27 de febrero de 2011

La tragedia es nuestro Congreso Nacional


El diputado Mensi continua la tradición menemista de "hacer"
a pura tracción de inconciencia; es decir, bien o mal pero hacer algo.
Quizá el error proviene de pensar que existe una llamada "conciencia vial" cuando él mismo nos demuestra lo contrario. Muy pronto sancionarán a los caballos que anden sueltos por la ruta. Lo cierto es que, después, la UCR no comprende por qué tiene un infranqueable 10 por ciento de intención de votos.

El proyecto de ley prohibe tomar mate, fumar o ingerir alimentos a los conductores mientras recorren el territorio bonaerense y castiga con fuertes multas a los automovilistas en infracción. "Yo sé que no se trata de una medida simpática", reconoció el diputado radical Aldo Mensi, autor de la iniciativa polémica, y agregó: "pero tenemos que priorizar la conciencia vial", sentencia final que, dicha en nuestro país, me suena a usar paraguas contra un tsunami. Más tarde, en otro comentario radial, amplió sus dichos con cálculos detallados al concluir que "un conductor pierde entre 3 y 4 segundos en encender un cigarrillo, que viajando a 100 km por hora, representa nada menos que 100 metros sin el control total del vehículo".

Bien hecha la cuenta, lo que demuestra, por un lado, la eficacia de nuestras viejas escuelas primarias, y por otro lado confirma el estilo delarruista de gobernar y pensar equivocado consistente con prender un fósforo cuando se olfatea el ambiente saturado de nafta. Aquí el problema que enumera no es fumar en sí mismo, sino encenderlo, porque si fumáramos un puro, o en pipa, sería difícil establecer la infracción demorando el pago de la coima correspondiente en una discusión inútil. ¡Pero si lo prendí en mi casa antes de salir! Y peor aún si se tratara de un narguile turco, ¿eh? O por ejemplo, si el mate está lavado y sin agua pero el conductor mantiene la bombilla en sus labios para sedar el vicio, ¿cuál es la multa? O quizá sin yerba, como un placebo al matero compulsivo de ruta. ¿O qué pasa si el cigarrillo está intacto y sin encenderlo en un rincón bucal?, ¿cuál es la reducción de la multa? O, Dios, qué pasa si el conductor combina ambos vicios en un remate magistral y sostiene la bombilla seca en su boca?

Imagino temerarias persecuciones de patrulleros con seguimiento de helicópteros en la ruta 11 bajo 38 grados de un verano inclemente en la detención de un infractor. ¡Lo ví tomando agua!... ¡Usted, ponga el mate en el suelo y las manos en la nuca! O también: "... canal 24 transmitiendo en vivo desde la ruta 2, según fuentes policiales, el sospechoso se dio a la fuga arrojando la yerba por la ventanilla a altísimas velocidades, desprendiéndose más tarde del mate y el sánguche... creemos que se trataba de jamón y tomate sin mayonesa".

Imaginemos los incisos de esta ley de pelotudez crónica ya que es de suponer que el siguiente paso reglamentará y limitará la conversaciones con el acompañante, ya que hablamos de perniciosas distracciones. Pero en cuanto al proyecto de la ley en sí hay que recordarle al tonto diputado Mensi que primero deben eliminar todos ¡pero absolutamente todos! los carteles que bombardean al conductor con flashes distractivos como por ejemplo de concecionarias multinacionales, maquinaria agrícola de origen norteamericana, agroquímicos alemanes y holandeses, cadenas de mercados franceses, shopings, teléfonos móviles, indumentaria, programas radiales y programas televisivos, turismo provincial, casinos, bebidas gaseosas, candidaturas políticas, computadoras japonesas, sistemas computarizados estadounidenses, y sin olvidar la cartelería apócrifa de puestos furtivos choripaneros, productos regionales, carnada y productos de pesca. Y como si fuera poco debe extenderlo a todo el territorio capitalino, ya que invitan a la distracción y hasta la ansiedad. Excepto, naturalmente, que promueva la Ley de Detención Obligatoria, una extensión cautelosa del actual aquelarre vial que regularía, para el caso, la observación de carteles publicitarios desde una posición de extrema seguridad, digamos, desde la banquina misma de la ruta y al abrigo de accidentes y de distraídos peligrosos. Un digno razonamiento de la república de Calpurnia.

Y el periodismo nuestro de cada día (otra calamidad) reportea al mentor de esta pomposa pelotudez, digamos, estupefacto frente al proyecto, incapaz de abrir el debate lúcido y cáustico que le corresponde, porque sólo expande el enunciado y hasta se conforma con disponer durante unos pocos minutos la palabra al aire del personaje en cuestión en una minuciosa reiteración del título de la proyectada ley.
Pero lo cierto es que este proyecto una vez aprobado –y reglamentado adecuada o inadecuadamente–, promoverá una mayor transferencia de fondos de bolsillos particulares a nuestra institución policial con el formato tradicional de modestas coimas ruteras.

Aclaro, para finalizar, que es una falacia lo que se rumorea por ahí, en cuanto que el lobi del proyecto de Mensi lo promovieron las aseguradoras. Es totalmente falso como cualquiera puede deducirlo.


Copyright®2011 por Carlos Rigel

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