3 de marzo de 2017

Cambiando la Marcha








Un país que cae hasta la miseria abyecta tras cada ciclo de 15 o 20 años, es como un alumno que en Diciembre rinde mal la última prueba y repite. Lo deprimente de los argentinos, es que ese alumno tiene 70 años y no termina 1er grado desde los 6.
Cuando renuncio de manera irreversible en 2014 a la ideología peronista que me vio crecer y madurar, fue porque decidí perder toda mi fantasía y porque sepultaba para siempre los sueños de mi adolescencia.
Volvi , entonces, por mi propio Túnel el Tiempo al Salón del Congreso de la Nación en el invierno de 1974 y, de pie, de nuevo congelado de frío, cansado y mal dormido, con los bolsillos de mi campera sintética llenos de lluvia y pan mojado, me despedí en secreto y silencio frente al féretro de Juan Domingo Perón, rodeado de coronas inmóviles, sollozos, trajes y Granaderos al fondo. Me despedí y me fui.
Estuve allí ese dia. Y volví al presente, retornado del pasado, y no siento deudas, no alimento fantasmas. Fin de una etapa. Después murió Alfonsín pero ya estaba acostumbrado a que la muerte visitara la historia. Mis antorchas arden con otros fuegos,arden en palabra. El fuego de Ayasha y el caldero. No importa si no soy escritor, como muchos graciosamente se autodefinen, ni si soy columnista de periódicos, como oros presumen con fatua vanidad. Sólo decidí observar, pensar y escribir. Y luego actuar. No tengo fantasmas pero tampoco brújulas. Y no admiro a nadie porque no renuncié al don de la vista y del sentido común.
Como el alumno de 70 años de arriba -aunque tengo muchos menos años cumplidos-, tengo el derecho de dudar de todo, desde los planes de estudio, y de mandar a la mierda a la maestra, a la directora y hasta el portero, y de extender mi deseo al Secretario, al delegado y al Ministro de Educación. Entiéndase, es una metáfora de la ideología que abrigué. El sueño no era ser Cuba o Venezuela, sino mejores. Un país industrial de avanzada.
Y porque esperé demasiado tiempo la “Argentina Potencia” que nos prometieron en los '70, cuando soñábamos con el futuro promisorio, y hoy seguimos tan bananeros como antes pero llenos de Planes, con la sonrisa y el furor de los tontos. Hay que errar mucho para vivir una pesadilla. Una cultura partidaria que mide ventajas y que aplaude a Luder, luego a Menem, más tarde a Duhalde, después a Néstor y finalmente a Cristina Fernández, no tuvo ni tiene nada que ver conmigo. A otro le puede resultar razonable, a mí no. Pero la grieta llegó también a mi familia, es techo y suelo. Por eso vivo suspendido en una silla. No importa. No necesito vendarme los ojos para escuchar mejor.
Pero me cansé de ver gronchos hijos puta y amanecidos renacuajos pasar en chatitas abolladas con canastos de pan, leche y facturas rumbo a los merenderos del hambre para verlos pasar luego de 2 años con un Toyota 0 Km.. Es multiplicar dos por dos y que siempre de cuatro. Si ese es el modelo de “justicia social” que defendí, no tengo dudas: métansela en el culo junto con Menem, con Néstor, con cristina y con Perón, muchachos.No me recibiré de hijo de puta social por los beneficios comparativos que ofrece.
Y así como soy cristiano y nunca obediente ni de la Iglesia ni del Vaticano, no espero ninguna "Segunda llegada" de nadie, no espero nada. Pero no voy a morir equivocado. Vivir el tango Cambalache no me justifica ni me describe ni mucho menos me identifica, aunque lo padezca cada día. Mi resistencia es estética tanto como ética. Sangraré lo que veo para redimirme mientras escribo. Camino a diario entre capiteles en ruinas del Cielo y de la Tierra. pero no me sirve la expiación del Celo cuando la tierra se mantiene bajo mis pies

"Todo lo que se rompe se vuelve cuchillo", escribe el poeta coreano See Jeong-Ho. El país está roto y sangra, yo estoy roto y corto. A la mierda con todo, no tengo tensores mentales ni históricos: Siento y pienso, no necesito nada más, luego escribiré lo que quiera.
b CR



Coyright®2017 por Carlos Rigel