14 de mayo de 2008

La singularidad de los imbéciles

Esta es una cultura de mierda con gente de mierda y de costumbres de mierda.
Cualquier idiota llega entre media hora y una hora tarde a cualquier entrevista o encuentro programado. Y parece ser de mala fe y de guachos el no prestarse al juego de las explicaciones y los contratiempos ajenos con que grafican una manera más de maltratarnos y faltarnos el respeto. Porque si le debiéramos donar a cada imbécil una hora, dilapidándola de nuestra vida para siempre, se nos iría la vida en banalidades.
Un imbécil no vale ni un minuto de mi tiempo. No dispongo de esa libertad.

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