La otra palabra de Mitre

Modelo de prócer para desarmar y divertirse, cuentan que durante la Guerra de la Triple Alianza —Brasil, Uruguay y Argentina contra el Paraguay—, y previo a la batalla de Curupayti, en el encuentro secreto acordado entre ambos líderes, el mariscal guaraní Solano López y nuestro presidente y comandante de entonces, Bartolomé Mitre, este último le ofertó al guerrero paraguayo las garantías de un salvoconducto -–extensivo a su familia, por supuesto-- a cambio de la rendición incondicional que detuviera la innecesaria ofensiva final; y selló el ofrecimiento con la famosa sentencia: Le doy mi palabra de honor a lo que el mariscal respondió con cínica lucidez: Pero, ¿acaso tiene otra?
Solano López resignó la propuesta, la guerra continuó y la nación guaraní no solo perdió un tercio de su territorio sino que incluso, junto con trofeos de guerra, se le confiscó esta noble ocurrencia hoy atribuida a su adversario como para ilustrarlo un poco, suficiente para lavar el honor histórico de nuestro prócer con jabón en polvo de oferta.