Autor de la frase "El hombre existe para llenar el universo
de arte", nuestro artista plástico Guillermo Carlos Didiego
comparte unas reflexiones reveladoras donde examina el arte en
la corriente contínua de la creatividad universal y que ayudan
a definirlo como un ser incontenible y tridimensional en una Creación
vasta y ecléctica que, a menudo, se expresa conforme con la
euclidiana bidimensionalidad de estar.
"Hay pintores que construyen su color en un extenso
camino de esclavitud pictórico plástica. Tanto lo ideológico, como las
experiencias personales, los sentimientos o las emociones integran la
construcción de la obra de arte, ejerciendo una afortunada o desafortunada
dominación sobre una estética de la que es imposible escapar, por ser nosotros
mismos parte de lo que creamos en ese instante. Otros eligen el camino del
afinamiento personal. Podríamos decir que el lienzo blanco sobre la que se
plasma su estética, son ellos mismos, apoyando su creación en una ejecución
estricta y exclusiva del oficio Es un propósito difícil y hasta riesgoso, no
hay posibilidad de subterfugio ni distanciamiento.
La teoría del “extrañamiento” de la que habla Viktor
Shklovski, así como buscó un modelo que permitiera explicar cómo los mecanismos
literarios producen efectos estéticos, los artistas visuales también buscaron
como recrear algo, rever la realidad de otra forma, extraña o diferente a su
propia naturaleza, alterando la mirada de los observadores, creando en ellos de
este modo un sentimiento de alienación o, mejor dicho, de descubrir que
usualmente están alienados, al darles una perspectiva de la habitual visión de
la realidad al presentarla en imágenes diversas a las acostumbradas, o al
representarlas de un modo en el cual se nota que la idea es una ficción, por
ejemplo mediante la exageración, el grotesco, la parodia o el absurdo, etc.
"El propósito del arte es el de comunicar la
sensación de las cosas como son percibidas y no como son sabidas o concebidas.
La técnica del arte de ’extrañar’ a los objetos, de hacer difíciles las formas,
de incrementar la dificultad y magnitud de la idea encuentra su razón en que el
proceso de percepción no es estético como un fin en sí mismo y debe ser
prolongado. El arte es una manera de experimentar la cualidad o esencia
artística de un objeto; no siendo el objeto lo importante."
Dicho de otro modo, el arte presenta a los objetos
desde otra óptica. Los arranca de su percepción automatizada y cotidiana
dándoles vida en sí mismos y en su reflejo en el arte.
Todo Yo del pintor pasa a ser instrumento del decir
iconográfico del arte. El hombre, artista en esos casos, intenta ser color,
órgano catedrático o quizás melancolía luz humana, enriquecidas por el temblor
de sus humanísimas manos guiadas por sus dislocadas emociones.
Si tuviera que autodefinirme, diría: ‘’Soy aquel que
asume todos los riesgos de mostrar sentimientos y situaciones, exponiendo mi
sensibilidad al desnudo, sin adorno de conclusiones morales, ni de falsas
alturas políticas, religiosas o éticas. En mi pintura humanísima, sincera,
verdadera, aparece la cotidianidad sin arrogancia ni agregados épicos,
simplemente la verdad de lo consuetudinario y lo simple, pero tamizados por una
sensibilidad atenta, de pintor atemporal, exagerando una percepción profunda y
significativa que transformará esos hechos simples de cada día, en una
experiencia trascendente.’’
Purgatorio (2017), obra en 3D, Guillermo Didiego. |
Somos los artistas los más encumbrados constructores de una conciencia social reflexiva, de un arduo trabajo, los únicos seres incompletos de la naturaleza y por ello, imperfectos de la creación. Somos estos únicos, hombres espectadores obligados a tomar conciencia.
Toman conciencia el ingeniero, el científico, el
periodista, el que medita sobre su situación y sus conflictos, pero el artista
es el más alto exponente de esa necesidad, porque su toma de conciencia es la
más universal y completa. Opta por captar, luchar o por capturar el sentimiento
del existir. Puede intentar hacerlo con un Himno holderliniano o con un ciclo
terrenal y celeste como el de la dantesca cúpula de la Capilla Sixtina o el
trozo de montaña marmóreo que contiene al potente David, pero también puede
hacerlo a través de lo mínimo, de las cosas de nuestro entorno, del aquí y del
ahora.
Si es verdaderamente pintor, comprenderemos y
sentiremos que es su imagen, que al mostrar lo que vemos y sentimos todos los
días, como arte mágico, esa realidad aparentemente inmediata, es devuelta a una
profundidad que se nos escapa antes de la pincelada que plasma su esencia.
Si es sociólogo explica; el político y el filósofo
interpretan, el pintor nos da en cambio, algo total; el sentimiento de vida
como conciencia del existir. Ni la piedra, ni el animal ni el vegetal, necesitan
sentirse vivir, pero sí el hombre. Y entre todos corresponde al artista
entregar la expresión de ese sentimiento total.
A lo largo las generaciones de artistas, son pura y
simplemente nuestra conciencia humana.
Mi obra es ecléctica, y esto perecería ser en un
artista un defecto, casi un pecado. Sin embargo, contrariamente, el declive de
la arquitectura clasicista se inició en la primera mitad del siglo XIX debido a
que el Neoclasicismo del siglo XVIII, impuesto por la Academia, limitaba la
creatividad del arquitecto a las normas clásicas. La mayor ambición del siglo
fue la de crear un estilo. Será el eclecticismo historicista el que rompa el
rígido esquema académico permitiendo la creatividad y libertad compositiva. Mi
obra se centra en una serie de temas excluyentes Mi conciencia artística libre
y emocionada, se posa en el más variado paisaje, desde lo humano, hasta lo
animal, abordando también objetos, sujetos y paisajes, a veces oníricos o casi
mágicos. Esta libertad me permite abusar de mi paleta y elevar mi obra a una
celebración verdadera, a una afirmación, diría, religiosa final, que nada tiene
que ver con las facilidades fideístas. Creo que éste es el aspecto que más me
satisface de mi persona, de mi obra. Yo formalmente plasmo mis pensamientos con
entusiasmo, al haber encontrado en estos tiempos de falaces, cosmografías y
quejas plañideras, que mi pintura es una ciencia conjetural, que permite
trasmutar los sentimientos de un tiempo sin tiempo."
Publicado en Facebook, Junio de 2017
Un abrazo, querido Guille.
CR