Termino de recibir del editor y amigo Ángel Pérez Garrido un ejemplar calentito –recién salido de la editorial, me consta– del volumen Cuentos ocultos de don Domingo F. Sarmiento (Ed. Besana, Buenos Aires, 2011), compilado por Hugo Ditaranto, Marisa Escobar y Pablo Kantor en la tarea de investigación, volumen editado en una tipografía amable con bella encuadernación.
Domingo Faustino Sarmiento inicia un modelo de narrativa que sólo después fue reconocida como fundamental de nuestra tradición de autores nacionales. Cuentos ocultos trata de una selección de prosas y cuentos reunidos, aunque seguramente dispersos en la extensa obra de nuestro prócer, listada entre nada menos que los 52 volúmenes que engloban la obra total del pensador y político, y que los tres compiladores, Ditaranto-Escobar-Kantor, debieron sin duda examinar con espíritu selectivo hasta reunir los 427 títulos que incluye la presente obra.
Sé que la mayor cuota de trabajo estuvo a cargo de Ditaranto –autor de la idea original– aunque esto no intenta minimizar la tarea ardua de Escobar y Kantor, que completan un trinomio cuyo elaborado resultado yace plasmado en el ejemplar de próxima salida al mercado.
De don Sarmiento apenas conocemos su obra novelista y ensayista y, en menor medida, sus diarios de registros personales de viaje –que corresponden al período de su presidencia–, cuyo estilo narrativo es menos periodístico que contable, pero también hay que sumar los discursos y hasta los proyectos de un observador culto y lúcido. El texto de Ditaranto-Escobar-Kantor refleja fielmente el intento del pensador cuyano de reformar nuestro idioma, intento que es legendario en América latina. A Sarmiento debemos el origen de una literatura de cuño "nacional", porque en ella identificamos una prosa de estética post-colonial, geográficamente argentina y localmente "madura" de ruptura con la tradición hispana de comienzos del siglo 19, pero también el inicio de un linaje de autores nacionales de un acentuado enciclopedismo cultural, tradición que alcanza a autores contempo- ráneos como Sábato o Castillo.
Modelo victoriano de prosa (de cuando las oraciones largas y prolijas eran materia de entendidos), observo prolongadas estructuras narrativas en contraste con oraciones cortas y bien aplicadas –simiente del periodismo actual–, por ende puedo decir que, mas allá de la estética imperante, la prosa de Sarmiento fue una herramienta modelada personalmente por el autor, ajena al estilo heredado español, en la alcanzada "eficacia de imagen" y tan vigente hoy como hace 130 años.
Un breve recorrido por el obsequio recibido esta tarde anticipa prosas metafóricas, otras especulares, imágenes, reflexiones, microcuentos y cuentos al estilo clásico de Poe aunque también me recuerda por momentos las "aguas fuertes" de Arlt. Una obra de colección para ser leída pero también para ser admirada.
Modelo victoriano de prosa (de cuando las oraciones largas y prolijas eran materia de entendidos), observo prolongadas estructuras narrativas en contraste con oraciones cortas y bien aplicadas –simiente del periodismo actual–, por ende puedo decir que, mas allá de la estética imperante, la prosa de Sarmiento fue una herramienta modelada personalmente por el autor, ajena al estilo heredado español, en la alcanzada "eficacia de imagen" y tan vigente hoy como hace 130 años.
Un breve recorrido por el obsequio recibido esta tarde anticipa prosas metafóricas, otras especulares, imágenes, reflexiones, microcuentos y cuentos al estilo clásico de Poe aunque también me recuerda por momentos las "aguas fuertes" de Arlt. Una obra de colección para ser leída pero también para ser admirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario