11 de abril de 2009

El márquetin del Sr. Gibson


Vuelvo a intentar por tercera vez llegar hasta el final de la película del Sr. Mel Gibson, La Pasión de Cristo, pero nuevamente me veo frustrado. A poco me doy cuenta de que no la creo. No me comprometo. Si apenas le faltó que lo ametrallaran. No se trata de la clásica película donde los malos son peores que malos y justifican la reparación vengativa de los buenos, que son más que buenos. Está diseñada para que uno diga: ¡Judios hijos de mil putas, que los maten a todos!, porque no hay tal acto de reparación de los buenos, entonces uno tiene el derecho de tomar todas las hachas que encuentre y asesinar a quien no haga tiempo a escapar de nuestra rencorosa justicia. Por ejemplo, nosotros, aquí, digamos, en los comercios del Once, ¿no?, contra judíos, y contra coreanos, y contra chinos, y tanos, y españoles y contra todos. Porque don Mel, nos invita a una experiencia de odio, asco e histórica venganza. De alguna manera nos dice que tiremos la bomba atómica contra los malos en el nombre de Cristo, siempre y cuando tenga un crucifijo en el circuito detonador.

Pero a no tomarnos las cosas a pecho, porque se rumorea en los pasillos de Hollywood que don Mel prepara los siguientes títulos para equilibrar la porquería:

-El retorno del rabbí: Contra los judíos malditos
-Cristo inicia: La amenaza fantasma de Bin Laden
-Cristo bautiza a Alien —codirigida con James Cameron—
-Jesús de Nazareth sana a los iraquíes endemoniados
-Cristo y María contra. la mafia rusa
-Dios bautiza a Bush
-Jesús, Cinturón negro contra las drogas
-La invasión a Cuba de María
-Dios interviene en Wall Strett por el crudo
-Cristo triunfa sobre el afgano: La muerte del terrorista
-La guerra de los mundos: Dios contraataca a Jerusalén
-Cristo vence a Abrahan, a Moisés y a Mahoma
-El mediador: Jesús engaña a irakíes y libera a soldados rehenes

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