16 de febrero de 2011

Folclore terrorista en las escuelas

Métodos de detección de elementos subversivos en la prevención de atentados terroristas.

Se trata de sostener nuestros simbolos básicos de identificación cultural en medio de la llamada "globalización", emblema de estos tiempos que no es otra cosa que una falsa identidad "neutra" de rasgos sajones y establecida por un grupo de yupies en New York. Ellos canalizan, mediatizan y reinterpretan nuestras inclinaciones, nuestras desdichas, nuestras felicidades. Nos dicen "te doy el espacio y decí lo que quieras, es tuyo".
Son los nuevos métodos de observación personal, porque lo cierto es que si combinamos por alguno de estos medios las palabras prohibidas de la CIA, las que promueven el envío inmediato de una Traffic a mi puerta con escucha telefónica e intervención de todas las comunicaciones con espionaje satelital y seguimiento diario, las palabras tales como por ejemplo "bomba - Bin Laden - muerte - presidente - EEUU - atentado", palabras que ligadas en un mismo comentario son tan sospechosas que quizás indiquen un posible atentado contra sus propias libertades (así lo piensan ellos), entonces disparan de manera automática los mecanismos computarizados de detección criminal, y entonces, decía, dejamos de ser el motivo de la buscada y defendida "libertad de expresión" que tanto les preocupa y pasamos a ser los enemigos tan buscados por las agencias.
Y así sabemos, entonces, que Facebook, MSN, Messenger, Hotmail, Yahoo, Telefónica, Telecom y todas las redes mundiales de comunicación en sí mismas, no son más que alegres métodos complementarios de observación y vigilancia, herramientas de la CIA y el aparato antiterrorista norteamericano en la prevención de atentados, ya que todo –absolutamente todo–, es grabado, registrado y revisado minuciosamente, palabra por palabra, con la anuencia dócil de nuestros gobiernos, la misma anuencia con la que permiten la violación de nuestros documentos privados por... ¿cuánto? ¿un millón, o dos millones?
Pero lo cierto es que la suma de estas cuestiones, en un juego de la mente, me lleva a preguntar que pasaría si hiciéramos el acuerdo masivo de pronunciar estas palabras todos, digamos, un millón de personas por día, en todas nuestras comunicaciones, como una firma común en nuestros emails, nuestras charlas telefónicas, nuestros chats... colapsarían las agencias por falta de personal, los satélites reventarían de alarmas, no alcanzarían las camionetitas de seguimiento electrónico, porque ese sistema prevé un terrorista, o quizá diez, pero no un millón.

Eduardo Menozzi, conductor del programa "Folclorísimo", parace haber sido rotulado como un criminal terrorista, un alborotador, un elemento subversivo a ser silenciado y para ser observado. Se trata de quien promueve la inclusión en los programas de enseñanza en las escuelas primarias argentinas del folclore nacional. De allí que su muro de Facebook fue clausurado quizá debido a la adhesión masiva en respuesta. Tal vez le enviaron ya la camionetita a la puerta de su casa, quizá lo siguen desde las alturas con ojos electrónicos. Quien sabe. Mientras tanto, lo observan.



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