesó que al acercarse a un cacique para dirigirle la palabra se cubría la cabeza con gorra o sombrero para descubrirse en su presencia en muestra de respeto. Seguí sus notas y artículos con verdaderas ansias de saber, de conocer la cosmovisión de esa altanera y digna comunidad tehuelche que habitó nuestras pampas y la patagonia desde los Andes hasta el Atlántico, y de él me quedó para siempre la huella de su admiración por las étnias.

Sus antecedentes no son menores, fue Paleontólogo de Vertebrados, Antropólogo con especialidad en etnología patagónica y en las lenguas indígenas regionales. La muerte lo sorprendió como investigador del Centro Nacional Patagónico del CONICET de Puerto Madryn. En Argentina fue Premio Nacional de Antropología, también de Biología; Profesor Emérito de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Presidente de la Fundación Ameghino, propuesto como Doctor Honoris Causa y profesor de varias universidades en Chile. Premio Konex 2006 en la disciplina de Antropología y Arqueología Cultural que destacó a Casamiquela como una de las cien personalidades del país en la Ciencia durante la última década.

El fallecimiento del Dr. Casamiquela en 2008 pasó inadvertido y me quedé con las ganas de conocerlo personalmente. Pero así, un científico, uno de nuestros mejores investigadores, profesor del CONICET, pasó al olvido sin gloria alguna por revelar un dato migratorio étnico e histórico, el mismo que ahora nos estalla en las narices. 

Digo, no pierdan la perspectiva, muchachos. Depende de cómo lo veamos, todos somos inmigrantes... y todos somos nativos. Ustedes también. Es tan hipócrita desconocer el presente como tapar el pasado con escraches, y encima izar una bandera diferente convocando a la desobediencia institucional. No se conviertan en piratas porque no terminará bien. No sueñen con Mapuchia Libre porque eso no ocurrirá.

CR