5 de enero de 2021

Antigolpe


Reaparecen de nuevo las voces que
reclaman un Golpe de Estado militar y es
oportuno que aclare los tantos confusos.

No me sumo al golpe, no me cuenten, prefiero el alzamiento claramente civil –y hasta una guerra civil feroz y sangrienta, como la española–, que delegar la total responsabilidad de quebrar la institucionalidad a un tercero invitado. 

Llamar a militares cuando las papas queman es convocar al tercero en conflicto, es evadir la culpabilidad que nos corresponde de haber votado a gente de mierda, a ladrones y a garcas profesionales en el arte de mentir, de afanar y estafar a laburantes, a jubilados, además de trampear a la República. 

Porque hay quienes reconocen haberlos votado y hoy viven frustrados, puteando las medidas, los decretos y las leyes que se votan, las declaraciones y el circo de las bestias, cuando tuvieron la oportunidad de elegir hace poco más de un año. ¿O vivieron en otra galaxia desde 2003? Les encanta la ley cuanto todo va bien y ¿a quebrarla cuando va mal? No es así. 

Se tragaron las mentiras bajo la promesa de que estarían mejor y hoy viven mordiendo clavos, o a regañadientes o con furia, cagados de hambre, desprotegidos, negados y burlados. Les recuerdo que vieron al Diablo con el cartel en mano que decía “Cielo” y fueron tras él aunque olfateaban el azufre. No es culpa de Dios ni de la Constitución o de la tierra: es nuestra. 

Esto merece una observación de mi parte: hay un 15% de gente que en 2019 eligió kirchnerismo porque quería más dinero en su bolsillo, no más institucionalidad ni la lucha contra el narcotráfico o mejor educación general para la población. Y en la perinola kármica, con toda justicia, salió: "pierde todo". Mejor no mencionen a Dios, no sea que nos escupa, porque de nuevo acude el famoso "Yo, argentino", "Yo no los voté", entonces parecemos todos inocentes. Pero el karma nacional funciona así y es para todos.

Y no volvimos al 2001, de ninguna manera, sino a 1995 cuando fue reelegido el turco Menem. La misma mierda cuando caminábamos sobre los cadáveres de jubilados del suicidio por la pérdida de sus ahorros. ¿Acaso no escuchaban las burlas del "No sé por qué se suicidan"? Y mientras tanto leíamos las noticias de las sucesivas renegociaciones de la deuda tiradas para más adelante, cuando no estuvieran en el gobierno. "Que la garpe otro" es el famoso pagadiós argentino cuando nos olvidamos de devolver lo pedido porque fue robado para uso personal.

Lamento decirles que es la opción que ofrece la democracia. A estas bestias las creamos nosotros. Como los venezolanos siguieron tras el golpista Chávez y hoy padecen un 90% de miseria, cocinando a leña como en las cavernas. Los argentinos siempre en los aplausos del ayer encontraremos las maldiciones del presente. Somos los creadores del patíbulo propio y los constructores de nuestro cadalso. 

En GBA, dejamos de lado a una Gobernadora pujante antidrogas para elegir a un enano simio que inicia su gestión ocultando dineros públicos, lo que preanuncia el robo alegre y el desvío de fondos a gusto en manos de un chimpancé. ¿Y qué es lo nuevo, cuando sabíamos que kirchnerismo es sinónimo de robo y cuando el peronismo concupiscente todavía elige bajarse los calzones y agacharse por dos mangos? 

Pedir la intervención militar es igual que pedirle a Dios que corrija nuestras decisiones porque nos disgustan las consecuencias. Y aprendamos a mirar dos veces antes de cruzar la calle. De nada sirve el “Hubiera hecho tal cosa” ni decir “Voy a empezar a respetar el semáforo” cuando ya están en terapia intensiva. Que cada uno ponga la sangre de su hijo para lavar las calles de nuestros errores, como fue antes, como hoy languidece el pueblo venezolano a la vista del mundo entero. El ciclo por completo está repetido porque la prueba no está superada Pero sólo así aprenderemos. 

Un siglo de experiencias debería bastarnos a los argentinos para saber adónde carajos queremos ir. La preventiva que merecemos dice que, al menos, tardaremos 10 o 12 años en volver al momentum de 2019. Pero el camino ahora es aguantar hasta 2023… o el alzamiento civil. Militares: quedarse a un lado. Es un asunto ciudadano. Que cada uno lave sus trapos sucios mientras mastica tornillos de infamia.


Rigel

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