Soñé que era un gran poeta, como Whitman, pero Poe me despertó, protestando que era mejor cuentista. Cervantes tiró las colchas al suelo, insistiendo que era mejor novelista. Montaigne me volcó de la cama furioso, gritando que era mejor ensayista. Al fin, me tomé una ginebra y seguí durmiendo.
Copyright©2012 por Carlos Rigel
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