Muy pronto linkearé el reportaje de Martín Biaggini para TVMC, Arte y cultura, respetando los derechos de propiedad intelectual de la productora local. El mismo fue realizado el Domingo 10 de Agosto en la Biblioteca Popular de la Imagen de la ciudad de San Justo, institución a la cual extiendo mi agradecimiento por facilitar la institución.
El perfil del ciclo expone al público a los actores de la cultura del distrito, y el mismo Biaggini sabe de mis reservas y objeciones a revelarme como parte de una comunidad a la que no me siento integrada y de la que decidí apartarme voluntariamente luego del episodio de censura padecido en público en 2012. La misma generación creada por el Proceso represivo y censor que vivió el país en décadas recientes me anulaba el micrófono. Son la evidencia más clara del triunfo procesista en un segmento de la sociedad que subyace perfectamente camuflado en la ciudadanía. Se parecen a nuestros políticos.
La diferencia es que yo viví esas épocas, nadie me explicará lo que contienen. Mi autoexilio fue voluntario, como es sabido, renuncié a participar de grupos represivos, lo cual me ha traído desde entonces ataques, burlas, desprecios y operativos de desprestigio. Sin embargo, nobleza obliga: adeudo a la educación y el extremo respeto de Biaggini y a su labor, lo que me llevó a aceptar la entrevista cuando he renunciado a participar de eventos públicos en el distrito. Fui censurado en un espacio abierto promovido por instituciones de gobierno y nadie protestó.
Por primera vez para la región que me vio nacer doy una nota sobre mi vida y mis escritos, mis orígenes como narrador y hasta confieso que debí hacer memoria ante el micrófono frente a preguntas simples aunque incisivas y de respuestas olvidadas. Jamás creí necesario recopilar eventos de mi destino a través de 30 años vividos con lapicera, máquina de escribir y teclados, desde los comienzos con la redacción tortuosa, el premio, el abandono de la escritura, hasta el retorno en 200o para descubrir el placer de escribir sin esperar nada a cambio, porque ni siquiera he reclamado espacios para leer mi trabajo nunca, siempre en favor de otros. Las notas y reportajes dadas en otros momentos fueron en beneficio del descubrimiento de otros autores. Pero no tengo nada que ocultar y menos de qué arrepentirme, soy lo que soy: una persona que piensa, dialoga con sus lectores y escribe. El mismo ejercicio cotidiano que llevo a mis libros.
CR
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