Dice el post del Face del 24 de Octubre del muro de Leopoldo Brizuela: "Debido a los últimos cambios editoriales, han llegado a mesa de saldos libros de la antigua Alfaguara, que hasta hasta último momento tuvo la política de no saldar. No sé que les pasará a otros escritores. Pero para mí al menos, es una alegría ver una novela como Inglaterra a sólo 30 pesos, y junto a libros de dos autores tan apreciados y queridos como Luis Mey y Gustavo Nielsen. En Librería "Lucas", de Corrientes 1247, entre Libertad y Talcahuano".
Lo cierto es que Gustavo Nielsen no renovó el contrato por la re-edición de La otra playa (Alfaguara, 2010), aunque eso no aclara qué pasó con los dos autores que lo acompañan en la foto, es decir, la obra de Mey y de Brizuela, y de las alternativas que se barajaron con la novela premiada en 2010 con el Clarín de novela, se llegó a la decisión melancólica con el saldo editorial que de exponerla en librerías de oferta, propuesta promovida por el propio Gustavo.
A la pregunta de qué pasó con la editorial, me respondió: "Nada malo, Carlos Rigel: en Santillana me dieron a elegir ampliar el contrato de Clarín sin volverme a pagar, y lo rechacé". Y agregó: "Pedí que cambiaran ciertas partes del contrato y tampoco quisieron. Se trataba de repetir una parte de la experiencia para poder seguir (...) Ahora cuando Fernando Díaz haga la peli, no le va a tener que pagar derechos al intermediario, solamente tendrá que arreglar conmigo. Mucho más sano y justo".
Nada que reprochar cuando algunos como yo visitamos las librerías comenzando por ahí, los mostradores de las ofertas, y dificilmente pasamos a las estanterías de novedades, pero me alegra saber que cambió el directorio del grupo Santillana –Alfaguara es uno de sus miembros–, corrigiendo viejos vicios. Espero que haya quedado en la historia aquella feísima experiencia de quemar libros de autores rebeldes.
Lo cierto es que Gustavo Nielsen no renovó el contrato por la re-edición de La otra playa (Alfaguara, 2010), aunque eso no aclara qué pasó con los dos autores que lo acompañan en la foto, es decir, la obra de Mey y de Brizuela, y de las alternativas que se barajaron con la novela premiada en 2010 con el Clarín de novela, se llegó a la decisión melancólica con el saldo editorial que de exponerla en librerías de oferta, propuesta promovida por el propio Gustavo.
A la pregunta de qué pasó con la editorial, me respondió: "Nada malo, Carlos Rigel: en Santillana me dieron a elegir ampliar el contrato de Clarín sin volverme a pagar, y lo rechacé". Y agregó: "Pedí que cambiaran ciertas partes del contrato y tampoco quisieron. Se trataba de repetir una parte de la experiencia para poder seguir (...) Ahora cuando Fernando Díaz haga la peli, no le va a tener que pagar derechos al intermediario, solamente tendrá que arreglar conmigo. Mucho más sano y justo".
Pero la otra novedad que dejó entrever es que la novela de su autoría será próximamente filmada.
CR