Termina de llegar a mi correo electrónico el primer ejemplar de la publicación Cazadores de utopías dirigida por Perla Patrón. Es una extensión temática impresa –con anticipo virtual– de los cafés literarios a realizarse desde este viernes 15 de julio en la Fundación Ciclo de Ramos Mejía, y cuya producción inicial ya está en venta, estimo, al público lector.
Recuerdo vagamente que el origen de la palabra "utopía" corresponde a una reflexión de Voltaire inspirada a su vez en un escrito de Tomás Moro, el verdadero creador de la palabra aunque no del concepto, ya que se cree aún que su contenido es anterior al teólogo inglés y corresponda al universal Platón, padre de una república soñada que todavía nos atormenta en la actualidad bajo la forma de gobiernos. En otras palabras, se trata de la suma de todas las idealizaciones posibles, tanto presentes como futuras, de una sociedad imaginaria como base para la crítica de la sociedad real y existente. Cazarlas es, de alguna manera, ponerlas a nuestro alcance.
Pero mordamos el queso.
Pero mordamos el queso.
El diseño de la revista es aún precario, con las limitaciones de los editores de texto de Microsoft; la versatilidad de la poesía reside, justamente, en el diagramado visual con el aprovechamiento del espacio disponible. Sin embargo, destaco que cuenta con poemas de Cortazar, Octavio Paz, Neruda, César Vallejo, Marguerite Duras, Leonor García Hernando, Mario Benedetti, e incluye el poema Afrodita de Victorio Veronese, poeta a quien conocí recientemente en casa de Perla, y que compensan un magro y lineal encolumnado recticular. Digo que la explosión de diseñadores gráficos de nuestros días permite distribuciones más elaboradas y la inclusión de mayor cantidad de material de lectura. Vale aclarar que toda publicación considera la construcción de un público lector.
Contaba una vez Augusto Monterroso a un grupo de seguidores que lo escuchábamos aquí, en Buenos Aires, que su primer libro de prosas consistió en dos hojas oficio fotocopiadas y dobladas a la mitad, formando un cuadernillo, de tal manera que su volumen inicial tenía 8 páginas. La felicidad de sus palabras parecía accedernos a un reino completo fotocopiado. Cito la remembranza del autor guatemalteco porque Cazadores de utopías cuenta con una única hoja –frente y dorso– en esta primera aparición de dos páginas, lo que augura una evolución con el camino menguante allanado: Invariablemente sólo puede crecer.
Contaba una vez Augusto Monterroso a un grupo de seguidores que lo escuchábamos aquí, en Buenos Aires, que su primer libro de prosas consistió en dos hojas oficio fotocopiadas y dobladas a la mitad, formando un cuadernillo, de tal manera que su volumen inicial tenía 8 páginas. La felicidad de sus palabras parecía accedernos a un reino completo fotocopiado. Cito la remembranza del autor guatemalteco porque Cazadores de utopías cuenta con una única hoja –frente y dorso– en esta primera aparición de dos páginas, lo que augura una evolución con el camino menguante allanado: Invariablemente sólo puede crecer.
Como emprendimiento en papel sueña ser más, sueña multiplicarse y diversificarse en prosas cortas y aguas frescas al estilo de Paula Pimentel u otros autores jóvenes con igual potencia narrativa y que merecen estar incluidos y listados en sus columnas. Pero siempre es grato estar atentos a la expansión de material poético y, de ser posible, renovado tanto en títulos como en autores.
Cazadores de utopías - Café literario
2do. viernes de cada mes.
Fundación Ciclo - Alvear 155, Ramos Mejía
2do. viernes de cada mes.
Fundación Ciclo - Alvear 155, Ramos Mejía
Copyright®2011 por Carlos Rigel
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