Hay nombres más grandes y pesados que quienes los portan. Un comentario correctivo simple y menor hecho en Facebook ha originado la censura en primer término y la posterior eliminación de mi perfil como autor de su nómina de contactos. Esto avanza sobre los residuos y reductos del llamado Proceso de Reorganización que, a su manera, siguen operando en esquinas lejanas de la conciencia civil. Titularse grandilocuentemente "Autores de Argentina" implica la representatividad de "todos" los autores de un país, ajeno al criterio de almacén que impera en nuestras editoriales, y no sólo de los que les gustan o los favorecen; o lo que es peor, de los que hacen silencio.
"37a Feria del Libro de Buenos Aires alcanza su récord histórico: más de 1.250.000 la visitaron..."
Este mínimo comentario posteado en Facebook originó una corrección más pequeña de mi parte en cuanto a las formas de interpretar la cifra de visitas a la Feria del Libro emitida por la Fundación El Libro y dada a conocer por el Diario Clarín, quien fuera el mentor de la nota. Escribí lo siguiente:
"Yo no sé si admitir la continuidad del error. La sutileza toma desprevenido al público. No se trata de un millón doscientas cincuenta mil personas, sino que es la misma cantidad pero de "entradas". A eso se refiere la cifra, ya que hay personas (vecinos de CBA) que repiten su visita hasta cinco veces, mientras que otros, a pocos kilómetros, ni se enteran de la Feria."
Este detalle ínfimo que pudo terminar o con el mutismo de la institución, o bien el agradecimiento por la sutileza, terminó por traslucir la acción menos esperada de la censura, monstruo anónimo que ya hemos padecido en décadas recientes.
Mi post fue eliminado del muro general. Decidí entonces republicarlo en mi muro, ya que es de mi autoría, y el desenlace fue, ni más ni menos, la eliminación de mi perfil de la nómina de amigos de la institución.
Desconozco el perfil de esta organización y no sé si quiera participar de ella puesto que sólo esperaba las frecuentes gacetillas de novedades en mi muro. Imagino que no son representativos pero sí que están más informados que yo. Y no es que me pierda algo importante, pero no esperaba el cepillo de una institución con un nombre tan grande, quizás más grande que ellos.
¿Qué sentido tiene titularse Autores de Argentina si cuando uno de esos autores opina lo decapitan de sus listas? ¿Para qué ponerse un nombre tan grande si no pueden soportar su peso? Entonces les sugerí que se cambiaran el título por el de "Comando Los Soquetes Mojados de Argentina", de manera tal que al cometer censura, torpezas o genuflexiones, estas quedarán disculpadas por nuestra anuencia y gran tolerancia con los débiles y minusválidos, ¿eh? La idea es impedir que ametrallen a quien piensa diferente que ellos.
Recuerdo cuando Nielsen me contó que en Alfaguara le quemaron frente a sus ojos dos ediciones de sus libros, listos para salir a la venta, en repudio al juicio ganado a Piglia y Editorial Planeta. Estas organizaciones son el trigo sucio de la literatura y no los mecenas que pretenden.
2011 © Copyright, Carlos Rigel
¿Qué sentido tiene titularse Autores de Argentina si cuando uno de esos autores opina lo decapitan de sus listas? ¿Para qué ponerse un nombre tan grande si no pueden soportar su peso? Entonces les sugerí que se cambiaran el título por el de "Comando Los Soquetes Mojados de Argentina", de manera tal que al cometer censura, torpezas o genuflexiones, estas quedarán disculpadas por nuestra anuencia y gran tolerancia con los débiles y minusválidos, ¿eh? La idea es impedir que ametrallen a quien piensa diferente que ellos.
Recuerdo cuando Nielsen me contó que en Alfaguara le quemaron frente a sus ojos dos ediciones de sus libros, listos para salir a la venta, en repudio al juicio ganado a Piglia y Editorial Planeta. Estas organizaciones son el trigo sucio de la literatura y no los mecenas que pretenden.
2011 © Copyright, Carlos Rigel
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