Reflexiones para la Nueva Edad Holística
Cuentan que cuando Simón Barjona, llamado Pedro, recibió la piedra inicial de la Nueva Iglesia –un bloque sólido de doce kilos–, se aventuró a cargarla con valentía y penitencia el camino hasta Roma. Sin embargo, poco antes de llegar a destino, la ruta se interrumpió brutalmente por un pantano. No afecto a pérdidas de tiempo —ni a pensamientos profundos— se adentró en las aguas lamosas. Pero mientras avanzaba he aquí que perdió el equilibrio y la piedra cayó en la ciénaga. Tenía dos alternativas: Buscar ayuda... o construirla allí mismo.
Párrafo del Libro
Fragmentos del Cielo, de la Tierra y del Infierno.
Copyright®2011 por Carlos Rigel
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