En la reciente exposición guiada por las pertenencias de nuestro General San Martín, pudo verse, como una bandera, el famoso poncho que lo protegió durante el cruce de la cordillera, en todo su ancho en la pared del salón para el esplendor de las visitas, y le fue atribuido una misteriosa cualidad en la que, supuestamente, jugaba el papel de salvoconducto, una inteligencia acordada entre mapuches y granaderos que sostiene que cuando la tribu identificara al poseedor de la prenda en cuestión le permitiría al ejército el paso libre por los territorios precordilleranos. De allí que la prenda gozara el primer plano en la pared como una pieza determinante en al cruce de los Andes.
En realidad, la historia es bien distinta cuando sabemos que los mapuches detestaban a San Martín y la explicación del poncho en la pared es más simple todavía: Los organizadores del evento no hacían tiempo a cubrir una inmensa mancha de humedad en el salón elegido para la exposición.
… ¡Menos mal que no le agregaron a la muestra un animal prehistórico!
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