3 de diciembre de 2009

Acerca del ahorro en autopartes clandestinas (no es broma)








50 % DE AHORRO Y UNA MUERTE

Este pueblo tiene afectados los procesos más simples del sentido común. Aún no entiende que cada acto de corrupción cuesta vidas. Pero los responsables no son los otros, sino nosotros. La ofuscación cívica no nos protege de las consecuencias.
Por un lado se protesta por el asesinato a mansalva en las veredas de sus propias casas para robarles los autos a sus dueños. Por otro lado, sigue adelante el mercado negro de autopartes aún cuando se sabe que su origen está en relación con el robo y el asesinato de inocentes para quitarles sus autos.
Y tal parece que en la mente del argentino ambos hechos no están relacionados, ya que no ver es no creer. De alguna manera quien compra una autoparte más barata que en el mercado oficial sabe que está en relación a un robo. Lo intuye, pero como no lo vió, no lo afirma; tampoco se siente responsable en el delito. Pero lo es. Y a diario padece los resultados.
Tal vez deba exponer este problema de una manera más simple, en una relación directa que nos afecte con un sacudón de realidad.
Un guardabarros nuevo en el agente oficial me cuesta, digamos, 300 pesos. Bien. Ese mismo guardabarros en el mercado negro me cuesta 100 pesos… y la vida de mi hijo.
Un capó nuevo me cuesta 500 pesos. En el mercado negro me cuesta 200 pesos y la vida de mi padre.
Un parabrisas nuevo me cuesta 350 pesos. En el mercado negro me cuesta 150 y la vida de mi esposa.
Y si sólo se trata de ahorrar dinero, a quién se justifique diciendo que un carrozado original viene sin pintura, vale recordarle que en los otros casos no mencioné el velorio que le sigue al asesinato.
Cada acto podrido de nuestra vida cívica nos cuesta una vida. Mi indiferencia costará una vida. Y puede ser de los míos. La Parca elige a quién.

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