28 de febrero de 2015

Birdman, un superheroe acosador


Cuando la ignorancia audaz opera 
como una virtud

¡Qué película maravillosa, por favor! Y de ella me asombran los dos extremos, por un lado, lo observable, don Michael Keaton, considerado un actor insípido –no lo es– y por el otro, acaso lo menos tangible, un guión tridimensional que especula con el terminator selenita que va de la magia a la realidad, y que por el momento, me resulta inalcanzable. Un actor harto de vestirse como un ser fantástico y un superheroe –bastante maleducado– que se resiste a desaparecer. Los diálogos son de una precisión envidiable y de un cinismo que me hicieron reir y hasta doler. Sin duda están resueltos por mesas redondas de gente experimentada, de lo contrario no podría concebir ni tal complejidad y ni tanta síntesis discursiva. 

Y frente al paradigma de arquetipos que buscan explorar y expresar desde la fantasía la condición humana, concluyo: está siendo más audaz el cine que la literatura. No se trata de "la imagen" versus "la palabra", no hay ninguna competencia, sino de buscar la humana profundidad con los elementos que disponemos cada uno en lo suyo: escándalo, alcohol, drogas, engaño, fracazo y el escape a la fantasía como válvula reguladora; aqui también funciona como autocrítica e impulsor de cambios –"la obra que ensayás ¡es una mierda!", le dice el desdoblado superheroe Birdman a su propio intérprete, Riggan Thomson (al actor M. Keaton)– emulando el intento de abandono de papeles famosos registrados en la vida real cuando menos en dos casos del cine norteamericano, el actor David Duchovny cuando renuncia a continuar caracterizando a Mulder en Los expedientes X y al reciente fallecido Neonard Nimoy en el papel Mr. Spok de Viaje a las estrellas, condena de papeles que los lanzan a la fama pero que también los anulan como actores. Recordemos la resistencia actoral de por vida de don Malcon MacDowell para quitarse de encima al sádico Alex de La naranja mecánica, papel brillante y tirano que lo inmortaliza desde 1969; lleva una vida casi entera tratando de ser otro.

Es el arribo tardío del cine al realismo mágico que antes fue literario, aunque que hoy habita los cementerios de las bibliotecas. Tampoco me asombra que el film recurra a una cuota de sangre –pero sin necesidad de bañarnos en ella– y de tragedia, modesta metáfora del sacrificio imperioso para alcanzar el éxito y recurso visto anteriormente en "El cisne negro". Es como "Brazil" (1985) pero sin la conversa derrota orwelliana del final, emotiva como "El luchador" pero sin la aceptación pírrica como destino, sino con triunfo. 

El cine estadounidense a menudo me harta, estoy cansado de films para pibes, pero reconozco también, cada tanto tiempo los hachazos de luz que filtran en la costra densa de un comercio que sólo parece reconocer a consumidores con granos en la cara, de manera tal que sentarse a mirar algo es sinónimo de "ver sin pensar". Birdman no es un producto visual orientado a pibes. Sin embargo, aquí va un palo aclaratorio: el afiche rojo, la placa o imagen representativa del film, es una cagada total, una muestra de cómo en un simple icono se puede arriesgar a una obra poderosa. Quizá por esa imagen burda y pendejera la evadí. Para terminar, de cinco, vamos a ponerle cuatro rigelios y medio ¡y un chori!


CR

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26 de febrero de 2015

Gus stalkerizado


Les presento a mis lectores y amigos las dos ilustraciones 
diseñadas por Alejandro Taliano y Gustavo Nielsen 
para la cubierta de mi próxima novela, Pireo
aún en realización. 

Una emoción para mí que dos creativos destinen sus luces a mi trabajo. Aún tengo presente cuando al presentar en los muros de las redes sociales en Septiembre de 2014 las cubiertas de las nuevas ediciones de mis libros, Gustavo me dispensó sus felicitaciones, mimo que agradezco y extiendo a los artistas prestigiosos que cedieron sus obras para vestir mis escritos. Gustavo se comprometió a realizar la ilustración de mi siguiente obra. Y aquí están. Pero aclaro que la tapa está lista antes que la novela, porque la historia todavía no está terminada.

Es que mi programa de escritura –se lo contaba hace pocas horas a nuestro poeta Víctor Cuello–, excede las horas anuales. Todavía me resta publicar el tomo segundo de la novela Diario del fin, también falta editar, al menos, el tomo primero de la saga Las aventuras del conquistador don Quijote de la Mancha en el reino de las Indias –casi terminado–, y no sé con qué seguiré después de terminar Pireo. 

Es común en mí quedar hueco, como lo advierte Pavesse, tras terminar cada historia, vivir la crisis de quedar vacío de ideas y hasta temeroso de caer en el ocio improductivo. Ojalá pudiera escribirlas y nada más; no necesitar vivirlas o padecerlas ni tener que crecer hacia ellas. Ojalá pudiera escribir sin la tiranía de las ideas; ojalá no necesitara odiar lo que amo. Antes me preocupaba la escritura, ahora el lector, qué mas da, sólo he cambiado los temores de lugar. Creo que el destino sentenciado por Castillo para el escritor, entendido como una meta y no un trabajo, terminará cumpliéndose.



Mi propia actitud de agotamiento tras concluir un escrito me recuerda al protagonista de la película soviética Stalker (La zona), 1979, de Andrei Tarkovsky, cuando, siendo el conocedor de la zona donde impactó un meteoro, para guiar a las visitas quienes se aventuran a la región misteriosa, el guía lanza lejos una tuerca con un pedazo de tela atado, una tira de trapo, y sólo deben avanzar hacia allí, donde ha caído la marca, en línea recta sin perder de vista el objeto y –he aquí lo inquiteante– en un paisaje cambiante y hasta selectivo con sus visitas. Así es mi manera de crear historias: lanzar el tema al vacío y partir detrás del signo, acechado muchas veces por el desánimo, las vicisitudes diarias, los contratiempos y hasta las penurias que a menudo me abarcan.

Por primera vez en mi carrera se da el impulso inverso: No es una historia terminada buscando una cara entre vastas obras existentes de artistas exitosos, sino lo inverso, una cara única nacida para la historia. Bastó con relatarle a Gustavo la foto final de la novela para que saltara al vacío, invitando a su vez a un amigo camino al abismo, al exorcismo creativo. Estos artistas, como otros tantos artistas, que acaso me aprecian, como si fuera yo un grande cuando soy apenas un perro vagabundo ladrando al horizonte, destinan momentos de creatividad habitados por una idea, un espíritu, un interno demonio de belleza. Son exorcistas.

A veces me abruman con el cariño que me brindan, me odia tanta gente en mi propia comunidad que si no fuera por el amor de quienes me aprecian no continuaría esta tarea de escribir, no seguiría adelante. ¿Y qué esperarán de mí? No tengo cómo pagarles ni la creatividad ni el compromiso ¡Yo sólo escribo!

CR

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23 de febrero de 2015

¡Una conspiración por aquí, por favor!

Comparto con mis lectores la nota excelente de Claudio Chiaruttini 
para Urgente24.com posterior al 18F


"Cristina necesita de una conspiración para 
no quedar como una corrupta.

Los Kirchner llegaron al poder cargando una denuncia por enriquecimiento ilícito, a propósito de los famosos fondos de Santa Cruz en el exterior. Aquella causa judicial fue a parar a lo de Juan Galeano, a quien se le exigió que la cerrara "en forma satisfactoria" para Néstor Kirchner antes de su 1er. viaje a España. Pero Galeano no cumplió con aquel reclamo y fue el verdadero inicio de su derrumbe, en medio de la causa AMIA. La corrupción K no fue un tema decisivo durante el resto del mandato de Néstor porque la sociedad decidió corromperse: nada debía interrumpir el efecto benigno del 'viento de cola'. Hubo una excepción: el 'caso Skanska' , en 2005. Pero, en verdad, la corrupción K recién regresó con la valija repleta de dólares que no era de Guido Antonini Wilson sino de PDVSA, para la campaña de Cristina, aunque Antonini Wilson la aceptó como propia ante la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Aduana argentina. Aquel escándalo explotó semanas antes de la crisis con el campo, en 2009. Más tarde ocurriría el triple asesinato en General Rodríguez, e irrumpió otra vez la corrupción en la financiación de la campaña presidencial de Cristina. Sin embargo, durante años ella consiguió quedar afuera de las imputaciones... hasta el 'caso Hotesur'. Ahora, en emergencia judicial, Cristina precisa una conspiración para no asumir la alternativa: que su Administración es corrupta.

Negando su decadencia, Cristina Fernández resolvió convertir su enfrentamiento con el Poder Judicial, de un claro conflicto institucional y choque de poderes a una simple pelea política para iniciar el camino a desoír los reclamos de fiscales y jueces, las exigencias procesales y los requerimientos y sentencias que vendrán.

Néstor Kirchner, desde muy temprano en su administración, buscó “limpiar” el camino que transitaba de posibles acusaciones y causas judiciales. Desarticulando los organismos de control del Estado, interviniendo los entes reguladores, eliminando la independencia de toda oficina que podría auditar la gestión presidencial. Con cuidado, el santacruceño se liberaba de cualquier posible acusación proveniente de las entrañas del aparato institucional que encabezaba.

Kirchner ya había cumplido esa tarea en Santa Cruz, donde su gestión jamás fue observada judicialmente (con la excepción del procurador Eduardo Emilio Sosa, que fue despedido en 1995, en forma irregular e inconstitucional), y las pocas causas que hubo en su contra, fueron"limpiadas" por el Poder Judicial, porque -es bueno recordarlo-, Cristina Fernández de Kirchner aprendió acerca de la colonización política de la Justicia y la designaciones de fiscales y jueces obedientes, durante los años de Néstor gobernador. Era obvio que la experiencia santacruceña sería nacionalizada. Sólo era una cuestión de oportunidad.

En su paso por la Casa Rosada, también Néstor Kirchner cuidó a “desbrozar” el terreno de causas judiciales. Así, han quedado enterradas en fallos a favor la investigación del envío de fondos de Santa Cruz al exterior, el enriquecimiento sospechoso de la familia Kirchner, la compra de tierras a precios viles y otras investigaciones. En el fondo, Norberto Oyarbide fue el mascarón de proa de este proceso de“limpieza”. 

Pero Cristina Fernández, quien se cree una mejor Presidente de la Nación que su ex marido y mentor, es una versión distorsionada y “chapucera” de él. En su embate contra la Justicia, prevaleció el deseo de sometimiento por no lograr el desguace del Grupo Clarín en el tiempo y la forma que ella lo deseaba. Para ella no era importante que la prolijidad fuese el estándar.

En 2012, Cristina avanzó en el intento de colonización de la Justicia. Enancada en el 54% obtenido meses antes, con el “Vamos por todo” como lema, con el Grupo Clarín como blanco, con el aburrimiento de que figuras de la oposición, como Elisa Carrió, llenando los tribunales de denuncias en su contra; comenzó la batalla.

“Justicia Legítima” fue el instrumento para dividir a la corporación judicial, tal como antes se dividió a los banqueros nacionales de los extranjeros, a los industriales subsidiados de los competitivos, a los sindicalistas amigos de los enemigos, a los periodistas “militantes” de los opositores, a los militares aliados vs. los militares homicidas, a espías buenos vs. espías malos, a “nosotros” de “ellos”.

Cristina no puede escapar a su formación setentista. Configura el mundo, la Argentina, la política, la sociedad, la economía, la cultura, la vida bajo visiones corporativas, conspirativas y facciosas. Pese a que estamos en el Siglo XXI, la Presidente de la Nación cree que la política es el campo de juego natural de sociedad, que hay corporaciones que se alían o se enfrentan entre ellas para tener más poder o manejar más dinero y que esas uniones crean facciones que se enfrentan con objetivos similares.

De esta forma, si la Justicia, una corporación, no responde a sus deseos, es porque está unida a una facción enemiga y, si está en una camarilla opositora, necesariamente tiene que conspirar en contra del poder que tiene hoy en sus manos Cristina Fernández. Es una visión infantil, mínima y maniquea del mundo, es una concepción nacida al calor de la Guerra Fría que aún domina en gran parte de la izquierda y de la derecha argentina.

Faccioso, conspirativo y corporativo, el kirchnerismo tembló cuando vio 500.000 personas citadas por redes sociales, en medio de la lluvia, respetando perfectamente las consignas establecidas, sin liderazgo concentrador aparente, sin el menor hecho de violencia y con un conjunto de reclamos heterogéneos, avanzando desde el Congreso a la Plaza de Mayo y en otros 200 puntos en todo el país.

El kirchnerismo celebra cuando junta 4.000 militantes rentados en los patios de la Casa Rosada, movilizados en micros, con la Coca Cola y el choripán asegurado; pero desmerece y se paraliza ante 500.000 personas que fueron por sus propios medios a la marcha del miércoles, sin que hubiera micros, ni subsidios, ni contratos, ni choripanes en juego.

Cristina Fernández y su entorno no conciben una movilización espontanea, toda su carrera política la han realizado empujando aparatos clientelares para que los aplaudan. Además, desde 2012, cuando fueron las dos primeras inmensas movilizaciones opositoras, el kirchnerismo sabe que tiene perdida la calle y que no la van a poder recuperar si no es con la violencia, una senda que, por ahora, nadie se atreve a transitar.

El domingo 15/02, en su arenga en el paraestatal Página/12, Horacio Verbitsky recomendó al kirchnerismo no prestar atención al 18F, dejar pasar la marcha, no darle importancia, porque no hay liderazgo en la oposición capaz de capitalizar el descontento social y que, como en casos anteriores, la larga caminata terminaría por servir como catalizador del descontento social, diluyéndolo, y mejorando las posibilidades electorales del oficialismo.

Pero Cristina Fernández resolvió no hacerle caso a Verbitsky y, en su carta del sábado 21/02, dejó en claro que ella quiere volver a dividir a la sociedad. Durante parte de 2013 y 2014, la Casa Rosada intentó seducir a la clase media, pero ahora salen con los tapones de punta minimizando la marcha, calificando la movilización como el “acta de nacimiento el Partido Judicial”, tratando de hacer un paralelo con el “Partido Militar” con que la izquierda descalificaba a los militares democráticos de los '80 o con la “Patria Periodística” que se trató de crear alrededor de los medios opositores.

Sólo quién concibe el mundo social como un conjunto de corporaciones que se unen en facciones para conspirar tiene sentido la frase “si tiene los votos, funden un partido político y vayan a las elecciones”. Y es lo que hizo ayer Cristina Fernández, colocó a la parte de la Justicia, que no la obedece, que marchó el miércoles, a hacer política, para que las decisiones que llegaran fuera descalificadas por ser de origen político.

Con todo su Gabinete, decenas de funcionarios, su familia y Ella misma envuelta en más de 700 causas judiciales, era obvio que cuando las imputaciones golpearan la puerta de la Casa Rosada, había que desacreditar a los fiscales y jueces que emitieran esas decisiones. En el fondo, la dramática muerte del Fiscal Alberto Nisman y el torpe comportamiento del Gobierno terminó por acelerar lo que, tarde o temprano, iba a pasar.

Desde este espacio se destacó que, luego de la muerte de Alberto Nisman, la 'mesa chica' temía la reacción de la Justicia. Y la reacción llegó. Causas, órdenes y decisiones que se mantenían políticamente adormiladas han despertado. Lo que no se hacía para no dañar el endeble sistema democrático de la Argentina se hace ahora para poder salvar al paupérrimo sistema democrático que aún tenemos.

Pero, además de Cristina Fernández y la Justicia, hay otros jugadores en el campo político. Quienes marcharon el 18F tienen conciencia que deben hacer algo más que caminar y mojarse. Tienen en claro que el 12S y el 8N de 2012 fueron las bases que permitieron que no hubiera un 7D contra el Grupo Clarín y que construyeron la derrota electoral del oficialismo en 2013.

Los presidenciables, que marcharon junto a la gente el miércoles pasado, también han registrado el mensaje. En todos los casos, dos frases se repitieron de la gente que se acercó a saludarlos: “Fuerza” y “Júntense”; y ya no se pueden hacer los distraídos ante el reclamo social.

Desde comienzos de año, advirtiemos que hay “fuerzas” que empujan a los presidenciables a hacer un pacto contra el kirchnerismo. Antes del 18F, hubo un intento de sentar a Sergio Massa con Mauricio Macri, que el Jefe de Gobierno porteño no aceptó. Hay fuertes rumores de una charla entre Daniel Scioli y el ex intendente de Tigre, que nadie quiere confirmar. Nadie esperaba que Elisa Carrió y el Presidente del PRO cerrarían un acuerdo en la capital federal, como tampoco creyeron que Carlos Alberto Reutemann se sumaría al macrismo santafesino. Las ruedas se mueven.

Hasta la muerte de Alberto Nisman, el escenario electoral se dividía entre quienes buscan en el futuro Presidente de la Nación la “continuidad con cambio” vs. quienes apuestan por el “cambio con continuidad”. Sin embargo, desde la marcha del miércoles 18F, y las definiciones de Cristina Fernández el sábado 21/02, vuelve la opción “kirchnerismo vs antikirchnerismo” como directriz a la hora de elegir el voto. Y eso puede cambiar todo el volátil campo político preelectoral.

Con 70% de la población a favor del antikirchnerismo, Daniel Scioli debe resolver si mantiene su alianza confesa con Cristina Fernández. Sergio Massa debe analizar si rechaza o defiende su pasado como funcionario kirchnerista. Mauricio Macri es un ganador gracias a su acuerdo con Elisa Carrió, pero debe resolver si se puede dar el lujo de perder a la creadora del ARI y la Coalición Cívica por un pacto con el ex Intendente de Tigre. Por fin, la Presidente de la Nación deberá decidirse si bendecirá con cierto asco al Gobernador de Buenos Aires o si se volcará por Florencio Randazzo, para contar cuantos votos le quedan, como hizo Carlos Saúl Menem en 2003 y no le sirvió absolutamente para nada.


Ayer, sábado 21/02, Cristina Fernández le declaró la guerra al Poder Judicial. Al Poder Legislativo lo tiene sometido. Veremos que hace para someter a la Justicia a sus deseos. De esta forma, la Presidente de la Nación convirtió la muerte del Fiscal Alberto Nisman en un conflicto de consecuencias inciertas y que cambió el escenario electoral. El final de ciclo kirchnerista promete ser más impensado y dramático de lo esperado y de lo deseado".

Por Claudio Chiaruttini 
22 de Febrero de 2015

22 de febrero de 2015

Huecos en las redes


Peleas online, insultos, acoso, difamación, indirectas,
perfiles falsos. Las cortinas fantásticas de las redes sociales 
también translucen un vedetismo subnormal que yace
en lo interno de cada ser: Los miembros de 
una cultura deforme también se expresan.

Por supuesto que las redes sociales han ayudado a revelar la esencia de gente que antes permanecía oculta; también los desórdenes y deformaciones de la personalidad que contienen; después de todo se visten y a simple vista son como cualquier otro y casi siempre pasan desapercibidos como gente común, gente normal. Pero lo cierto es que, a pesar de la medianía promedio que los caracteriza, esta fauna del corral ciudadano se expone en la vidriera social como una joya sofisticada sólo para reservada para entendidos. El problema comienza cuando, elegidos como 'entendidos' nos rehusamos a comprar dicha joya.

Es una de las constantes que la sociedad humana mantiene en las catacumbas de la actualidad, y que las redes capitalizan con particular perversión. Son la gente del tipo "Si yo te quiero, tengo derecho a apropiarme de tu persona", y que ante nuestra negativa a continuar el contacto, comienza el acoso, el hostigamiento, bajo las formas conocidas de la revisión minuciosa de nuestros muros y el análisis obsesivo de nuestros seguidores, de indagar con quién nos conectamos, de saber quién nos escribe y qué nos dicen. Y por otro lado, las indirectas, las hiperbólicas bastante mediocres que publican y casi siempre copiadas de otros muros –nunca de mano propia– que acompañan a la solitaria pasión agresora de quienes no tuvieron la respuesta esperada. "¿Ah, sí, me cortás? ¡Ahora vas a ver, hijo de puta!"

Así comienza la segunda parte del paseo patológico "Si no sos mio/a, entonces no serás de nadie" que es cuando se convierten en verdaderos peligros. Sobrevienen la difamación, el ataque, los insultos, y que ante el bloqueo y la eliminación, abren cuentas nuevas y ocultas con nombres y perfiles falsos y el fin de perseguir. Y todo resuelto y al amparo de las redes, y sólo allí. Las redes sociales crean héroes, sabios y valientes de lauchas marginales, convierten a un piojo resucitado en un Enemigo Público Nro. 1. De poco sirve agregar que los ataques confirman los motivos de la evasión primaria

Solistas avinagrados, voladores o reptantes, decepcionados, separados o divorciados, involucionados y gente prehistórica, pero ¿qué les pasa?, ¿por qué no intentan comprarse una vida mejor o, al menos, fotocopiar una ajena? Le diré a toda esa gente que insiste y exige una muleta ajena para disimular la renquera propia que, por más que denigren o se glorifiquen, quien no aprendió a caminar con una sola pierna, vivió la vida siempre apoyado en otros. Y es tarde ahora para aprender. Acepten su soledad.


CR

Copyright®2015 por Carlos Rigel

15 de febrero de 2015

Día de los enamorados

En el Día de San Valentín, comparto con mis lectores
algunos episodios del diario de un seductor, 
según Rigel.


El beso chino

Guacho, me afanaste un pico
mariguanoso y muy avinagrado
en un momento de distracción y
se me mojaron las mitocondrias.
Por tres cuadras largas te corrí
blandiendo un ladrillo enamorado
para encajártelo de cofia en el tomate.
El chino de la esquina, a los gritos
y por las dudas, salió a los tiros,
pensando que veníamos felices,
como pareja, afanando perdices.
Derrapé en la otra cuadra y rodé
como rueda una vieja silla de fierro.
Yo me banco tus brutos chorreos,
no pienses que no. Tampoco hago
denuncias, no hay juzgados para
el amor. Te perdono y cuando quieras,
repetilo, pero devolveme la cartera
con el sueldo intacto, por favor.





"Querida Garchi:

¡Feliz Día de San Valentín! Aquí te mando este corazón, es como decirte cien veces que te amo pero, bueno, conseguí cien boludos amigos para representarlo rapidito y claro. Después nos fuimos a comer hamburguesas. Pero fijate el de abajo, con el brazo en alto, ¿te acordás? Es Juli. Estaba en Sierra Chica pero le dieron la Condicional, el que le prendió fuego a la mujer, Marga, la colorada esa que estuvo en coma dos semanas y murió en el Pirovanno. No te confundas con Luqui (el que también le prendió fuego a la rubia, la que traficaba y que agarraron con dos kilos de merca), es el otro, el morochito que nos traía "seda" los jueves y cambiaba de celu y de moto cada semana como de remera. Acordate que la novia le metió dos corchos en la pierna por el bardo de la guita y, bueno, el boludo se calentó y le prendió fuego pero no murió, esa quedó con quemaduras al 40 por ciento. Ahora el boludo anda rengo y prófugo. Juli te manda saludos, por eso alzó el brazo. Bueno, te cuento que no veo la hora de que terminen estas vacaciones para juntarnos y te juro que nunca, pero ¡nunca!, compraremos alcohol ni querosén. Te amo tanto que me estoy agusanando... Besos, Flongui".




En San Valentín, comparto los métodos para una conquista segura. En una época tan poco galante, es mejor recordar a los caballeros algunas ideas seductoras para aplicar con las damas elegidas para descargar en ellas la poesía barroca de nuestra sobriedad:

—¡Oh, caramba, vea usted qué contrariedad, majestuosa dama, mi bigote se ha enredado en su collar!

—¿Podría abrir su ombligo, pues creo haber perdido mi reloj?

—Se levantaría usted de la silla, pues debajo creo haber dejado secándose el diario de hoy.

—Pero qué vergüenza, creo que mi monóculo ha resbalado dentro de su blusa.

—No soy Bill Clinton, jovencita, pero quisiera compartir este habano con usted.

—Disculpará, su merced, creo que se ha sentado sobre mi bastón.


—Ilustre señora, permítame quitarle ese caracol que se ha perdido bajo su pollera.

—Mi querida Ester, con gusto le ofrecería mi corazón para un transplante si me devuelve el suyo.

—Dicen que una flor conquista, pues por eso le traigo, estimada Némesis, esta maceta completa de mi abuela.

—Niña, puede emplear mi galera para subir y alcanzar ese libro tan alto.

—¿Me ayudaría usted con esta tan abundante polenta en mi plato?

—Permítame limpiarle, su señoría, esa gota de salsa que ha desaparecido dentro de su blusa.

—Con su permiso, celeste dama, pruebe este panqueque que chorrea tanto dulce de leche.

—Hermosa doncella, este choripán con tanto chimi-churri simboliza mi ardor por usted.

—Tan bella que sería un honor para mí que utilizara los beneficios de mi inodoro hogareño.

Es aconsejable proceder como se espera de un caballero victoriano sin decaer en la calidad barroca los manierismos propios de un ilustre oculto en la urbanidad y sostener una entonación romántica. Conquistadores ¡a la carga!

CR

Copyright®2015 por Carlos Rigel

13 de febrero de 2015

Premio Sor Juana Inés de la Cruz, Guadalajara

Feria del Libro de Guadalajara, México.
Con la finalidad de contribuir a la difusión de la literatura escrita por mujeres, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, convoca al Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015 destinado a obras publicadas y escritas por mujeres.




Guadalajara, Jalisco, a 19 de enero de 2015
El Premio Sor Juana Inés de la Cruz abre su convocatoria 2015
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara presentó las bases para la edición del galardón que premia novelas escritas por mujeres, y que el año pasado fue entregado a Inés Fernández Moreno por su libro El cielo no existe.


Bases del concurso (si no linkea, cortar y pegar en el buscador)

http://www.fil.com.mx/prensa/com_muestra_fil.asp?id=1954


Con especial atención a la misteriosa y desconocida seguidora Andrea Paula Garfunkel.


CR