12 de julio de 2017

Cosmonauta de la Creación





Autor de la frase "El hombre existe para llenar el universo 
de arte", nuestro artista plástico Guillermo Carlos Didiego 
comparte unas reflexiones reveladoras donde examina el arte en 
la corriente contínua de la creatividad universal y que ayudan 
a definirlo como un ser incontenible y tridimensional en una Creación 
vasta y ecléctica que, a menudo, se expresa conforme con la 
euclidiana bidimensionalidad de estar.

"Hay pintores que construyen su color en un extenso camino de esclavitud pictórico plástica. Tanto lo ideológico, como las experiencias personales, los sentimientos o las emociones integran la construcción de la obra de arte, ejerciendo una afortunada o desafortunada dominación sobre una estética de la que es imposible escapar, por ser nosotros mismos parte de lo que creamos en ese instante. Otros eligen el camino del afinamiento personal. Podríamos decir que el lienzo blanco sobre la que se plasma su estética, son ellos mismos, apoyando su creación en una ejecución estricta y exclusiva del oficio Es un propósito difícil y hasta riesgoso, no hay posibilidad de subterfugio ni distanciamiento.

La teoría del “extrañamiento” de la que habla Viktor Shklovski, así como buscó un modelo que permitiera explicar cómo los mecanismos literarios producen efectos estéticos, los artistas visuales también buscaron como recrear algo, rever la realidad de otra forma, extraña o diferente a su propia naturaleza, alterando la mirada de los observadores, creando en ellos de este modo un sentimiento de alienación o, mejor dicho, de descubrir que usualmente están alienados, al darles una perspectiva de la habitual visión de la realidad al presentarla en imágenes diversas a las acostumbradas, o al representarlas de un modo en el cual se nota que la idea es una ficción, por ejemplo mediante la exageración, el grotesco, la parodia o el absurdo, etc.

"El propósito del arte es el de comunicar la sensación de las cosas como son percibidas y no como son sabidas o concebidas. La técnica del arte de ’extrañar’ a los objetos, de hacer difíciles las formas, de incrementar la dificultad y magnitud de la idea encuentra su razón en que el proceso de percepción no es estético como un fin en sí mismo y debe ser prolongado. El arte es una manera de experimentar la cualidad o esencia artística de un objeto; no siendo el objeto lo importante."

Dicho de otro modo, el arte presenta a los objetos desde otra óptica. Los arranca de su percepción automatizada y cotidiana dándoles vida en sí mismos y en su reflejo en el arte.

Todo Yo del pintor pasa a ser instrumento del decir iconográfico del arte. El hombre, artista en esos casos, intenta ser color, órgano catedrático o quizás melancolía luz humana, enriquecidas por el temblor de sus humanísimas manos guiadas por sus dislocadas emociones.

Si tuviera que autodefinirme, diría: ‘’Soy aquel que asume todos los riesgos de mostrar sentimientos y situaciones, exponiendo mi sensibilidad al desnudo, sin adorno de conclusiones morales, ni de falsas alturas políticas, religiosas o éticas. En mi pintura humanísima, sincera, verdadera, aparece la cotidianidad sin arrogancia ni agregados épicos, simplemente la verdad de lo consuetudinario y lo simple, pero tamizados por una sensibilidad atenta, de pintor atemporal, exagerando una percepción profunda y significativa que transformará esos hechos simples de cada día, en una experiencia trascendente.’’

Purgatorio (2017), obra en 3D, Guillermo Didiego.

Somos los artistas los más encumbrados constructores de una conciencia social reflexiva, de un arduo trabajo, los únicos seres incompletos de la naturaleza y por ello, imperfectos de la creación. Somos estos únicos, hombres espectadores obligados a tomar conciencia.

Toman conciencia el ingeniero, el científico, el periodista, el que medita sobre su situación y sus conflictos, pero el artista es el más alto exponente de esa necesidad, porque su toma de conciencia es la más universal y completa. Opta por captar, luchar o por capturar el sentimiento del existir. Puede intentar hacerlo con un Himno holderliniano o con un ciclo terrenal y celeste como el de la dantesca cúpula de la Capilla Sixtina o el trozo de montaña marmóreo que contiene al potente David, pero también puede hacerlo a través de lo mínimo, de las cosas de nuestro entorno, del aquí y del ahora.

Si es verdaderamente pintor, comprenderemos y sentiremos que es su imagen, que al mostrar lo que vemos y sentimos todos los días, como arte mágico, esa realidad aparentemente inmediata, es devuelta a una profundidad que se nos escapa antes de la pincelada que plasma su esencia.

Si es sociólogo explica; el político y el filósofo interpretan, el pintor nos da en cambio, algo total; el sentimiento de vida como conciencia del existir. Ni la piedra, ni el animal ni el vegetal, necesitan sentirse vivir, pero sí el hombre. Y entre todos corresponde al artista entregar la expresión de ese sentimiento total.

A lo largo las generaciones de artistas, son pura y simplemente nuestra conciencia humana.

Mi obra es ecléctica, y esto perecería ser en un artista un defecto, casi un pecado. Sin embargo, contrariamente, el declive de la arquitectura clasicista se inició en la primera mitad del siglo XIX debido a que el Neoclasicismo del siglo XVIII, impuesto por la Academia, limitaba la creatividad del arquitecto a las normas clásicas. La mayor ambición del siglo fue la de crear un estilo. Será el eclecticismo historicista el que rompa el rígido esquema académico permitiendo la creatividad y libertad compositiva. Mi obra se centra en una serie de temas excluyentes Mi conciencia artística libre y emocionada, se posa en el más variado paisaje, desde lo humano, hasta lo animal, abordando también objetos, sujetos y paisajes, a veces oníricos o casi mágicos. Esta libertad me permite abusar de mi paleta y elevar mi obra a una celebración verdadera, a una afirmación, diría, religiosa final, que nada tiene que ver con las facilidades fideístas. Creo que éste es el aspecto que más me satisface de mi persona, de mi obra. Yo formalmente plasmo mis pensamientos con entusiasmo, al haber encontrado en estos tiempos de falaces, cosmografías y quejas plañideras, que mi pintura es una ciencia conjetural, que permite trasmutar los sentimientos de un tiempo sin tiempo."

Publicado en Facebook, Junio de 2017
Un abrazo, querido Guille.
CR