25 de marzo de 2008

Obstinacion del Cielo

Mal que le pese al cristianismo, la fe y la sabiduría no fueron
soberanas en ninguno de ellos, los elegidos, sino por fuerza
de la tragedia. A fin de cuentas fueron elegidos por la capacidad
de obedecer y no de comprender. Por eso mencionan los
milagros de Cristo pero se abstienen de contarnos cuáles fueron
sus propios milagros… porque escucharon pero no entendieron.

En eso, el cristiano es semejante al judío: En sus manos la palabra
muere porque piensan que si repiten hasta el cansancio los
versículos de glorias pasadas, el Cielo planificará mejor las glorias
del futuro. Si los preceptos no viven en el corazón de los hombres,
la palabra y el papel son cadáveres que pueden quemarse.

-Fragmento del ensayo Anomalía de Jerusalem, 2006-

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