5 de febrero de 2009

Radio Del Plata: Agacharse no tiene límites


Digo que era más importante tener un buen periodista (el único que tenemos) que un espantoso gobierno. Uno más en la lista de canallas que llegan a la Casa Gelatina. Hubo grandes que cruzaron los capiteles del poder rumbo al sillón. Hay sillones en todas partes del mundo y de la historia. Ninguno sobrevivió los Idus de Marzo. Que se votoreen entre ellos con serpentinas, papel picado y villancicos de salón. Los Kirchner son la misma porquería que el riojano Menem, eso lo vemos -–recordemos el caso de Liliana López Foresi del Grupo Clarín-- pero hay que sentenciarle a Radio Del Plata: Ha traicionado a su audiencia por veinte centavos. Deja de ser una emisora radial para convertirse en una agencia de publicidad y, por lo visto, cautiva del gobierno. Acostarse con el poder es un juego distinto, con otras reglas. Tiene otras ganancias y otras pérdidas. Una de las ganancias es la continuidad de trabajo; la pérdida más importante es la ética de ese mismo trabajo. Y ya la sacrificó.
El mejor y único periodista que tiene este país está desempleado.

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